El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) no tiene futuro. Se presentaron desde hace por lo menos tres sexenios diversos estudios para planear la construcción de un nuevo aeropuerto, analizando diversas alternativas para su posible ubicación y finalmente técnicos y especialistas opinaron que el mejor lugar sería Texcoco por ofrecer las áreas adecuadas para su construcción considerando que el lugar se prestaba para un aeropuerto moderno con hasta 6 pistas para aterrizajes y despegues y que por la cercanía con la ciudad, los accesos y tiempo para llegar a él serían óptimos.
En septiembre de 2015 se inició su construcción, resolviendo diversos problemas para obtener los terrenos adecuados. Pero como en nuestro país parecería que todo se reinventa cada nuevo sexenio y más por razones políticas que técnicas, a la llegada del actual gobierno se decidió su cancelación, a pesar de que llevaba ya más del 30% en el avance de su construcción y se habían invertido cantidades de dinero significativas. Y lo más importante, su costo se amortizaría en un tiempo razonable con base en un mecanismo financiero basado en una colocación de bonos por 4,200 millones de dólares que se pagarían con los TUAS (Tarifa de Uso Aeroportuario) generados por los viajeros.
Ninguna consideración técnica para su cancelación se tomó en serio y las pérdidas ocasionadas por esta decisión las estamos y estaremos pagando por muchos años todos los mexicanos. El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) no está resolviendo la situación por su lejanía de la ciudad y falta de accesos rápidos para llegar a él. Las aerolíneas no lo ven atractivo y menos los pasajeros. Su costo ya es superior a lo que hubiera costado el aeropuerto de Texcoco, por los millones que se han pagado en indemnizaciones a los contratistas, así como el pago de bonos emitidos para financiar el proyecto.
La realidad es que este gran desacierto y el consecuente abandono del AICM, por falta de presupuesto para mantenimiento, ha generado una grave crisis por la saturación de operaciones, que se ha querido resolver con parches y medidas desesperadas. El famoso Sistema Aeroportuario del Valle de México que involucraba a los aeropuertos de Toluca, Puebla y Cuernavaca, nunca funcionó y hoy al de Toluca también se le pone una camisa de fuerza para que no tenga más vuelos.
El año pasado se bajaron por decreto un poco más de 10 vuelos de los 63 por hora entre aterrizajes y despegues, ahora se pretende cancelar 11 vuelos más para quedar en 42 operaciones por hora. Los afectados por esta decisión sin sentido serán ante todo los viajeros y desde luego las aerolíneas comerciales que ya mostraron su desacuerdo con la medida que pondrá en riesgo el equilibrio financiero de las mismas aparte de la afectación de miles de pasajeros que se verán obligados, con todo y las incomodidades, a utilizar el AIFA.
El sospechosismo no se hizo esperar y dentro del sector aeronáutico como entre los viajeros frecuentes, se piensa que esta medida fue tomada como una decisión autoritaria al más alto nivel para salvar al AIFA del desastre financiero por la falta de vuelos y pasajeros. Todos los sectores afectados, sindicatos como ASPA que agrupa a la mayoría de los pilotos aviadores de las aerolíneas comerciales, el de sobrecargos y los trabajadores de tierra, así como el colegio de pilotos han manifestado su desacuerdo con la medida que entrará en vigor en enero del 2024.
MORGAN EXPRESS AMPLÍA SU RED DE SERVICIOS
En un entorno de alta competencia, Morgan Express, empresa dedicada al autotransporte de mercancías, incursiona en el traslado de automóviles a través de unidades nodriza o madrina, con capacidad para transportar hasta 8 vehículos. Recientemente llegaron a sus instalaciones en Tepotzotlán, Estado de México, 5 unidades de este tipo, con lo que la empresa entra de lleno en este nicho de negocio.
El repunte en el sector automotriz, ha traído consigo un aumento considerable en la importación de autos, lo que ha provocado una saturación en los puertos del pacífico, y por consiguiente una menor disponibilidad de este tipo de unidades para trasladar los vehículos a las agencias automotrices. Esto ha llevado a los distribuidores a un punto crítico, con miles de unidades paradas en los puertos de entrada al país. El de mayor movimiento para este tipo de mercancías es Lázaro Cárdenas en Michoacán, en donde ingresan la mayor parte de vehículos provenientes de otras partes del mundo como Asia, seguido por Manzanillo y Mazatlán.
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