Opinión

Yo también Voy por México

De repente todo puede cambiar, ante las aburridas campañas no campañas de los morenistas , la esperada maledicencia de López Obrador durante las mañaneras, la inactividad aparente de la oposición, hoy se agilizan las precandidaturas en el lado lado opositor y, en general, en todo el enjuague de la futura presidencia del país, gracias a la no pre-candidatura de la precandidatura de Xóchitl Gálvez, que es muy inteligente, muy encantadora. Con huipil u otra vestimenta, con “malas palabras” (escribió Octavio Paz, lo repito de memoria, que “las groserías son los únicos vocablos vivos en un mundo de palabras muertas”) tiene el temple de una política. Además, aborda, en las entrevistas que le han hecho, los asuntos que deben tratarse de inmediato con un cambio de gobierno: la pobreza, la salud, el abasto de medicinas, la necesidad de hacerse de un gabinete de expertos etcétera y así va construyendo su discurso, sin hablar mal de nadie. Si alguien ha alcanzado metas en la vida es ella. Es ingeniera por la UNAM y empresaria, senadora del grupo parlamentario del PAN. Fue jefa delegacional de la Miguel Hidalgo y defensora de los pueblos indígenas en la administración de Vicente Fox. No milita en ningún partido. Sabe de inteligencia artificial.

Otro no pre-candidato a la precandidatura presidencial es Santiago Creel. Abogado por la UNAM, con una maestría en la Universidad de Michigan y estudios en la Universidad de Georgetown. Creel es serio y firme en sus posiciones y conoce de qué tratan la gobernanza y la Constitución. Como se sabe, fue secretario de Gobernación con el presidente Fox. Allí impulsó la creación de INMUJERES (Instituto Nacional de las Mujeres), la del CONAPRES (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación). Puso en marcha el Programa de Derechos Humanos, la CONAGO (Conferencia Nacional de Gobernadores. Tuvo que ver en el nacimiento del IFAI (Instituto Federal de Acceso a la Información) fungió como coordinador jurídico del Plebiscito Ciudadano de la Ciudad de México, en donde se otorgó el derecho a los chilangos ciudadanos para escoger a su jefe de Gobierno. Actuó como consejero ciudadano del Consejo General del IFE. Se le eligió como diputado del PAN a finales de los años noventa. La verdad ha hecho mucho. Es un gran abogado, conoce las leyes, ha sido académico y proviene de una familia de políticos, unos liberales y otros conservadores. El historiador Carlos María de Bustamante fue su chozno, por ejemplo, un ferviente independentista, muy cercano a José María Morelos. Muchas veces padeció cárcel por asuntos políticos. También fue abogado.

Enrique de la Madrid es igualmente abogado por la UNAM, lo mismo que Creel. Tiene una maestría en Administración Pública de la Universidad de Harvard. Dio clases en el ITAM. Ha tenido puestos en el sector privado y en el público. Tuvo la coordinación general técnica de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Hace poco publicó un libro en Random House Mondadori que se titula México en la generación del desarrollo. Escribe artículos en El Universal y tiene una visión clara de un México competitivo, que algún día abatirá la pobreza. Se desempeñó como director general de Financiera Rural durante la presidencia de Felipe Calderón. Con el presidente Peña Nieto fue nombrado director general de Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext). Tres años después pasó a ser Secretario de Turismo. Me parece sagaz, innovador y comprometido con sus intereses. Ha sido diputado del Congreso de la Unión y es priísta.

Estos tres no precandidatos a la precandidatura de la coalición formada por el PRI, PRD y PAN, Va por México, es la alianza opositora de Morena. No es cualquier alianza. El poderoso energúmeno que habita en Palacio Nacional, a quien el historiador Adolfo Gilly, que acaba de morir a los 95 años, no consideraba de izquierda (ni yo tampoco), no la tendrá tan fácil ahora con sus corcholatas Claudia Sheimbaum, que se ve agotada y incluso harta, sólo repite lo que dice Andrés Manuel; Adán Augusto López, ídem. Ni Claudia ni López bis, como lo llama Rivapalacio, poseen el más mínimo don de gentes; Ebrard y Monreal resultan más ellos mismos y a veces hasta respondones. Monreal y Noroña han dicho que “no hay piso parejo”. La danza de las corcholatas durará poco. El artículo del miércoles 5 de este mes en El Financiero de Raymundo Rivapalacio se refiere a los abusos de López bis, a sus asuntos personales, su despidos en Gobernación, su relación con la diputada Andrea Chávez, diputada morenista, a cuya familia transporta en aviones militares. Qué decir de sus relojes que cuestan una brutalidad de dinero. En fin, que si López bis era el plan B de López Obrador, ya no funcionó.

Por otro lado, esperamos a ver con qué nos sale Movimiento Ciudadano. Yo entiendo, que no de parte de Dante Delgado, sino de todos los demás se ha caído en ilegalidades, que hoy Ciro Murayama apunta con precisión en su artículo también de El Financiero. Y no, no son tiempos de campañas. Deberían comenzar en noviembre y no durar más de sesenta días. Pero el basilisco de López O, que hizo que sus corcholatas saltaran prematuramente al ruedo de las precandidaturas, es un hueso duro de roer, es un tramposo. La coalición no tuvo otro remedio que actuar. Ciro lleva razón, pero los “adversarios” nos encontrábamos muy nerviosos y yo veo con buenos ojos la no pre candidaturas de los precandidatos del PRI, PAN y PRD. Sé que muchos hubieran deseado una propuesta sólo ciudadana, pero se necesita a los partidos. Lo escribí la vez pasada. Hoy me permití tratar a mis pre candidatos preferidos. Creo, sin duda, que Santiago Creel posee toda la experiencia y la capacidad y es plural en todos los sentidos. Enrique de la Madrid resultaría bien. Lo acompañan el arrojo y el conocimiento. Xóchitl Gálvez es una brisa de aire fresco, es el tesón aunado a la inteligencia. Lo mejor que podría ocurrir es que los tres, sea quien sea el que de ellos se siente en la silla presidencial, trabajen juntos en el nuevo gobierno.

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