Opinión

Justicia para los coaches en la NFL

¡Y se hizo justicia para los coaches históricos de la NFL! Hace unos días se dio a conocer que las reglas para elegir a los entrenadores para ingresar al Salón de Fama han cambiado. Antes debían esperar 5 años para ser elegibles, ahora sólo será un año, sin duda una noticia que por donde se le quiera ver, es más que justa para unos personajes que, a pesar de que no tienen los reflectores encima como los jugadores, son en gran parte la clave del éxito de una franquicia.

Sin un gran entrenador, sin ese hombre que ordena, planea, ajusta, modifica, delega y hasta forma a chicos que después se harán hombres, ningún equipo podría haber logrado un título o más aún ser una dinastía.

Es verdad que existen algunos casos donde por lo regular se da el binomio de coach/quarterback, y eso contribuye a un éxito absoluto, pero la realidad es que son los entrenadores en jefe unos pilares que en muchas ocasiones son subestimados por el aficionado y en otras por los mismos dueños de las franquicias, quienes creen que es un trabajo sencillo.

Quizá el caso más sonado, conocido y vergonzoso es y será el de Jimmy Johnson y Jerry Jones en Dallas. Johnson había hecho bicampeones a los Vaqueros y una declaración de Jones, el dueño del equipo, dio al traste con lo que pudo ser un equipo de época.

Jerry, como siempre, abrió de más la boca, y dijo que con el talento de roster que tenía en Dallas, cualquiera podría dirigir y ser campeón. Eso desembocó en un enfrentamiento que acabó con la salida de Johnson de los Vaqueros y la llegada de Barry Switzer, entrenador de los Sooners de Oklahoma y gran amigo de Jones desde sus juventudes.

De cierta forma, Jones no se equivocó del todo, al año siguiente los Vaqueros ganaron nuevamente el Super Bowl con un Switzer que sólo dejó que la inercia de Johnson se mantuviera, aunque no le alcanzó para más.

Otro momento de menosprecio hacia un coach de elite fue el que sucedió en Atlanta apenas en esta temporada baja. Al estar en busca de un nuevo entrenador, Arthur Blank, el dueño de los Halcones, entrevistó en varias ocasiones a Belichick, y de hecho más de uno apostaba que sería el nuevo coach de las aves negras, sin embargo, de último momento Balnk sorprendió al contratar a Raheem Morris, un coach que poco ha hecho en la Liga, y que no ha pasado de ser simplemente un buen coordinador defensivo. Muchos dicen que Belichick se sintió utilizado para crear una cortina de humo en dicho proceso.

Pero bueno, con estas historias nos percatamos de la importancia de estos verdaderos líderes y mentores, y ahora con la noticia de que con tan sólo a un año después del retiro podrán ser elegibles para ingresar al recinto de los inmortales de la Liga, es una deuda pendiente que la NFL tenía con muchos hombres que dieron su vida entera a este deporte.

Un ejemplo real podría ser el de dos muy conocidos, Bill Belichick y Pete Carroll; ambos se retiraron el año anterior al dejar de dirigir los destinos de Nueva Inglaterra y Seattle, respectivamente, y ambos con 72 años de edad, sería injusto que deban esperar cinco largos años para saber si, apenas, son elegibles para entrar al Salón de la Fama.

Si tienen suerte ingresarían enseguida, de lo contrario esa inducción al Recinto se daría cuando ambos anduvieran llegando a los 80 años de edad, y la realidad es que a quién le importa un reconocimiento a esas alturas de la vida. Los reconocimientos, premios y homenajes deben ser cuando el personaje está en plenitud como estos ex coaches recién retirados.

De hecho, baste señalar que mientras la suma de jugadores en el Salón de la Fama asciende a 378 inmortales, son apenas 29 los coaches que ostentan un lugar en esa morada en Ohio. Ciertamente es mucho, mucho mayor la cantidad de jugadores que de entrenadores los que pasan por la Liga, sin embargo, el que sólo haya 29 entrenadores es de llamar la atención.

Con este cambio de regla, seguramente veremos la incursión de más coaches al Recinto, y la realidad es que hay algunos que ya desde hace tiempo debieron ser distinguidos con tal honor.

Es casi un hecho que Belichick y Carroll lo lograrán en su primer año de elegibilidad, pero si nos ponemos a buscar otros que también lo merecen desde hace un tiempo sobresalen dos nombres que quizá algunos ya han olvidado o ni siquiera los conocen por aquello de la brecha generacional, nos referimos a Mike Holmgren y Mike Shanahan, dos brillantes mentes ofensivas que no sólo fueron campeones, sino que dejaron un sello con un estilo propio.

Sin duda el más destacado es Holmgren, quien para muchos, me incluyo, fue el único gran aprendiz de la ofensiva del Costa Oeste de Bill Walsh. Su nivel de perfeccionamiento fue tal que, se cuenta, cuando era el coordinador ofensivo de los 49ers en la época de Walsh, los rivales sabían que tenían que robárselo a San Francisco si querían tener una oportunidad de acabar con aquella dinastía.

Green Bay fue el equipo que lo hizo, y el resultado fue una era de triunfos y Super Bowl con Holmgren y Brett Favre.

El otro, Mike Shanahan, padre de Kyle, el actual coach de los 49ers, llegó a su clímax como entrenador cuando hizo bicampeones a los Broncos de la mano de John Elway. Con un estilo de juego terrestre y pases específicos, Shanahan se ganó un lugar en la memoria de muchos, y más aún al dejar un legado de jóvenes estrategas de perfíl ofensivo tal como su hijo y muchos otros.

Así que hagamos una lista de aquellos coaches que nos hicieron soñar con su estilo de juego y que en menos de lo que imaginamos pronto podrían tener lo que se merecen: un lugar en el Salón de la Fama en Canton, Ohio.

George Allen, Paul Brown, Bill Cowher, Weeb Ewank, Ray Flaherty, Tom Flores, Joe Gibbs, Sid Gillman, Bud Grant, George Halas, Curly Lambeau, Tom Landry, Marv Levy, Vince Lombardi, John Madden, Chuck Noll, Don Shula, Hank Stram, Bill Walsh, Don Coryell, Tony Dungy, Guy Camberlin, Jimmy Conzelman, Jimmy Johnson, Earle Neale, Bill Parcells, Fritz Pollard y Dick Vermeil

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