Hay una crisis de prestigio en la educación básica, pública, mexicana; la educación básica privada, en cambio, conserva cierta respetabilidad social.
La crisis educativa se agravó con el torpe manejo autoritario y conservador que impuso AMLO sobre el sector educativo en general y con la imposición en educación básica del esperpento educativo denominado Nueva Escuela Mexicana, en particular.
Pero la crisis no se inventó en este sexenio: es producto de un largo proceso histórico que comenzó en los años sesenta del siglo pasado y acompañó a lo que conocemos como masificación del sistema educativo, una multiplicación espectacular de la matrícula escolar que no fue acompañada de una multiplicación de recursos públicos proporcional a la demanda proveniente de las escuelas. La nueva oferta educativo nunca fue atendida satisfactoriamente por el Estado.
Para ilustrar el fenómeno: la matrícula escolar de 1950 fue –aproximadamente-- de 3 millones de alumnos y para el año 2000 fue de 30 millones de alumnos. Esto es, la matrícula se multiplicó por 10 en 50 años, lo cual significa que creció anualmente a un promedio de 11%. Si analizamos, por otra parte, el presupuesto anual de 1950 al año 2000 éste nunca sobrepasó el 4 % anual y se mantuvo en un promedio de 3.2%.
Este desajuste financiero fue el sustento de la crisis. La notable, y creciente, declinación de provisiones para el sistema educativo básico (contratación de maestros, formación de maestros, infraestructura, equipo, etc.) produjo, naturalmente una pauperización de las escuelas y una depresión en los índices de aprendizaje de los alumnos.
Iniciamos el siglo XXI con un sistema educativo en marcado proceso de regresión, solo atenuado por un descenso en las tasas demográficas. La alarmante caída en los aprendizajes fue documentada por pruebas como PISA y Planea (suspendida ésta última en 2019). El deterioro material no ha sido tan evidente, pues el organismo encargado de evaluar la infraestructura (INIFED) fue suprimido en el mismo año.
El desprestigio de la educación se asocia con el empobrecimiento escolar y el deterioro de la calidad educativa, pero no puede separarse de la marcha progresiva de los medios electrónicos de comunicación como la televisión, el Smartphone y el internet que compiten activamente como medios alternativos o como distractores de la educación.
La escuela no ha sabido reaccionar con inteligencia y creatividad ante la irrupción de esos medios y aparece ante el público como una institución anquilosada, rígida, inmutable e ineficaz. En las aulas, parece que el tiempo no transcurre. Los actores educativos, por su parte, no tienen plena consciencia de lo que está ocurriendo en el mundo.
Entre los docentes se ha debilitado la conciencia sobre los fines históricos de la educación: su papel para la reducción de la pobreza, su fuerza civilizadora, su protagonismo en el crecimiento económico, su importancia para la integración nacional, su incidencia en el aumento de los ingresos, la inculcación de hábitos saludables, su importancia para reducir la muerte maternal, la igualdad de género y aumentar la empatía y la convivencia social. La educación, además, ha sido históricamente un recurso poderoso para construir la paz dentro de las naciones y entre las naciones.
Es lamentable la ausencia del tema educativo en la vida pública, la pobre conciencia social que la población tiene en materia educativa. Pero también ha faltado autocrítica. Con frecuencia los actores educativos pierden de vista aspectos cruciales como estos:
1) Que el tiempo que dura la escolaridad en México es menor que en otros países
2) Que faltan maestros
3) Que los maestros perciben salarios bajos
4) Que las escuelas públicas tienen muchas carencias materiales, servicios, infraestructura, mobiliario, equipo, etc.
5) Que las familias pobres no pueden costear gastos extra como transporte y uniformes.
6) Que muchos niños tienen que trabajar para contribuir a su hogar
7) Las niñas deben ayudar a las tareas del hogar
8) Que hay muchos casos de embarazo temprano
9) Que las expectativas de los padres son bajas: que muchos piensan que más de 6 años de escuela es un lujo
10) Que los estudiantes en México tienen los más bajos puntajes en la prueba PISA de OCDE
11) Que 50% de sus alumnos no alcanzan en PISA los estándares de aprendizaje mínimos
12) Que los alumnos más pobres de Vietnam superan en aprendizaje a los alumnos con mejores resultados de México
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