La migración es un fenómeno multifactorial, tan antiguo como la propia humanidad y tan complejo que debe atenderse desde diversas ópticas y en sus diferentes contextos, en los que una población es orillada a buscar mejores condiciones de seguridad y de vida.
El vecino del norte ha sido el que presenta un mayor flujo migratorio; según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el corredor México-Estados Unidos es el más transitado del mundo en general y de América Latina en particular. En este sentido los datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación, arrojan que en nuestro país se han registrado 120 mil niñas, niños y adolescentes en situación migrante que en su mayoría viajan en solitario sin ningún adulto familiar que los acompañe, procedentes de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua, a los que recientemente se ha sumado la población haitiana.
La salida de origen y la llegada a cualquier región o país, es acompañada por una abrumadora carga de incertidumbre, en donde la educación quizá tenga incluso la menor de las prioridades ante otras necesidades como las fisiológicas, sin embargo, por ser considerada como una herramienta fundamental de protección de la dignidad humana y el mejor instrumento con que pueden contar los migrantes para integrarse a la sociedad que los acoge, la mayoría de los países tienen la obligación de dar servicios educativos y destinar recursos financieros para que nadie se vea privado de las competencias escolares, sin discriminación alguna e independientemente de su situación jurídica.
En el marco de la Nueva Escuela Mexicana, actualmente el Gobierno Federal opera acciones y programas de enseñanza con calidad, equidad e inclusión para estudiantes migrantes, como lo son: “Educación sin Fronteras “con el que podrán alfabetizarse hasta certificar la educación primaria y secundaria mediante la colaboración con organismos internacionales, públicos, privados y sociales, y el “Programa Binacional de Educación Migrante” que les permite la continuidad educativa en ambos lados de la frontera, como resultado de la colaboración binacional entre México y Estados Unidos.
Así mismo, el Gobierno Federal anunció recientemente la iniciativa “Construye aquí tu futuro. México te da la mano”, como una extensión del programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” que busca la reintegración social y productiva de jóvenes de entre 18 y 29 años de edad que sean retornados a nuestro país. Los connacionales repatriados recibirán una beca mensual para capacitarse y desarrollar o fortalecer hábitos laborales y competencias técnicas aprendidas en el exterior e incrementar sus posibilidades de empleabilidad.
Por su parte la Secretaría de Educación Pública, en coordinación con UNICEF, la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Cooperación Alemana al Desarrollo en México, realiza el proyecto “Inclusión educativa para niñas, niños y adolescentes en situación de migración”, con la finalidad de promover el acceso a la educación básica de las niñas, niños y adolescentes migrantes, incorporándolos a las escuelas del país.
La migración, por ser una constante a nivel mundial debido a una profunda desigualdad económica y social, nos exige buscar para las personas migrantes y refugiadas, su necesaria integración y las mejores oportunidades de desarrollo, con dignidad y protección a sus derechos humanos, en donde el acceso a la educación sea ampliamente reconocido para actuar en consecuencia y podamos edificar una sociedad mundial más incluyente y la solidaria.
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