Opinión

El Metro, militarizado, se cae a pedazos

La militarización llegó al Metro, no para resolver problemas de seguridad sino como un recurso de propaganda y simulación. La asignación de 6 mil elementos de la Guardia Nacional pretende exculpar a Claudia Sheinbaum por el descuido en el que tiene al Sistema de Transporte Colectivo.

Las advertencias de especialistas que llevan años diciendo que se ha desatendido el mantenimiento del Metro y las denuncias de numerosos pasajeros que muestran el deterioro de esas instalaciones, son confirmadas por las fallas cotidianas en el STC. El choque de dos trenes el sábado 7 de enero, en donde murió una joven estudiante y quedaron heridas otras 59 personas, ratificó esa negligencia pero, también, la incapacidad política de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México para asumir su responsabilidad en la situación del Metro. Primero los operadores morenistas en redes sociodigitales, y luego la misma Sheinbaum, propalaron la versión de un sabotaje.

El presidente López Obrador quiere proteger a la jefa de Gobierno con una operación de propaganda. Para eso envió al Metro a más elementos de la Guardia Nacional que los que han sido destinados a varios de los estados con más problemas de seguridad. Frente a los 6 mil 60 uniformados de esa corporación que patrullan andenes y pasillos del Metro, en Michoacán hay 4 mil 640, en Jalisco 4 mil 500, en Sinaloa menos de 4 mil.

Con ese ostentoso despliegue, se intenta reforzar la farsa del sabotaje. En sus primeros días de vigilancia la Guardia Nacional detuvo a una señora que dejó caer unas aspas de lavadora sobre los rieles, encontró un cable cortado y recogió una lata de cerveza junto a una vía. Después de un “análisis forense”, de acuerdo con el director del Metro, las autoridades determinaron que dentro de esa peligrosa lata había… restos de cerveza.

Llevar a la Guardia Nacional a patrullar el Metro es pésima idea. En primer lugar, porque no es necesaria. Lo que ese transporte requiere es adecuada vigilancia policiaca, no porque haya sabotajes sino para proteger a los pasajeros. La GN es una corporación militar y muchos de sus integrantes no están capacitados para alternar con los ciudadanos y mucho menos en espacios con tanta aglomeración como suelen ser los del Metro. La Guardia Nacional, cuya existencia misma es discutible, hace falta en otras zonas del país agobiadas por el abierto desafío de la delincuencia. Además, con esa decisión la imagen de Sheinbaum queda irremediablemente ligada al uso de la fuerza para amagar a los ciudadanos. La detención de jóvenes que protestan dentro del Metro por la presencia de la GN, ha confirmado esa actitud de represión.

El problema del Metro, además de los errores en la construcción de algunos de sus tramos, es el insuficiente mantenimiento, como diagnosticó el año pasado la empresa internacional contratada para dictaminar el derrumbe en la Línea 12, ocurrido en mayo de 2021. El descuido de las autoridades ha comenzado desde la decreciente asignación de recursos. En 2018, el Metro tuvo un presupuesto de 22 mil 882 millones de pesos. Luego, comenzó a descender. Durante los tres primeros años del gobierno de Sheinbaum para el STC fueron aprobados 19 mil 593 mdp en 2019, 19 mil 19 en 2020 y 17 mil 102 en 2021. Hubo un repunte en 2022, con 19 mil 769 millones de pesos, aunque para 2023 el presupuesto asignado disminuyó a 18 mil 847. Año tras año, durante la actual administración, el presupuesto para el Metro ha sido menor que en 2018. Estos y los siguientes datos, tomados de la Cuenta Pública y el Presupuesto de la Ciudad de México, los ha difundido Juan Ortiz en su cuenta de Twitter (@Juan_OrtizMX) y, el 13 de enero, en emeequis.

Del presupuesto de cada año, también ha sido menor el segmento etiquetado para tareas de mantenimiento del Metro. Era de 2 mil 653 millones de pesos en 2018; se redujo a 2 mil 180, mil 905 y mil 614 mdp en los siguientes tres años. Luego de la tragedia en la Línea 12, el presupuesto para mantenimiento creció a 2 mil 194 mdp en 2022. Sin embargo, siguió siendo menor al del último año del gobierno anterior.

El problema no es solamente la asignación presupuestal, sino la capacidad o la decisión del gobierno de la Ciudad para ejercer esos recursos. El gasto destinado a mantenimiento de la infraestructura que ya teníamos ha sido castigado para beneficiar los proyectos y obras que le gustan al presidente. En la primera mitad de 2022, Sheinbaum sólo había ejercido el 24% del presupuesto para mantenimiento del Metro (532, de 2 mil 194 millones de pesos).

Sin dinero suficiente, el Metro no recibe el mantenimiento necesario. Guillermo Jiménez, regulador en el Puesto Central de Control, sintetiza sin subterfugios la situación actual: “El Metro se está cayendo a pedazos. Está en un total descuido y abandono, con saqueo e indolencia” (nota de Sara Pantoja en Proceso de esta semana).

Este domingo fueron reabiertas nueve de las estaciones que estaban cerradas desde que se derrumbó un tramo de la Línea 12 (otras once, siguen sin funcionar). La jefa de Gobierno abordó un vagón repleto de funcionarios y reporteros. Un guitarrista interpretó “Fue en un café”, la canción que el grupo Los Apson popularizó a mediados de los 60. Sheinbaum, siempre para los videos y las fotos, sonreía y hacía como que cantaba. En las inclementes redes sociodigitales se propagó un inevitable comentario: la jefa de Gobierno festejó esa reapertura a pesar de la tragedia de mayo de 2021, cuando murieron 26 personas.

Menos de seis horas más tarde un vagón se separó de otro cuando un convoy llegaba a la estación Polanco, en la Línea 7. El pánico de los pasajeros, que abrieron las puertas a la fuerza para salir corriendo, era muy distinto al regocijo de la jefa de Gobierno. Los elementos de la Guardia Nacional que estaban en ese andén se pusieron a tomar fotografías.

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