Opinión

Manuel Velasco, del PVEM, se lanza para declinar

¿Qué tantas posibilidades hay de que el nombre de Manuel Velasco aparezca en la boleta de la elección presidencial del 2024? ¿Su destape como candidato del PVEM es una estrategia para encarecer la negociación? ¿Desde hoy Velasco está dispuesto a escuchar ofertas para declinar?

A juzgar por la posición de Velasco con respecto a la campaña en Coahuila, el senador tiene un gen declinador. Dijo estar dispuesto a evaluar la conveniencia de que su candidato allá, Lenin Pérez, decline a favor de Armando Guadiana, si con esto Morena tiene posibilidades reales de vencer al PRI. Lenin dijo que a él ni siquiera le preguntaron y que sí lo consultan de ninguna manera declinará porque definió a Guadiana, empresario del carbón y fanático de la tauromaquia, como un conocido enemigo de las causas del Partido Verde.

Horas después, Manuel instruyó a Karen Castrejón, dirigente formal del partido, para que lanzara su candidatura presidencial con lo que Velasco ganó el juego de los destapes y resultó incluso más prematuro que todas las corcholatas de Morena. Que haya salido primero no quiere decir que llegará al final. Si nos atenemos a la lógica de Coahuila, Velasco estaría dispuesto a declinar si con eso aumentan las posibilidades de triunfo de Morena. Ese es el mensaje.

Qué le ofrecerá la candidata o el candidato presidencial de Morena a cambio de esa declinación. Ya se comenzó a hablar de otras dos gubernaturas. El Verde en asociación con la 4T, ya tiene San Luis Potosí y Quintana Roo, que son muy importantes. A estos estados podrían sumarse Chiapas, donde Velasco sigue teniendo poder, y acaso Yucatán. Hay quien asegura que Velasco quiere llegar hasta el cuarto para la hora para cotizarse más alto. Sabe que una campaña adornada por Anahí jalará mucha gente, pues la ex RBD es una indiscutida celebridad millennial.

En Coahuila Morena y sus aliados tiene poco qué hacer. Ese árbol creció torcido y no enderezará sus ramas. Al problemón de que cada partido de la alianza, Morena, PVEM y PT, tienen un candidato diferente, se añade el hecho de que se la han pasado descalificándose unos a otros. Ni modo que el candidato del PVEM decline a favor de Guadiana a quien considera un ecocida, o que Ricardo Mejía decline por alguien a quien ha descrito como integrante de la mafia de los Moreira y sus lazos con el Cartel del Golfo. Lo dicho, dicho está. Una declinación sería una burla.

Mario Delgado, el principal responsable del entuerto, deslizó la amenaza de que podrían prescindir de los servicios del PVEM y del PT en la elección del 2024, lo que deja en claro una cosa: que Mario está descalificado para conducir a Morena en ese lance. Una vez que se realicen las encuestas lo más seguro es que la ganadora pida una renovación de la dirigencia de Morena para poner al frente alguien a quien la militancia considere un liderazgo real. Se habla de que, si no es candidata para el gobierno de la CDMX, la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, será la nueva dirigente del partido.

A pesar de Mario, Morena sigue adelante en la elección del Estado de México. Su ventaja, dicen las encuestas, se han reducido a menos de diez puntos cuando faltan quince días para la jornada electoral. Alejandra del Moral es una buena candidata pero la sensación general es que la clase política priista del Edomex la dejó sola. Por lo pronto el gobernador del estado anda en otras cosas. Lo que se dice en corto en Toluca es que quiere ser embajador de México en el Vaticano y lo que suceda con su partido en las elecciones no le quita el sueño, porque él ya tiene su asunto personal arreglado.

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