El ritual para atraer lluvias que le costó la vida a una gallina adentro de las instalaciones del Senado de la República generó un alud de memes y una pregunta escalofriante: ¿Qué pasará si el ritual falla, no hay lluvias y Tlaloc exige nuevos sacrificios?
¿El senador Adolfo Gómez estaría dispuesto a inmolarse? Seguramente sí porque él respeta mucho los usos y costumbres de los pueblos originarios. Se sabe que sacerdotes prehispánicos buscaban doncellas, niños y políticos oportunistas para aplacar a los dioses iracundos.
Ayer en el Senado se perpetraron, ante cámaras y micrófonos, varios delitos con el gallinicidio. Las puertas del inframundo se abrieron para el senador Gómez. Los usos y costumbres del siglo XXI demandan que se someta a juicio político.
Gallo tiene otros datos
Es uno de los autogoles más penosos de la historia. Metió el balón en la portería de la 4T uno de los mandos de la FGR, Felipe de Jesús Gallo, todavía titular de la Agencia de Investigación Criminal.
Dijo quitado de la pena que México es campeón en la producción de fentanilo. Está por encima de todos. Tal vez por sus importantes responsabilidades el señor Gallo no ha podido dar seguimiento a las conferencias mañaneras del presidente López Obrador en las que se ha repetido, a manera de mantra, que México no produce fentanilo, cuando mucho prepara pastillas.
El opiáceo sintético es un asesino serial que acaba con la vida de decenas de miles de norteamericanos cada año. Por eso políticos de ese país han propuesto incursiones armadas en México. El presidente mexicano se defiende asegurando que aquí no hay producción de fentanilo, pero Gallo tiene otros datos. Él dice que somos campeones.
AI también reprueba a México
Mientras el presidente López Obrador estaba en la mañanera poniéndose como lazo de cochino al gobierno de Estados Unidos, en particular a Tony Blinken encargado de la política exterior de la Casa Blanca, por el atrevimiento de evaluar negativamente la situación de los derechos humanos en México; mientras hacía eso Amnistía Internacional publicaba su propia evaluación la cual, no se lo digan al presidente, coincide con la del Departamento de Estado.
Edith Olivares, directora de AI en México, identificó fuertes retos en materia de Derechos Humanos porque, entre otras cosas, miles de personas sufren violencia de Estado y diariamente se violan los derechos humanos en diferentes ámbitos. Todos el tiempo desaparecen personas y además se ataca a las personas que los buscan.
El presidente López Obrador no ha recibido durante su administración, que pronto concluye, a representantes de AI, cuya tarea es que los violadores de derechos humanos rindan cuentas. Después de su informe de ayer cualquier posibilidad de un encuentro se diluye. Tal vez en el próximo sexenio alguien quiera dialogar con ellos.
Otra estrategia
Comerciantes establecidos a lo largo de la tradicional Costera de Acapulco, denuncian que siguen siendo objeto de extorsiones, amenazas e incluso agresiones físicas, que le han costado la vida a varios de sus colegas.
Esto a pesar de que en el puerto hay 10 mil elementos de la Guardia Nacional. Ahí están, pero los resultados no se notan, por lo que la demanda general es que cambien de estrategia.
Que estén ahí, no es suficiente. Hay que hacer labores policiacas, investigar denuncias, hacer seguimientos, colocar video cámaras, interrogar testigos, hacer operativos encubiertos. Algo que ayude a los empresarios a sacudirse a los pistoleros del crimen organizado que se ensañan con ellos.
¿Y de la alcaldesa y la gobernadora qué cuentan?
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