Está bien que los gobiernos de los estados tengan estrategias para facilitar a la población el acceso a las licencias de conducir. Está mal, y es muy peligroso, que esas facilidades diluyan las medidas de seguridad que exige el documento.
Sin medidas de seguridad para certificar la identidad del portador, la licencia de conducir no pasa del nivel cartón o plástico y se presta a toda clase de abusos en el juego macabro de las identidades falsas. Juego al que recurren de manera sistemática los integrantes de la delincuencia organizada, o desorganizada, pero delincuencia al fin.
Con el apetito insaciable de recursos rápidos autoridades estatales y municipales se vuelven, en los hechos, cómplices de quienes hacen mal uso del documento, ya que no hacen nada para validar la identidad del portador. Cuidado.
Dueto miseria
El largo brazo de la ley alcanzó a Jorge Winckler, ex fiscal de Veracruz, protagonista de uno de los periodos más siniestros en la procuración de justicia de ese estado, gracias al respaldo político de Miguel Ángel Yunes, el político afamado por operar con soltura en las sombras.
A Winckler se le acusa de delitos graves, entre ellos desaparición forzada por lo que podría enfrentar, falta que un juez lo disponga, un larguísimo periodo en la cárcel. Ante esta posibilidad ominosa es probable que se le suelte la lengua y hable del grado de complicidad de Yunes, su jefe y protector. Lo sabremos pronto.
El ex fiscal estuvo prófugo tres años. Ya se verá qué deciden las autoridades sobre su situación legal.
Rabin quiere fuera a Cuauhtémoc
Ante el inminente cambio de dirigencia estatal, los morenistas de Morelos andan, no extraña a nadie, a la greña. La tensión aumenta. Dicen los que saben que se han formado dos grupos
Uno de ellos lo encabeza Rabindranath Salazar que era el preferido de AMLO para la gubernatura hasta que se le atravesó en el camino el futbolista chilango, que de pronto se hizo morelense.
Salazar viene por la revancha y sabe que para asegurar la nominación de Morena necesita manejar al partido en el estado.
En el otro grupo está Blanco y gente afín a los pastores del PES que, no hay que olvidarlo, es el partido que le prestó sus siglas a Cuauhtémoc para competir.
En la dirigencia nacional del partido hay preocupación por Morelos. Saben que después del desastre de Blanco será muy difícil que los ciudadanos vuelvan a respaldar a Morena.
Parlamento de resistencia
La oposición no puede, por legítima defensa, dejar pasar el proyecto de reforma electoral del presidente porque significaría el fin de los organismos electorales como los conocemos, y también de la propia oposición por su embestida a las minorías a las que quiere quitarle toda la representación en el Congreso.
De manera que puede haber algunos cambios cosméticos en materia electoral, pero ninguno de fondo, toda vez que sigue vigente la llamada Moratoria Constitucional.
Los diputados estarán entretenidos un mes en un parlamento abierto que servirá para tirarle con todo al INE y al TEPJF y tratar de ablandarlos para que de cara al proceso 2024 no tomen ninguna decisión que pueda afectar los intereses del gobierno y partido.
Es, en estricto rigor, un parlamento de resistencia que tiene la consigna de “No pasarán” las huestes morenistas. ¿Conseguirán detenerlos?
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