BúsquedaEl gobierno de un país como el nuestro debe tener como máxima prioridad el desarrollo armónico de la sociedad, por lo que el apoyo a las ciencias y las artes es tarea fundamental si se quiere lograr un país cada vez más equilibrado y progresista.
Un país que menosprecie la investigación científica estará condenado a tener una dependencia tecnológica de aquellos países con mayor desarrollo, donde la investigación científica y los investigadores son apoyados por sus gobiernos para lograr una superioridad respecto de países que siempre necesitarán asesoría científica. Los países tecnológicamente dependientes seguirán reportando grandes negocios para los creadores de ciencia extranjeros.
Siempre nos hemos preguntado porqué nuestro país no ha sido capaz de fabricar aviones por completo, desde su diseño hasta la fabricación integral como ya lo hace desde hace tiempo Brasil, o porqué tampoco podemos crear las vacunas que requiere la población para proteger su salud, como hubiera sido esencial contar con una vacuna eficiente contra el Covid-19 que nos hubiera permitido enfrentar de mejor manera los daños generados en los terribles años de la pandemia. Se hubieran evitado gastos millonarios de dólares para comprarlas en el extranjero.
Todo esto nos lleva a la urgente necesidad de plantear, en forma autocrítica, las deficiencias persistentes en el tema del desarrollo científico para encontrar las mejores soluciones que nos permitan, como país, dejar de ser un país con tan severa dependencia tecnológica.
Desafortunadamente en México hemos sufrido un retroceso durante los últimos años, cancelando presupuestos para la investigación y cortando las becas que hacían posible la formación de científicos mexicanos que podían salir a realizar maestrías y posgrados en universidades e institutos del extranjero de reconocido prestigio, por su avanzado nivel de investigación en diversas ramas de la ciencia. Lejos de avanzar hemos retrocedido. Tanto de la UNAM y el IPN, como de universidades privadas como del TEC de Monterrey, han egresado profesionistas brillantes que por sus méritos académicos han logrado, sin el apoyo gubernamental, becas importantes de países europeos, de EU y Canadá. Estos profesionistas muchas veces se van a vivir fuera y no regresan ante la falta de oportunidades en México y de esa forma perdemos en favor del extranjero todo lo que nuestras universidades invirtieron en esos egresados brillantes.
En el ramo de las artes sucede algo parecido, a menudo valores extraordinarios en la danza, el canto, la música son mejor valorados fuera de nuestras fronteras y por ello se van de México en busca de otros horizontes más prometedores. Como país perdemos mucho talento en distintas disciplinas por no impulsar políticas públicas con presupuestos adecuados, para apoyar de manera más decidida las artes y las ciencias. Una sociedad que no se acerca a las bellas artes deja de lado una parte esencial de su desarrollo humano.
Ante un panorama como el descrito, cobra especial relevancia el reconocimiento que esta casa editorial hace año con año a distinguidos hombres de ciencia, académicos, así como a destacados artistas.
En días recientes se llevó a cabo la décimo tercera edición del Premio Crónica y se entregó a cuatro distinguidos personajes que han destacado en sus respectivas disciplinas. Fueron entregados a la primera Ballerina Elisa Carrillo que ha llevado el nombre de México con gran dignidad por la perfección alcanzada como bailarina de ballet, lo que le ha valido formar parte destacada del Staatsballet de Berlín. También se reconoció la destacada labor de los científicos Carlos Coello, investigador del Centro de Estudios Avanzados del IPN y del Químico investigador y académico Eusebio Juaristi, así como la ejemplar gestión de la rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro, la maestra y científica Margarita Teresa de Jesús García. A los cuatro, nuestra felicitación desde esta columna.
@fer_martinezg
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