Desde el Departamento de Estado (DOS), el viernes pasado EUA lanzó la Coalición Global para Enfrentar la Amenaza de las Drogas Sintéticas, al reconocer la necesidad de una acción y un esfuerzo colectivos para disminuir su fabricación y distribución.
La Coalición propone trabajar a nivel internacional para detectar tendencias en la oferta y el consumo, así como responder con eficiencia al impacto de las drogas en la salud pública.
El pasado 7 de julio se llevó a cabo una primera conferencia virtual con secretarios, ministros y agencias antidrogas de decenas de países, a fin de perfilar grupos especializados de trabajo con la encomienda de encontrar soluciones innovadoras, conducir iniciativas nacionales y promover que la amenaza de las drogas sintéticas sea una prioridad local y global.
Como usted sabe, doña Alicia, el asunto del fentanilo trae con los pelos de punta a EUA por las muertes por sobredosis, de ahí que la administración Biden destinó 24 mil millones de dólares para fondear las intervenciones médicas por abuso de opiáceos y otras drogas. (DOS, 06/07/23). Lo cierto es que al ver la crisis en EUA, la Unión Europea ya puso sus barbas a remojar.
En principio, 84 naciones participarán en la Coalición, pero hay dos países cuya cooperación y compromiso son cruciales para el combate a las drogas sintéticas: China y México.
El gigante de Oriente todavía no define si se sumará a la Coalición; ello se debe, en gran medida, a que China suspendió toda cooperación con EUA sobre drogas como protesta de la visita de la congresista Nancy Pelosi a Taiwán en 2022. Por lo pronto, es de suponer que habrá controles más estrictos sobre los bancos chinos, pues la intención de la Coalición es romper toda la cadena de suministro, incluyendo el lavado de dinero.
Por lo que hace a nuestro país y al menos en teoría, EUA da por descontada su participación en la Coalición, pues de antemano existe el Acuerdo Bicentenario. Entiendo que usted apenas está tomando los bártulos en la SRE, pero alguien debió hacer presencia en la primera conferencia virtual; sin embargo, no hay ningún comunicado oficial de la postura mexicana.
Ahora bien, si repasamos el tema en México, el panorama tiene claroscuros. Por un lado, cada vez son más frecuentes los decomisos -y por cantidades mayores- de droga, como el ocurrido en Baja California donde se incautaron 13 mil dosis de metanfetamina (29/05/23).
Asimismo, la recién estrenada Agencia Nacional de Aduanas ha detectado que de las 50 existentes, en ocho se concentran los decomisos de fentanilo y clorohidrato de fentanilo. Por supuesto, los narcos mañana pueden cambiar de aduanas.
Del lado oscuro, nos encontramos con que el gobierno mexicano apenas creó una comisión presidencial de lucha contra las drogas en la que participarán 20 secretarías y organismos. Claro, depende qué funcionario mande cada una, pues el ínclito Hugo López-Gatell tuvo la brillantez de afirmar que “hay rutas de fentanilo de EUA a México,” siendo que los decomisos en la frontera norte han ocurrido cuando la droga va de aquí para allá y han crecido dos mil por ciento.
También en el lado oscuro encontramos que, a pesar de estar en el quinto año de gobierno, apenas se va a presentar el plan sectorial de salud mental y adicciones; lo mismo ocurre con la encuesta nacional de consumo de drogas, alcohol y tabaco suspendida desde 2018.
En cuanto a la prevención de las drogas, de cuya importancia tanto habla el inquilino de Palacio Nacional, apenas en marzo se lanzó la campaña publicitaria “Si te drogas, te dañas”, dejando buena parte de la responsabilidad a los maestros. ¿Alguien los capacitó para tal efecto?
Y por último está la frenética actividad de los cárteles y las narcobandas; su fortaleza es tal, que les da para perder cargamentos por incautaciones o perder colaboradores en las balaceras y seguir tan campantes.
Lo que aquí le relato, doctora Bárcena, me hace colegir que la presión sobre México ahora no solo vendrá de EUA, sino también de otros 82 países de todos tamaños. No son buenas noticias para México, en medio de una sucesión adelantada y el nivel de violencia en que vivimos.
Todavía no se define cuáles serán las sanciones para los países que dizque cooperen con la coalición, pero en lo interno sigan permisivos o ineficientes, pero no creo que sean leves.
En la presentación general de su programa de trabajo en la SRE, no veo ninguna alusión al combate a las drogas como parte de, al menos, la relación bilateral. Por ello le pregunto, ¿tiene alguna buena idea al respecto?
Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com
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