Andrés Manuel López Obrador ayer se anotó una estrellita con la detención de Néstor Isidro Salas, “El Nini”, jefe de seguridad de “Los Chapitos”. Una preocupación menos para aquella de ustedes que gane la Presidencia. Lo menciono porque en Estados Unidos hay serias inquietudes por la inseguridad en México.
El “think tank” Woodrow Wilson International Center for Scholars (WWICS) recién publicó el reporte “Mexico’s next president. Challenges and recomentations”, elaborado por un nutrido grupo de expertos y académicos apartidistas. El reporte toca los temas candentes entre ambos países: energía, migración, T-MEC, seguridad, agua y relocalización de empresas.
Por hoy comentaré con ustedes el tema de seguridad, cuyo capítulo empieza ni más ni menos que con el subtítulo “La reconstrucción de la confianza”; por si quedara alguna duda de dónde está parado el gobierno de la 4T. Los autores no acaban de entender la negativa del lopezobradorismo a reconocer que en nuestro país se produce fentanilo, ni que se sorprenda por el enojo que esto causa entre la clase política estadounidense.
“Aun cuando el Acuerdo Bicentenario y el Acuerdo de Alto Nivel sobre Seguridad son mecanismos institucionales importantes,” dice el WWICS, “los resultados tangibles solo tendrán lugar cuando se establezcan indicadores de éxito.” ¿Cómo la ven, mis estimadas candidatas? Este reproche hace pensar que las múltiples visitas y reuniones de altos funcionarios han sido de puro bla-bla-bla del lado mexicano. Con eso de que la 4T tiene la llave de la migración hacia EUA, se puede dar ciertos lujos… hasta ahora.
Otra inquietud de nuestros vecinos es la suspensión de actividades conjuntas para el combate al crimen organizado y tareas de inteligencia. Como aquí lo comenté con anterioridad, tales actividades llegaron a su fin cuando AMLO prácticamente echó del país a los agentes de la DEA e impuso que para renovar su permiso de colaboración con la SEMAR y la SEDENA, los agentes de la DEA tendrían que remitir su documentación a la Secretaría de Relaciones Exteriores, no solo a las dos secretarías mencionadas. Tal “apertura” sin duda pone en riesgo la integridad de los agentes.
Los autores afirman que la reconstrucción de la confianza también pasa por dejar atrás la opacidad con la que México se conduce en el tema de seguridad y los demás que unen a ambos países. De hecho consideran necesario que el INAI recupere su nivel presupuestal (-24 por ciento con la 4T) y señalan que de las 12 mil 570 bases de datos oficiales, 71 por ciento no han sido alimentadas en los últimos dos años. Para EUA no bastan los datos –ciertos, medio ciertos y falaces- que el inquilino de Palacio Nacional comenta en las mañaneras.
Sugieren que nuestro gobierno se oriente a perseguir y procesar a narcos de nivel intermedio, en vez de los consumidores de drogas. Y razón no les falta; como comenté en este espacio el pasado lunes, el censo elaborado por el INEGI indica que dentro de las detenciones realizadas por la Guadia Nacional, la mayor parte de ellas es por posesión de drogas, lo cual no implica comercio ni trasiego.
Al ser muy barata la producción de fentanilo y muy fácil su trasiego, la demanda por heroína está en caída, afectando a los productores mexicanos de amapola. Ahora bien, para los autores no basta ofrecer a estos campesinos la alternativa de una actividad lícita y creer que así también se reducirá la violencia. Prueba de ello es la apropiación que el crimen organizado ha hecho de la producción de aguacate y limón, a través del cobro de derecho de piso, cuando no de las cosechas completas. O sea, hay que echarle ingenio al asunto.
El WWICS no desconoce la responsabilidad de EUA respecto del tráfico de armas, máxime que 67 por ciento de los homicidios con arma de fuego en nuestro país son perpetrados con una pistola obtenida al otro lado de la frontera. No obstante, sí lamenta que México no estreche relaciones con los estados fronterizos estadounidenses, a fin de aprovechar el Acta Bipartidista para Comunidades Seguras, mediante la cual se ha tipificado como delito que una persona adquiera un arma para uso de otra. También señalan que la porosidad de nuestras aduanas facilita el tráfico de armas, bien sea por falta de tecnología y/o cooperación; yo agregaría, corrupción.
Como ven, doña Claudia, doña Xóchitl, hay mucho trabajo por delante y, sobre todo, desandar la opaca y evasiva política binacional de la 4T en lo que a seguridad se refiere. Miren, AMLO ya se va y la reelección del presidente Joe Biden se antoja difícil. Con Donald Trump en la Casa Blanca, la tonada de la canción va a ser muy distinta.
Una última pregunta: ¿saben ustedes para cuándo es la próxima visita de don Andrés a Badiraguato?
Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com
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