Opinión

No que no: El desabasto de medicamentos

El presidente declaró en un diálogo con la comunidad del Hospital Rural Venustiano Carranza: “no vayan ustedes a hacerle caso a los que difunden rumores, que, si no les dan la medicina en el ISSSTE a un paciente, es por la austeridad... Yo diría por politiquería más que nada" y concluyó que había abasto suficiente de medicamentos (09-07-19, Notimex) y prometió que habría más abasto de medicamentos y disponibilidad de especialistas.

No lo logró y en 2021, AMLO regañó públicamente al Secretario de Salud y al titular del extinto INSABI por las crecientes manifestaciones por el desabasto y exigió una acción contundente, puesto que ya no había excusas y la pandemia había terminado. Además, en la mañanera del 25 de noviembre prometió que se dejaba de llamar Andrés si el medicamento no llegaba.

Sin embargo, en la ceremonia del 80 aniversario de la fundación del IMSS sostuvo que “ya resolvimos el problema del abasto de los medicamentos. Ya puedo informar que tenemos medicamentos adquiridos para este año y 2024, era un problema complejo y además con muchos intereses, muy afectado por la corrupción, eso ya lo hemos resuelto” (19-01-23, Forbes).

Ese ha sido su discurso durante cuatro años cada vez que algún grupo le reclama la falta de medicamentos y siempre ha salido en defensa de López-Gatell y Zoé Robledo, quienes han sido el blanco de las quejas principales de los pacientes con cáncer o enfermedades psiquiátricas. Esa narrativa ha prevalecido a pesar de que las cifras disponibles muestran que el no surtimiento de recetas del sector salud pasó de cerca de 2 millones a más de 20 millones, es decir, se multiplicó por 10 el surtimiento oportuno de medicamentos.

Voy a dar el beneficio de la duda y concederé que un porcentaje es reflejo de la corrupción en las contrataciones públicas y lo fijaré en un 20 %, que restado a la cifra dan 16 millones. Además, supongo que una parte procede de la politiquería y mala inquina al presidente y quitó a 6 millones de malquerientes de la 4T. Todavía quedan 10 millones de recetas no surtidas.

Todavía seré más condescendiente con el gobierno y aceptaré que sólo es un problema temporal y restemos otros 2 millones y nos quedan 8, con lo que la cifra negra es 4 veces mayor a la reportada antes del 2018. Con esto queda en evidencia que una mentira repetida al infinito sólo se convierte en verdad en una sociedad cerrada, en una democracia se convierte en una infructuosa tarea de justificar lo injustificable. Es querer tapar el sol con un dedo.

En este sentido, ante el aumento de los reclamos y la evidencia de que hay desabasto de medicamentos, el presidente tuvo que reconocerlo y proponer la creación de una farmacia con todas las medicinas del mundo en la Cd. Mx. en cantidades razonables con el propósito de garantizar que nunca falte ningún medicamento en los hospitales y centros de salud del país (03-08-23, El Economista) y agregó que en 14 entidades hay un 90 % de abastecimiento con el renovado IMSS-Bienestar y otra serie de ideas sueltas que expresan sólo buenos deseos, pero que no tienen ningún sustento administrativo, ni financiero.

¿Para qué queremos una super farmacia? ¿No que no había desabasto o que sólo existe en algunos casos? La realidad es que el gobierno ha ido de mal en peor y todo lo que ha hecho para abatir la falta de medicamentos ha sido una secuencia de fracasos. Primero, concentró la adquisición en la Oficialía Mayor de la SHCP, luego desvinculó la compra de la distribución, siguió con la compra consolidada internacional -que acabó en demanda- y finalmente desapareció al INSABI y responsabilizó del asunto al IMSS-Bienestar, pero sin que haya claridad sobre cuál es la estrategia para atender las demandas crecientes de medicamentos.

No es necesario consultar especialistas en materia de producción, comercialización almacenamiento y distribución de insumos médicos para intuir que la propuesta presidencial de la super farmacia es una tomadura de pelo, una ocurrencia más, que requiere de mucha ingenuidad o ceguera política para creerla.

Todo esto me hizo reflexionar si es lo mismo mentir y engañar. Durante, cuatro años nos han mentido y esta semana en su mañanera el presidente reconoció la existencia del desabasto y pasó de la mentira al engaño, ya que a sabiendas de que una super farmacia es más fantasiosa que un dragón o un unicornio, aun así, la propone como una solución a un problema real, no imaginario.

Mentir es no decir la verdad. Engañar es utilizar la fantasía para aprovecharse de la ingenuidad, buena fe, credibilidad o confianza de las personas. Todo engaño acaba recurriendo a la mentira. Es probable, muy probable, que volvamos a escuchar el mensaje presidencial de que no hay desabasto de medicamentos, aunque los pacientes sigan sin recibir sus tratamientos oportunamente y los reclamos prevalezcan.

Investigador del Instituto Mexicano de Estudios

Estratégicos de Seguridad y Defensa Nacionales

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