Opinión

¿El INE no se toca?

Ojalá me equivoque, pero todo indica que ni el inquilino de Palacio, ni su partido parecen tomar en serio al Instituto Nacional Electoral.

Hoy las corcholatas inician sus “giras informativas” por el país en lo que a todas luces son precampañas. Dudo mucho que los aspirantes y el presidente hagan caso a la tutela preventiva emitida por el INE, la cual “consiste en solicitar a los sujetos obligados (o sea, las corcholatas, el presidente y cualquier autoridad) de abstenerse de realizar una conducta o comportamiento que cause daño (a la equidad, a los plazos electorales, etc.) y adoptar las medidas de precaución necesarias para que no se genere (el daño). Buscar prevenir una actividad que a la postre pueda resultar ilícita”.

Para mí que el daño ya está hecho.

No importa que la legislación electoral y la tutela digan que no se deben llevar a cabo actos proselitistas antes de noviembre, MORENA y su jefe ya impusieron el calendario que inicia hoy. Según ellos estarán “informando” de las bondades de la 4T, como si las mañaneras no fueran suficientes.

Sus eventos “informativos” durarán 70 días, no importa que la ley establezca un máximo de 60 para efectos de precampañas.

Tampoco importa que la oposición denuncie formalmente tales violaciones, con que las corcholatas usen sinónimos en sus discursos, están hechas. Con que digan que aspiran a la Coordinación de Defensa de la Transformación y no a la postulación para la Presidencia, pues ya está; al fin que el pueblo bueno y sabio se va a tragar tal maroma verbal.

No importa que la ley sea clara en cuanto a lo que el presidente puede o no decir respecto de las corcholatas y sus pre-campañas, muy amablemente el INE hizo un “decálogo” para orientarlo, como si fuera nuevo en las lides políticas…

No importa la simulación de MORENA y qué mayor prueba que el apelativo de corcholatas lo puso el presidente López Obrador, al declarar que ya no habría tapado, ni dedazo, sino varias corcholatas viables para competir por la candidatura a la Presidencia.

Lo que ocurre es preocupante.

La voz de la Unidad de Quejas del INE ha sido apacible, de tal suerte que uno no imagina cómo va a negar el registro a cualquiera de las corcholatas por haber violado un montón de artículos de la ley electoral desde hace varios meses.

Claro, todavía le queda al INE revisar un eventual exceso de gastos en estas “giras de defensa de la 4T” o que los aspirantes presenten incorrectamente los gastos ante la Unidad de Fiscalización. Por cierto, el presidente morenista Mario Delgado propuso a los legisladores guindas que “se mochen” para apoyar al candidato de su preferencia. La propuesta es una doble ilegalidad, pues los legisladores –en tanto funcionarios- no pueden manifestarse por uno u otro aspirante; además, cualquier aportación en dinero o en especie debe ser registrada.

Toda esta situación hace prever que las 200 denuncias por actos anticipados de campaña se duplicarán en breve, por lo que el proceso electoral se verá inmerso en una bola de litigios simultáneos al proceso mismo, dejándolo en arenas movedizas. Nada bueno para la certidumbre jurídica sobre la que debe desarrollarse el proceso; nada bueno para nuestra democracia.

Dice el inquilino de Palacio Nacional que “la oposición no ha querido entender que México vive una etapa nueva”. 

Pues no. No se entiende que regresemos al siglo pasado cuando la legalidad, equidad, certidumbre e imparcialidad de las elecciones eran inexistentes.

Mire, doña Guadalupe, no sé si uno se quedó acostumbrado a sonoridad con la cual Lorenzo Córdoba y Ciro Murayama daban a conocer sus decisiones y posturas cuando eran consejeros y por eso percibimos un INE apacible.

Lo que sí sé es que muchos mexicanos queremos que se aplique la ley; no más, no menos.

Piénselo, doña Guadalupe. Sería una gran decepción que el INE no correspondiera a la ciudadanía que salió a marchar en su defensa.

Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com

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