Opinión

El Mayo, sombras nada más

Otro momento incómodo en Palacio Nacional. Ya van varios ocasionados por el caso del Mayo Zambada y uno de los hijos del Chapo. Y es que cada que les preguntan por el tema ni el presidente ni la secretaria de Seguridad saben qué responder. Se expande por el recinto de las mañaneras un silencio incómodo y hasta los propios reporteros sienten pena ajena de las autoridades mexicanas que viven en las sombras.

¿Por qué aceptan el maltrato por parte del gobierno norteamericano? ¿Dónde quedó el hombre que se enciende a las primeras de cambio? La entrada de la policía de Ecuador a nuestra embajada en Quito generó una respuesta ríspida, contundente, la relación diplomática se rompió. ¿Por qué la sumisión ante el gobierno de Estados Unidos? Lo que se dice en corto es que hay pánico de lo que pueda decir el Mayo en los interrogatorios o para aprovechar un eventual criterio de oportunidad.

Hace varios días que se debió exigir la presencia de Ken Salazar en Palacio Nacional para dar explicaciones, porque el gobierno americano tiene que hacerlo obligadamente ya que hay indicios de operación de agentes de ese país en territorio mexicano. ¿Si eso no pasó a qué obedece el pesado silencio de las autoridades norteamericanas? Si de verdad como dicen el hijo de Chapo se llevó a Texas al Mayo así, sin escoltas, como si el jefe del Cartel de Sinaloa fuera un señor desorientado aficionado a los gansitos que no se entera de que le tendieron una trampa hasta que lo esposan y le cubren la cabeza. Si eso fue verdad por qué no le entregan el reporte pormenorizado al gobierno de México.

AMLO tiene que exigir la presencia de Ken Salazar en Palacio y traer para consultas al embajador mexicano en Washington. Seguir esperando es, sin más, una humillación. Si el gobierno dobla las manos acicatea a los políticos republicanos que quieren una intervención directa de los marines en México ya que es un país al que todo le pasa de noche.

Lo que AMLO y Rosa Icela han dicho en público es lo mismo que se ha publicado en los medios desde días. Dan una versión de los hechos, no tienen ni siquiera una nota informativa del Departamento de Justicia de Estados Unidos que ya empezó el juicio del Mayo en Texas sin sentir que debe informarles a sus vecinos cómo capturó al pez gordo. Allá todo mundo da por hecho que el gobierno es cómplice de los narcos, como lo dijo hace unos días Chris Swecker, ex subdirector del FBI. Swecker argumenta que el gobierno de México no sólo asiste a los cárteles de la droga que exportan fentanilo, sino que es parte de la estructura criminal

La captura es por lo tanto un acto político hostil que muy poco o nada tiene que ver con el tráfico de drogas a ras de suelo, comenzando por el fentanilo. Si alguien por ahí piensa que porque capturaron al Mayo ya las drogas no cruzan la frontera, tiene que volverlo a pensar y tener presente que el juego político de la captura de capos no está conectado directamente con el tráfico cotidiano que lleva droga a todas las escuelas preparatorianos de Estados Unidos.

Glifos

En Chihuahua se dice en corto que la estructura de corrupción que operó durante el gobierno de César Duarte, y que incluso benefició a la actual gobernadora Maru Campos, es lo que le ha permitido gozar de muchos privilegios en su reclusión. Ya solo falta que le autoricen una casa en la playa para relajarse. La pregunta que todo mundo se hace por allá es qué tanto le debe Maru Campos a Duarte para derrochar su capital político apapachándolo.

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