Opinión

El mes patrio y Nicolás Bravo

Desde pequeño me ha fascinado el hecho de que las principales gestas históricas de México y sus respectivas conmemoraciones hayan acontecido durante septiembre, si bien me sería imposible describir los motivos de dicha coincidencia, sí me gusta buscar los hilos conductores más representativos, uno de ellos es la participación de Nicolás Bravo.

Nacido un 10 de septiembre de 1786, para estar en sintonía con su causa y misión de vida. Participó durante la guerra de Independencia bajo las órdenes de José María Morelos y Pavón, tuvo participación preponderante durante la toma a Oaxaca, y sitio de Cuautla y Acapulco. En 1812, a sus 26 años, mientras estaba en el campo de batalla, recibió la noticia de que su padre, Leonardo Bravo, había sido capturado por las tropas de Calleja. Morelos negoció vía cartas la liberación de Leonardo a cambio de 300 soldados reales que tenían presos los insurgentes, sin embargo, Calleja intentó engañar a Morelos asesinando a Leonardo sin que los insurgentes supieran, para además liberar a sus soldados. Morelos, a su vez, descubrió el embuste y dejó a Nicolás Bravo, que estaba en duelo, la decisión sobre el destino de esos soldados. Bravo describió lo sucedido, les perdonó la vida y los liberó, marcando una clara diferencia con los valores realistas y varios de estos soldados se sumaron a combatir al lado de Morelos, desde entonces, Bravo fue nombrado el “héroe del perdón”.

Nicolás no murió durante la guerra de Independencia y atestiguó su culminación otro día de septiembre, para ser exactos, el 28 de 1821. A sus 35 años, vio la formación del primer Imperio Mexicano y volvió a la lucha por el establecimiento de una República tras la caída de Iturbide. Bravo fue el primer Vicepresidente de la República Mexicana junto al primer Presidente, Guadalupe Victoria. Velando siempre por el más alto elevado de la República, fue un personaje clave durante las primeras décadas del México Independiente. De hecho, fue Presidente interino en 3 ocasiones, uno de los pocos hombres que podía dar certezas y garantías a las diversas corrientes políticas en formación.

Sin embargo, el mayor acto de heroísmo lo demostró ya en su madurez, a los 61 años en 1847. En ese momento fungía como Director General del Colegio Militar cuando México enfrentó la guerra contra Estados Unidos, la ocasión en que nuestro país estuvo en mayor riesgo de morir. Estados Unidos y sus tropas marchaban con una clara consigna, la “Doctrina Monroe”, cuyo principal propósito era reclamar la “América para los Americanos”, lo que implicaba extenderse desde Alaska hasta la Patagonia, para ello debían cruzar por México. En ese momento, el Presidente era Agustín López de Santa Anna.

Nicolás Bravo sabía de la capacidad corruptora que tenía Santa Anna, lo conocía bien, pero también entendía perfectamente del arte de la guerra. Cuando Santa Anna da la orden de abandonar la Capital para llevar a todas las tropas a Querétaro, donde según se llevaría a cabo la batalla decisiva, Bravo se negó a seguir sus instrucciones por lo aberrante que era abandonar a su suerte a todos en el centro, mismo que al caer, cayó todo el país. Así que resistió junto a sus cadetes, los más destacados los 6 Niños Héroes y el séptimo Miguel Miramón, quien años después sería Presidente de México, ya que no murió ese 13 de septiembre en la defensa heroica de Chapultepec, sino que al igual que Nicolás Bravo, fue arrestado por los norteamericanos y gracias a él sabemos tanto de lo acontecido ese día.

Se perdió la batalla, pero se salvó al país y a toda Latinoamérica, inspiró a los mexicanos a su defensa, los militares regresaron a dar la batalla en todas las trincheras, Santa Anna huyó, pero los norteamericanos se dieron cuenta que sería muy difícil vencer a los mexicanos y tuvieron que retirarse. Desde entonces, nació un verdadero espíritu de defensa de lo nacional y no de disputas internas de poder. Años más tarde, falleció Nicolás Bravo, pero su magnanimidad se impregno en el corazón de todo autentico mexicano a la posteridad y todo septiembre es forzado a recordar a este “héroe del perdón”.

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