Opinión

Cuauhtémoc Cárdenas, Méxicolectivo y el INE

Todos sabemos que en 1988, cuando Cuauhtémoc Cárdenas fue candidato a la presidencia por el Frente Democrático Nacional, una coalición de centroizquierda, después de las votaciones, el cómputo de los votos no fue posible realizarlo, porque el “sistema” de contabilidad de los sufragios “se había caído”, de acuerdo con las declaraciones del Secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz, encargado en ese entonces, entre otras muchas cosas, de la Comisión Federal Electoral. En la contienda para la presidencia se encontraban Carlos Salinas de Gortari por el Partido Revolucionario Institucional, Manuel J. Clouthier por Partido de Acción Nacional y Rosario Ibarra de Piedra por el Partido Revolucionario de los Trabajadores. En el “sistema” se habían invertido cerca de 17 millones de dólares. Cuando finalmente se rehabilitó, luego de una semana de dimes y diretes de los contendientes a la presidencia, que fueron a quejarse con Gobernación, los porcentajes del cómputo de votos favorecieron al candidato del PRI, Carlos Salinas De Gortari. The rest is history.

Desde hace 34 años se cree que el verdadero ganador de la presidencia fue Cuauhtémoc Cárdenas y que “la caída del sistema” permitió arreglar las cosas para que el PRI saliera vencedor en lugar del hijo del que fuera el gran Lázaro Cárdenas. Sólo por esta historia, frente a la brutal embestida de la Cuatroté al Instituto Nacional Electoral, al que quiere desaparecer para volver a las votaciones intervenidas por el gobierno en el poder, el ingeniero Cárdenas debió participar en el Colectivo por México, formado por académicos, empresarios, activistas sociales y políticos que realizaron un diagnóstico de la sombría situación en México bajo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. El propósito radica en crear un liderazgo plural y ciudadano ante la “falta de gobernabilidad”, el brusco embate a los organismos autónomos, con un “Poder Legislativo en gran parte sometido y abyecto”. “Vivimos un Estado omiso en el cumplimiento de sus obligaciones, que concentra el poder con autoritarismo, que destruye instituciones, con una democracia bajo acecho y con grandes ineficiencias”.

Qué decir del curso desastroso de la economía, del aumento de la pobreza, de la actividad volcánica del crimen organizado, de los golpes al sistema de Salud que tumbaron al INSABI, de la peligrosa carencia de medicinas, como la falta de quimios para los niños que padecen cáncer, del mal empleo al otrora estupendo programa de vacunación mexicano, paradigma en muchos lugares del mundo. La Cuatroté llegó para estropearlo todo (los dioses nos libren de que haya llegado para quedarse) .

De la cultura en el país, ni hablamos, AMLO desapareció los fideicomisos armados por CONACULTA que sostenían las becas a los creadores, a la edición de libros, a los proyectos culturales de los estados, etcétera. ¿A dónde se fue ese dinero? El presupuesto del Fonden para prevenir o aliviar desastres naturales. ¿Qué se hizo de él? La lista es larga y a cualquiera, con dos dedos de frente, le pone los pelos de punta.

¿Qué ha hecho la Cuatroté con el país? ¿Qué me dicen del Metro y sus desajustes, que entre el accidente de la línea 12 en mayo de 2021, donde dos vagones se desplomaron, y el reciente choque de trenes lleva casi una treintena de muertos?

“No me vengan con que la ley es la ley”, dijo el señor presidente. Sus deseos y sus ocurrencias pesan más que la Constitución. De otra manera no habría iniciado el embate al Instituto Nacional Electoral. M. Stoppino, a quien Norberto Bobbio cita en Poder y teoría política, especifica que “El gobierno dictatorial no está frenado por la ley, está por encima de ella y traduce en ley su voluntad”. OJO

Frente a todo esto, Cuauhtémoc Cárdenas expuso que por consideraciones políticas no colaborará con Méxicolectivo, el nuevo frente opositor al que he hecho referencia. AMLO, ayer, lo calificó a él, a Cárdenas, de su adversario político. “Es estar con la oligarquía o con el pueblo” sentenció en su púlpito. Y López Obrador, como todos sabemos, es el pueblo, es la república mexicana entera. Pero después de que se deslindara ayer Cárdenas de su contribución al grupo opositor, el presidente celebró la carta donde el ingeniero se escinde de su intervención en Méxicolectivo.

A mí me desilusiona que el conocido representante de la izquierda, el que (eso piensan no pocos mexicanos) segura y legítimamente ganó las elecciones para presidente en 1988, pero fue víctima “del sistema que se despeñó” en las manos de Manuel Bartlett, hoy director general de la Comisión Federal Electricidad de la Cuatroté, se deslinde de un grupo propositivo, de gente pensante y preocupada por el carácter tiránico de AMLO. Me importa que no defienda al INE, garante de los comicios limpios en este país. Y, quien diga lo contrario, habla desde el pozo enlodado de las mentiras. ¿En serio le afectó a Cuauhtémoc Cárdenas lo que Andrés Manuel López Obrador dijo de él, muy enojado, en la Mañanera? ¿Habrá intentado evitar de que el presidente no eche a su hijo, Cárdenas Batel, de la coordinación de asesores que preside, sin pena ni gloria, en la Oficina de la Presidencia de la República desde 2018, cuando inició la pesadilla llamada Cuarta Transformación?

De alguna manera o de otra nos enteraremos qué orilló a Cuauhtémoc Cárdenas a abandonar Méxicolectivo. Mientras tanto, yo, como muchos otros ciudadanos mexicanos, damos la bienvenida a esta asociación de notables, que no puede permanecer callada ante un país, el cual, de no corregirle el rumbo, caerá por un precipicio junto

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