Opinión

Hitlerianos

Rehabilitar al nazismo para denostar a la oposición democrática resulta un despropósito político e histórico, sobre todo si se tiene en cuenta que con el término “hitleriano” generalmente se entienden dos cosas: por un lado, una ideología de la fuerza como mecanismo único de interacción que exalta las características raciales del individuo y del otro, un tipo de régimen político basado en las estructuras jerárquicas de un sistema autoritario y violento en donde no existen contrapesos, ni oposiciones. La confluencia entre ideología y política nazista produjo un exterminio donde millones de personas fueron víctimas y sufrieron grandes atrocidades en los diferentes campos de concentración y aniquilamiento. El nazismo se caracterizó también por un nacionalismo agresivo que reafirmaba la centralidad del pueblo como sujeto colectivo y que desplegaba su presencia a través de un discurso demagógico que proyectaba una concepción dualística de la realidad entre amigos y enemigos, entre puros e impuros, y que promovía la militarización de la vida social.

Adolfo Hitler asaltó a las instituciones democráticas de Alemania en un proceso lento pero sostenido que inició con el rechazo de la Constitución de Weimar en 1919 que inauguraba la República al finalizar la Primera Guerra Mundial. Ella fue considerada una construcción jurídica decisiva en la historia del constitucionalismo porque representaba un nuevo orden democrático que establecía por primera vez el principio de la supremacía de la Constitución para evitar que mayorías parlamentarias coyunturales pudieran alterar los principios fundamentales del orden social y político. El proceso de destrucción de las instituciones democráticas prosiguió en los años siguientes durante los cuales el partido nazista organizó una serie de revueltas y golpes de Estado que permitieron que Hitler tomara el poder en 1933, año en que se otorgó plenos poderes transfiriendo todas las funciones del legislativo al gobierno, además prohibió los partidos políticos de oposición y estableció una policía política para perseguir a la disidencia conocida como Gestapo. Se trataba de privar de cualquier legitimidad a las oposiciones. El itinerario seguido por el nazismo fue el del paulatino establecimiento de una tiranía.

La palabra clave del hitlerismo es “destrucción” que ilustra una situación donde una entera sociedad, moderna e industrial, resultó involucrada en la política genocida. Todos los integrantes del Estado tanto de la administración civil como del aparato económico, el partido nacionalsocialista, la policía o el ejército, así como la mayor parte de la población, aplicaron los procedimientos que condujeron al exterminio judío y de otras minorías, haciendo uso de los poderes y los medios que los nazistas incorporaron a las instituciones, desplegando fidelidad al Estado autoritario por un falso sentido del deber, para establecer eficaces procedimientos orientados a clasificar, transportar, explotar, robar y asesinar a millones de víctimas inocentes. El nazismo representa una pretensión totalitaria impregnada de mitologías y promesas de realización de una supremacía racial, impuesta por una “voluntad de poder” que suprime cualquier convivencia democrática. La heterogeneidad mítica es superada por la homogeneidad simbólica que ve al disidente como el enemigo a derrotar y a la violencia como el único instrumento para lograrlo.

La búsqueda del poder absoluto, la configuración de un Estado unipersonal, el desprecio por la democracia, el fanatismo nacionalista, la tergiversación de la historia, la apropiación de la cultura, el adoctrinamiento y la manipulación de las masas, la censura de las libertades, la propaganda política contra la discrepancia, la demagogia de una misión por cumplir y los mitos de una grandeza del pasado constituyeron el sustento ideológico del nacionalsocialismo. Si el asalto a las instituciones democráticas para establecer un poder dictatorial define muy bien al nazismo, entonces la pregunta que se impone es: ¿quién es el hitleriano?

Copyright © 2022 La Crónica de Hoy .

Lo más relevante en México