Opinión

Y ahora… ¡Cuentas claras!

Y pues… ya que ando con el estreno de puestos, toca que doña Clara Brugada, Jefa de Gobierno de la capital mexicana, empiece a demostrar con hechos su presunto fiel y decidido compromiso hacia los animales no humanos que tendrá a cargo y que van desde los cautivos en los zoológicos capitalinos, pasando por los de los diferentes cuerpos de seguridad, hasta aquellos libres y los abandonados que estará obligada constitucionalmente a proteger y amparar. Al respecto, el miércoles pasado, mientras tecleaba el texto para el jueves siguiente reclamando a don Pablo Vázquez, Secretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX, la falta de acción y omisiones de la Brigada de Vigilancia Animal que está bajo su mando, partiendo de que frente a sus elementos se lleva a cabo venta ilegal de animales vivos en mercados y tianguis sin que haya reacción, el funcionario anunciaba durante su comparecencia en el congreso local que había elevado el rango de ese cuerpo policiaco a Dirección General con el fin de “fortalecer sus capacidades para la contención, atención y rescate de animales de compañía y fauna silvestre en la Ciudad de México”, según quedó consignado aquí en La Crónica, en nota firmada por Jorge Aguilar, así que, una vez ello, ya sólo corresponderá dotar de presupuesto, equipo, permanente capacitación y herramientas suficientes a la BVA para que se multiplique y atienda casos en flagrancia, que son los más y para lo cual, entonces, esa Dirección habrá de ser fortalecida con mando policiaco de excelencia, porque ya se vio que ir colocando señoras-compromiso que solamente van depositando animales en la sede de Xochimilco no le han permitido cumplir debidamente con las múltiples obligaciones que le determina la correspondiente legislación. Veremos cómo lo habrán de manejar @ClaraBrugadaM y @PabloVazC.

Por su sola parte, doña Clara, además de cumplir pronta y eficazmente con su oferta para implementar una Fiscalía Especializada en maltrato y crueldad animal, deberá dotar de presupuesto al Centro de Transferencia Canina (¡apa denominación!) operado por el Metro, ya que un lugar que funciona tan discreta y eficientemente y que es in-dis-pen-sa-ble, debe forzosamente ser respaldado con recursos propios y suficientes para cubrir el alimento y la atención médico veterinaria de las criaturas que hábilmente son rescatadas… a veces con tremendas lesiones… en las diferentes estaciones del transporte colectivo. Depender de donaciones, especialmente en lo tocante a las croquetas no es correcto ni adecuado, simplemente para estabilizar el estómago de los lomitos. Tendrá también como gran pendiente reestructurar la Agencia de Atención Animal para que cumpla puntualmente con tooooodas las competencia y obligaciones que le corresponden, y lograr el establecimiento formal de cuando menos una clínica veterinaria pública por demarcación territorial, aparte y si es factible, al parejo ir por otros 3 hospitales veterinarios públicos, así como también informarnos qué está tramando para los dos dizque Centros de Atención Canina (tanto el Luis Pasteur de la Gustavo A. Madero como el Alfonso Angelini de la Garza de Coyoacán) dependientes de la Secretaría de Salud y que a falta de la Norma Oficial Mexicana que los regía como antirrábicos, ahora deberán ser reinventados para operar como refugios emergentes y para resguardo de perros y gatos sin hogar, maltratados o bajo algún proceso legal, pero, con la posibilidad de ser supervisados 24/7 a distancia por voluntariado del sector protector debidamente acreditado. Han sido verdaderos infiernos y ya es tiempo de que eso quede enterrado para siempre. Hay mucho más para la Jefa de Gobierno pero ya no espacio, así que seguiré comunicándome con ella por este humilde medio.

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