Imagino que no debió estar nada fácil, ni nada tersa la negociación en el Frente Amplio por México y al interior del PRI para bajar a Beatriz Paredes de la contienda.
Hasta para usted, que mastica piedras y tiene la piel muy gruesa, debió estar complicado. Lo digo porque la plana mayor priista fue citada ayer a las 14:30 horas, la prensa a las 15:30 y usted apareció hasta a las 18:21. Con un largo discurso de casi media hora, en el cual dedicó casi tres minutos de halagos a doña Beatriz, anunció el apoyo del PRI a favor de Xóchitl Gálvez, por ser ella “la alternativa más competitiva” rumbo al 2024.
Gálvez tiene una visión muy práctica y, en lo general, acertada de por dónde debe marchar el país; le confieso que, en lo personal, me gusta más la visión económica de Enrique de la Madrid o los conceptos de gobernanza de Beatriz Paredes. Pero he de reconocer que Gálvez tiene un plus: conecta y conecta bien con la gente.
Asumo que la decisión de apoyar a Gálvez, antes de la votación del 3 de septiembre, se basó en un gran riesgo y un resultado. En cuanto al riesgo y como comenté ayer, la amenaza de infiltrados en el padrón del FAM se apreciaba real, mismos que tendrían la intención de favorecer a una contendiente menos complicada para Claudia Sheinbaum. Reitero, Paredes hubiera barrido a la favorita presidencial en los debates, pero la marca tricolor no ayudaría para convencer al voto ciudadano.
Ahora hablemos del resultado. Las encuestas levantadas por el FAM demuestran que Gálvez aventajó a Paredes por 15 puntos (54.58 vs 42.2 por ciento). En teoría, el saldo de la votación del 3 de septiembre debiera ser más que menos el mismo, a menos de que se diera una injerencia externa y en buen brete estaría el FAM si no coincidía con la encuesta. De ahí que los partidos agrupados en el Frente solicitaron al Comité Organizador adelantar la presentación de las encuestas.
Todos hubiéramos preferido ver a Gálvez salir triunfante de un proceso totalmente legitimado, pero no había para dónde hacerse.
Al momento de escribir estas líneas no se ha dado a conocer el posicionamiento de Beatriz Paredes; ha trascendido que enviará un video y habrá que poner atención al tono y el subtexto de su discurso. Hasta que doña Beatriz oficialice su declinación, el Comité Organizador tendrá que seguir adelante con los preparativos.
Como sea, aquí estamos hoy, con una mujer empresaria, de huipil y sonrisa contagiosa, dicharachera y entrona.
Ahora viene lo más difícil en más de un sentido.
Primero, los participantes en el Frente Amplio por México han afirmado estar trabajando en una plataforma programática de coalición. De suyo, no es sencillo pues aun cuando los partidos y las OSC tengan claro cuáles son los principales problemas del país, otra cosa es articular propuestas socialmente deseables, políticamente aceptables, financieramente viables y estructuralmente posibles.
Pienso, por ejemplo, en cómo abordar el problema de la inseguridad en el corto y mediano plazos; qué hacer con el Ejército; cómo exigir a los gobernadores, que cumplan con sus responsabilidades en materia de seguridad; cómo capacitar a las policías, etc.
Segundo, cómo integrar la visión de la candidata y de su equipo en dicha plataforma, y cómo será la toma de decisiones.
Tercero, cómo mantener la unidad, no dentro del FAM, sino al interior del PRI. Algunos querrán quemarlo en leña verde, don Alejandro. Espero que convenza a los priistas de no hacer huelga de brazos caídos, porque son la única estructura territorial de la que dispone el FAM; pero sobre todo, espero que los priistas tengan el sentido común de no migrar hacia MORENA.
Cuarto, cómo enfrentar las descalificaciones provenientes de Palacio Nacional y blindar a la candidata de la falsa acusación que el presidente hizo sobre malos manejos durante su gestión en la alcaldía Miguel Hidalgo. No me extrañaría que en un par de semanas, don Andrés salga con una carpeta de investigación que cancele la candidatura de Gálvez. Ya ve cómo se las gasta con tal de conservar el poder.
En fin, más que desearle suerte al Frente Amplio por México, hago votos porque haya serenidad de juicio y altura de miras.
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