Opinión

Del gabinete de la Dra. Sheinbaum

La nota política de la semana será la revelación del gabinete de la candidata presidencial triunfante, Claudia Sheinbaum. Que no se crea que esto es un trascendido o una filtración. Nada de eso. Ella misma fue la que lo adelantó con el argumento de contribuir a una mejor transición.

De modo que ocurrirá algo extraño, sin antecedentes. Vienen más de 90 días con una presidenta electa y un presidente en funciones y también con dos gabinetes, uno con la responsabilidad y otro en el dugout, soltando el brazo.

¿Se unirán los integrantes de los dos gabinetes a los paseos de despedida para hacer una suerte de caravana de la 4T por todo el país? Igual y sí. En consecuencia, desde hace días circula en columnas, comederos, pasillos del poder un paquete de nombres que, según los enterados y los aficionados a las apuestas políticas, ya están en la lista. Claro que cada día algunos nombres salen y otros entran, lo que quiere decir que todavía no hay nada definido.

En el anuncio del gabinete, el gobierno entrante plasma sus intenciones. Dice hacia donde piensa dirigir al país. Claudia tiene para elegir cuatro grupos. Los funcionarios del actual gobierno federal que pudieran repetir. Ella ha reiterado que su gobierno es el segundo piso de la 4T. El otro grupo es el equipo que la acompañó en la jefatura de Gobierno de la CDMX, gente que le sacó las castañas del fuego.

También están los dirigentes de Morena a nivel nacional y local que operaron su triunfo electoral y por último la gente de la Universidad Nacional junto a la cual se formó en el activismo estudiantil y el trabajo académico. Sobra decir que habrá paridad de hombres y mujeres.

Muchos quisieran que no se incluyera en la lista definitiva nombres de personajes demasiado cercanos al presidente López Obrador, pero la verdad es que, guste o no, todos ellos forman parte de un mismo movimiento y reconocen al mismo jefe político, así que un rompimiento es más un deseo de los opositores de AMLO que una necesidad real.

El estilo personal de gobernar de la doctora Sheinbaum se impondrá, de eso no hay duda, pero durante los siguientes tres meses, el presidente en funciones es AMLO, nos guste o no. Andrés Manuel no se irá a su finca de Palenque, Chiapas, sin dejar planchado el Plan C que el propio mandatario ideó desde el mes de febrero pasado y que mantuvo a fuego lento hasta que la ciudadanía resolvió darle a Morena todo el poder.

AMLO le sacará todo el jugo posible al mes de septiembre. En eso no hay vuelta atrás. El nuevo gobierno ya verá como procesa los cambios que vienen en el Poder Judicial. Es muy malo que AMLO quiera convertir al Poder Judicial en un cuadrito del organigrama del Ejecutivo, pero también es verdad que los jueces se mueven en una zona de penumbra y que los ciudadanos que por desgracia tienen que procesar un asunto con un juez tienen que preparar su diezmo, lo que es inadmisible.

Glifos

El obituario político de la semana lo protagoniza el PRD. Fue uno de los daños colaterales irreversibles de la elección del domingo dos de junio. Sin el PRD el espectro político se queda sin partidos de izquierda, porque la línea de Morena ha sido hasta ahora el populismo autoritario, que es otra cosa. El PRD se vació cuando los seguidores de AMLO se salieron y los dirigentes que se quedaron no se preocuparon por fichar nuevos militantes, pensaron que con la inercia tendrían presencia muchos años, pero no. El PRD fue un organismo político fundamental en la transición democrática en el país, pero ahora “ya no existe más”.

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@asai_juan