La varicela es una enfermedad causada por un virus de DNA llamado varicela zoster. Es una de las enfermedades más contagiosas que existen. Hace tiempo, prácticamente a todos nos daba varicela en la infancia, que se manifiesta por la aparición de un salpullido que consiste en múltiples vesículas en la piel, acompañado de un cuadro de infección sistémica, que usualmente se resuelve en algunos días.
En los bebés, los adultos y en personas con inmunosupresión puede ser una infección muy grave. Se ha vuelto mucho menos común en los niños, porque ahora existe una vacuna que reciben en el primer año de vida, con un refuerzo a las 5 o 6 años.
Después de tener varicela, el virus no se elimina del organismo. Se queda en vida latente en la raíz de los ganglios dorsales de la médula espinal. Si la función del sistema inmune se debilita (cáncer, quimioterapia, inmunosupresión farmacológica) o con la edad avanzada, el virus puede reactivarse por mecanismos aún no definidos y producir una segunda versión de la enfermedad llamada Herpes Zoster, que consiste en la aparición de vesículas como las de la varicela, a lo largo de un trayecto nervioso, que es sumamente doloroso.
Hace algunos años se desarrolló una vacuna llamada Zostavax para aplicar a personas mayores de 60 años y enfermos inmunosuprimidos, con lo que se previene considerablemente la aparición de herpes zoster. Zostavax ha sido remplazada por una mejor versión llamada Shingrix. Esta vacuna no existe para administración gratuita y es costosa, pero vale la pena ponérsela.
Hace unos días apareció en el sitio de publicaciones preliminares llamado MedRxiv un artículo muy interesante sobre la vacunación contra herpes zoster y la demencia (doi.org/10.1101/2023.05.23.23290253). Aclaro que este sitio publica artículos antes de ser evaluados por pares, por lo que la publicación final, sujeta a escrutinio aún no ha salido, pero no me extrañaría que aparezca en revistas de la talla de Lancet o New England Journal of Medicine.
Una de las propuestas que se ha considerado por años es que la demencia sea ocasionada por virus y, dado que el de varicela zoster se queda latente en el sistema nervioso central, es un candidato importante. Este artículo muestra evidencia muy fuerte de que la vacuna Zostavax reduce la aparición de demencia en 20 %.
El estudio toma ventaja de que en el país de Gales, cuando se tuvo acceso a la vacuna en septiembre de 2013, tomaron la decisión arbitraria de que todos los nacidos del 1 de septiembre de 1933 hacia atrás no serían elegibles para ser vacunados, mientras que los nacidos del 2 de septiembre de 1933 hacia adelante, si lo fueron. El estudio muestra obviamente que la vacunación contra herpes zoster aumentó considerablemente en la segunda población (0.01 % vs. 47.2 %).
Entre siete y diez años de seguimiento en ambas poblaciones, a partir de 2013 que se inició la vacunación, observaron que los nacidos en la semana del 2 de septiembre de 1933 tuvieron 20 % menos demencia, que los nacidos en la semana anterior a ese día. Es evidente que, en principio, no debe haber ninguna diferencia entre los nacidos en una semana o la siguiente, pero el estudio analiza múltiples posibles confusores y concluye que las únicas diferencias entre ambas poblaciones son la aplicación de la vacuna y la reducción en la frecuencia de demencia.
Estudios epidemiológicos como este generan datos muy interesantes para investigación en el tema. Mientras tanto, si usted es mayor de 60 años, es recomendable que se aplique la vacuna para prevenir el herpes zoster y al parecer, quizá también la demencia.
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