Opinión

El escritor nicaragüense Sergio Ramírez, Mario Vargas Llosa, Andrés Manuel López Obrador y los populismo de izquierda y de derecha

Hacía tiempo que no veía la Mañanera. No es fácil tratar de apurar, no en su totalidad, seis o siete diarios, ver algunos noticieros, enchufarse a mi programa televisivo favorito de la noche, La hora de opinar, a otros más de Bloomberg, leer libros y llevar la vida lo mejor posible. También consumo revistas: Nexos, Letras Libres, The Economist. Todo este ajetreo, que no tiene que ver con mi trabajo, el de enseñar literatura mexicana de hoy en la Facultad de Filosofía y Letras, me deja con la horrorosa sensación de que me he enterado de muy poco. ¿Cómo le harán los periodistas, los articulistas verdaderos? La información que recibimos todos los días es una montaña por escalar.

Por cierto, quiero destacar un artículo de Rafael Cardona de La Crónica de Hoy, que resulta no solo un macanazo para la ministra de la SCJN, que plagió su tesis de licenciatura, Yasmín Esquivel Mossa, sino que además es un cuento perfecto. Me refiero a cuento como género literario. Lo publicó el 13 de enero. Ojalá pudieran leerlo. Escribir un texto como el de Cardona me dejaría complacida conmigo misma por mucho tiempo. Estoy segura que Cortázar y Maupassant me darían la razón.

Esto me lleva a la Mañanera de hoy 18 de enero, en la que, al mero final, López Obrador, después de referirse a “los conservadores”, en este caso Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto (a su juicio, todo el que no esté de acuerdo con su Transformación también resulta conservador. Yo sería un ejemplo) nombró, como muchas veces lo ha hecho, a Mario Vargas Llosa. Dijo que en Madrid, palabras más, palabras menos, se cobija a la gente conservadora porque ahí existen redes del conservadurismo, asociaciones (creo no mentir) que financian a personas, debemos entender, como el escritor peruano. ¿Por qué no vive esta gente en Barcelona o en Santander? Se preguntó el presidente. ¿Se referiría a la realeza, a franquistas de closet pero diligentes? A saber.

El presidente Andrés Manuel López Obrador

El presidente Andrés Manuel López Obrador

Cuartoscuro

Sin embargo, debo resaltar que el discurso de AMLO posee una lumbre propagandística realmente notable. Ni a mí ni a muchos más nos convence de nada, pero a una gran mayoría, sí. Es muy hábil, tiene labia, y “vende” muy bien su proyecto dizque transformador como panacea para el pueblo de México.

Pienso en su animadversión de AMLO por Mario Vargas Llosa. Ha afirmado que su obra le aburre. Ojalá leyera un artículo de opinión del escritor Sergio Ramírez, el escritor nicaragüense, que ha recibido el Premio Cervantes por la calidad de su obra. También su residencia se encuentra en la capital española (¡Uy, peligro, no aprueba al dictador de Nicaragua, Daniel Ortega y se exilió en España antes de que lo detuvieran los esbirros del tirano!). El texto que menciono de Sergio Ramírez se publicó el 16 de enero en el diario español El País. La ocasión para escribir sobre el autor de la Fiesta del chivo (2000) y La ciudad y los perros (1963) entre una veintena más de novelas, fue que el narrador peruano, que tanto hastía a nuestro presidente, entrará a la Academia Francesa el próximo 9 de febrero. El asunto resulta extraordinario porque Vargas Llosa escribe en castellano. Hace unos días paseó por Twitter un breve vídeo que tomó unos de los hijos del consagrado escritor, en el que lee en voz alta y en francés un breve fragmento de Madame Bovary (1857), la novela maravillosa de Gustave Flaubert, en una primera edición.

Sergio Ramírez comenta sobre la obra literaria del Nobel peruano con enorme admiración, a pesar de algunas de las opiniones políticas del novelista con las que no está de acuerdo. Incluso cuenta que un grupo de intelectuales franceses rechazaron la idea de que se le otorgara a Vargas Llosa una silla en la Academia Francesa, por haber apoyado a candidatos de derecha en América Latina, como Keiko Fujimori, que contendió la presidencia de Perú con el hoy depuesto presidente Pedro Castillo. A pesar de la muy controvertida historia de Keiko y del rechazo que Vargas Llosa le profesa a su padre, el dictador Alberto Fujimori, también un presidente destituido y encarcelado, Vargas Llosa esgrimió en un artículo las razones por las que Keiko haría mucho mejor papel que Pedro Castillo. Vayan ustedes a saber. Lo que el escritor nicaragüense defiende es la obra literaria de Mario Vargas Llosa. No estar políticamente de acuerdo con él no le confiere ningún derecho a “cancelarlo”. Los otros no tienen por qué pensar como uno, sobre todo en el caso de un autor tan estupendo como Vargas Llosa. Autor el mismo Sergio Ramírez de novelas que me gustan muchísimo como Margarita, esta linda la mar (2008) expone que no puede dejar de leer a los grandes escritores porque no se identifica ideológicamente con ellos. “Cien años de soledad dejaría de ser lo que es, un monumento a la imaginación, porque García Márquez se fotografiaba con Fidel Castro”.

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A pesar de que Vargas Llosa haya favorecido a candidatos de derecha, apunta Ramírez, el peruano “defiende la causa palestina contra las políticas militaristas de Israel, ataca el populismo destructivo de Trump (…), respalda los derechos de los homosexuales, defiende los derechos de la mujer, rechaza el machismo; todo lo contrario de la vieja y nueva derecha confesional…”

Sergio Ramírez elabora ideas muy claras para rebatir lo que impera en el mundo de hoy, entre jefes de estado populistas de derecha y populistas de izquierda. “Hoy en día la lucha verdadera esta entablada entre democracia y autoritarismo” y hace hincapié en cómo “las intransigencias etiquetan todo y se inicia la confrontación política”.

Me resulta extraño que los populismos sigan un guion, pero lo siguen. Esta mañana leí que Steve Bannon, estratega de Donald Trump, tuvo que ver con el asalto de fanáticos bolsonaristas a los poderes estatales.

Todo lo que he escrito hoy aquí, lo que cito de Sergio Ramírez, tiene que ver con la narrativa (no la realidad) generada por nuestro señor presidente Andrés Manuel López Obrador, con todo respeto (sic).