Opinión

Educar contra el odio

El problema de México actual es como hacer frente al discurso de odio promovido exitosamente por AMLO durante seis años, una retórica ofensiva que, lamentablemente, ha impactado en sectores amplios de la población y se ha multiplicado en las redes sociales.

Durante su gobierno el presidente se ha dedicado a calumniar, infamar, agraviar, de manera cotidiana y sistemática a sus críticos y disidentes con los consecuentes efectos: inhibición de libertad de opinión, polarización, autocensura, temor y conductas de persecución contra los disidentes.

La base de la convivencia en un país democrático, todos los sabemos, es el respeto a los derechos humanos, en especial el respeto a la dignidad y la libertad de todos y cada uno de los habitantes. La desgracia de México es que, quien atropella y denigra, quien viola los derechos humanos –consagrados en la constitución-- es el principal responsable de que los derechos se cumplan.

El régimen político de AMLO no es “totalitario”, pero si es “autoritario” y posee algunos rasgos de fascismo. Ha forjado un poder unipersonal enorme, ha violado repetidamente las leyes, se opone a la democracia, a la división de poderes, al rendimiento de cuentas, niega los valores de la democracia y como en los gobiernos fascistas clásicos, AMLO ha explotado el principio de que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad” y ha forjado un ambiente de intolerancia que se ha difundido en muchos grupos sociales.

Lo que debemos saber es que el discurso de odio tarde o temprano pasará de las palabras a la violencia física. Las palabras del líder no se desvanecen en el aire, se clavan en la conciencia de las masas inyectando e inducen conductas de odio, desconfianza, discriminación, antagonismos, y eventualmente plasman enfrentamientos físicos.

Ante la expansión en el mundo de los discursos de odio vinculada al nuevo impulso de los populismos autoritarios, la organización de Naciones Unidas para la ciencia y la cultura (UNESCO) tomó la iniciativa de realizar una conferencia mundial para hacer frente al problema desde la perspectiva de la educación.

El resultado de este evento fue presentado hace menos de un año en la forma de libro: Combatir el discurso de odio a través de la educación. Una guía para los responsables de la formulación de políticas (UNESCO, 2023). Un texto elaborado por expertos de múltiples disciplinas que ofrece herramientas para un enfoque holístico del tema.

Combatir el discurso de odio a través de la educación

Combatir el discurso de odio a través de la educación

Para dar eficacia a una educación de este tipo se necesita, 1) primero, capacitar a docentes y estudiantes sobre valores y prácticas que necesitan para ser ciudadanos respetuosos a nivel global y en el ámbito local; 2) segundo, la adopción de pedagogías y enfoques integrales para el fortalecimiento del aprendizaje social y emocional y, 3) tercero, la adopción y revisión del currículo y de los materiales educativos para que sean culturalmente sensibles e incluya contenidos que identifiquen la presencia del discurso de odio y promueva el derecho a la libertad de expresión.

Las estrategias para combatir con la educación el discurso de odio se puede enunciar sumariamente de esta forma: a) Políticas educativas; b) Estrategias educativas y currículum; c) Fortalecimiento de las capacidades de los docentes: guía y capacitación; d) Fortalecimiento de la resiliencia de las instituciones contra el discurso de odio y e) crear un sistema de alianzas en torno a este propósito.

De lo que se trata es de empoderar a docentes, educadoras y educadores, para fomentar la valoración de los derechos humanos, promover el respeto por la diversidad y cultivar una ciudadanía activa y responsable. Es decir, de formular políticas que promuevan un clima escolar libre de odio donde se respeten las diferencias, se apoyen los derechos humanos en la esfera social y en el ámbito digital.

Se busca que las personas, sin importar sus creencias o ideologías, vivan sin miedo y que no sean objeto de exclusiones. Esto se puede lograr siguiendo un conjunto de métodos: 1) Enseñar sobre el discurso de odio; 2) Hacer frente a las inequidades; 3) Fortalecer las habilidades sociales y emocionales; 4) promover actitudes inclusivas; 5) Impulso a la formación de habilidades de alfabetización mediática e informacional, así como la ciudadanía informacional; 6) La mejora de las habilidades de pensamiento crítico; 7) La promoción en el estudiantado de conductas y acciones apegadas a los derechos humanos.

Se trata de educar para identificar los discursos de odio y lograr prevenir su impacto en las nuevas generaciones a través de una adecuada educación ciudadana. Recomendaciones muy sensatas y oportunas para incorporarse en nuestras escuelas.

(El documento se puede consultar en: https://www.unesco.org/es/articles/guia-de-la-unesco-para-combatir-el-discurso-de-odio-con-educacion-ya-esta-disponible-en-espanol)

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