Opinión

Las enfermedades y el gobierno

La Organización Mundial de la Salud define a la enfermedad, como “alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible”. “Es un estado propio pero diferente de un individuo”, según el fisiólogo francés del siglo XIX Claude Bernard. Las enfermedades “un desequilibrio psíquico”, apunta Sigmund Freud. Para Platón “estar sano es una auténtica manera de ser libre”. La enfermedad nos saca del juego de la vida aunque sea por unos días.

Hace menos de dos semanas, me desperté con dolor de cuerpo y cansada. Llamé a la farmacia para que me trajeran una prueba de Covid, que, de inmediato, salió positiva. Pedí que me tomaran otro examen, esta vez de una clínica especializada, y obtuve el mismo resultado. Era mi tercer contagio. El primero fue sorpresivo. Debe haber ocurrido a principios del 2021. Me realizarían un estudio y el médico solicitaba que presentara mi análisis libre de Covid. Muy quitada de la pena permití que violentaran los orificios de mi nariz. Unos minutos después, me llevé una sorpresa mayúscula: tenía Covid. Consulté a un amigo médico para que me dijera si eso era posible, cuando no tenía ninguna molestia. Me contestó que si da positivo es positivo. Me confiné en la casa. Me había puesto ya una vacuna, o quizá dos, de Aztra Séneca contra el temido virus. Me guardé el tiempo suficiente, me volvieron a intimidar la nariz con enormes hisopos y el Covid no estaba más. Al año, una mañana me levanté adolorida y con fiebre. Era de nuevo Covid. Todavía se llevaban a cabo reuniones por Zoom y deliberé junto con otros jurados un premio de cuento. Estaba yo en un estado maltrecho, sólo quería acostarme y no saber de nada.

Los siguientes días no la pasé bien, pero tampoco mal. La temperatura no me subió mucho y seguí las instrucciones del neumólogo, que me recetó por teléfono.

En algún momento de ese año recibí la tercera dosis de Aztra Seneca. No me he vuelto a vacunar. Las inmunizaciones en las farmacias me dan resquemor. ¿Y si no se encuentran bien refrigeradas? Descarté las vacunas que luego adquirió el gobierno de la 4T, la cubana, Abdala, y la rusa, Sputnik V, que no atacan las nuevas cepas del virus.

El doctor Francisco Moreno Sánchez, Premio Nacional de Salud 2020, internista e infectólogo, articulista del diario Reforma, escribió hace un día en su cuenta de Twitter (X) que había un incremento en los casos de Covid19. “Incluso la propia Secretaría de Salud lo reconoce.” Más adelante expuso: “Lo que no hace es liberar los antivirales (remdesivir, paxlovid y molnupinavir).” Concluyó con: “Termina el sexenio con la mayor incompetencia y negligencia en la historia de la salud en nuestro país”. Es una verdad absoluta.

Los diarios nacionales han advertido del repunte de casos de Covid. Si usted me lee, póngase un cubrebocas si utiliza transporte público o si se reunirá con varias personas. Yo me contagié en una comida dominguera y feliz.

En la primera semana de julio las autoridades sanitarias especificaron que la mayoría de los casos de Covid resultan moderados, pero, como, no siempre resulta así. Los estados con más casos confirmados son la Ciudad de México, Estado de México, Nuevo León y Puebla.

Hace un par de días, la UNAM y la Secretaría de Salud informaron que hay 19 hospitales en todo el país con el 50% de ocupación de camas, ya sea por Covid o por Influenza y, claro, por otras enfermedades infecciosas y virales.

Lo más importante es el cuidado a las personas vulnerables, que no se nos olvide a nadie.

Hoy, y paso a uno de los temas que con razón enfurecen al doctor Moreno Sánchez y a muchos otros médicos, anunciaron la integración de 2700 galenos cubanos al sistema de salud. Andrés Manuel López Obrador firmó un convenio con Cuba para traer doctores cubanos, como si en México no tuviésemos especialistas y universidades con estupendas escuelas de medicina. Mientras tanto, el IMSS cuadriplica el personal cubano. Me parece bochornosa la medida, indecente. ¿A cuenta de qué importamos médicos cubanos? ¿Por comprar las vacunas Abdala y Sputnik que ya no sirven? En vez de estas medidas, se podría regresar al gran sistema de vacunación garantizado en otros sexenios, amén de dar trabajo a los médicos mexicanos.

Otra de las enfermedades que atacan últimamente es el Herpes Zoster, en personas mayores de 50 años de edad. Es un mal sumamente doloroso, paralizante y resulta que el programa completo de vacunas cuesta más de 5 mil pesos. ¿En serio hay que contratar a los médicos cubanos y comprar vacunas que no sirven para el Covid, en lugar de realmente proteger a la población.

La enfermedad, dijo Hipócrates, “es una manifestación de la vida del organismo. Por lo tanto, hay que mantener esa vida evitando, hasta donde sea posible, las enfermedades.

Este gobierno, que persigue un lugar prominente en la historia del país, seguro será recordado por su ineficacia en no pocos asuntos: Salud, educación, agricultura, obras mal hechas como el AIFA y el Tren Maya y muchos otros etcéteras.

La enfermedad y su tratamiento incluyen no sólo el saber y la ética médica sino el respaldo de la buena gobernanza.

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