MIGRACIÓN: ¿La herencia maldita?

Nada me gustaría más que usted tuviera éxito con su nuevo proyecto, la Coordinación Nacional de Asuntos Migratorios y Extranjería (CONMÉXICO), con la cual se pretende sustituir al Instituto Nacional de Migración (INM), de tan obscuro pasado y negro presente. Así que me permitiré hacerle algunos comentarios:

1. Mi primer temor es que, como ya pasó con el sector salud, usted y su proyecto caigan en la tentación de cortar todo de tajo para empezar de nuevo. Así pasó con el Seguro Popular que, en vez de mejorarlo, se le destruyó para dar paso al INSABI sin mediar ningún plan de transición. Todos conocemos los malos resultados que tal decisión ha generado. Por ello le pregunto, ¿no será mejor simplemente hacer realidad nuestra leyes migratorias? Usted mismo ha afirmado que son de las más avanzadas.

2. El tiempo no está de su lado, padre Solalinde. A este gobierno le quedan apenas 15 meses, muy pocos para empezar desde cero una nueva institución, máxime considerando que los flujos migratorios son continuos. Lo mismo aplica para su intención de dialogar con Estados Unidos, donde todo ya se lee en clave electoral. La administración Biden ya llegó hasta donde podía con su propuesta Parole, dados los reclamos que gobernadores fronterizos y legisladores le han hecho por no ser más estricto con la migración ilegal……..

3. Sinceramente, don Alejandro, medite usted qué es lo que está mal: ¿la estructura del INM o la pésima forma en que ha sido gestionado? Es un hoyo negro de corrupción e ilegalidades, mismas que han sido denunciadas una y otra vez. Aquí le doy algunos ejemplos:

a). La diputada Rosa María González Acárraga, presidenta de la Comisión de Asuntos Migratorios, me comenta que tanto en el Consejo Ciudadano del INM como en el Consejo Consultivo sobre Migrantes de SEGOB, participan casi todas las organizaciones de la sociedad civil y dependencias gubernamentales que usted pretende agrupar en CONMÉXICO. En las sesiones de dichos consejos se han expuesto las violaciones a derechos humanos y la corrupción que sufren los migrantes.

b). El todavía comisionado del INM, Francisco Garduño, fue invitado a participar en una mesa de trabajo con los diputados de la Comisión de Asuntos Migratorios. ¿Usted fue? Él tampoco…

c) Por su parte, la CNDH también ha emitido algunas recomendaciones; es más, dos semanas antes de la desgracia de Ciudad Juárez, Amnistía Internacional difundió un reporte con dos mil quejas de migrantes.

De todo se toma nota, se levantan minutas… y nada. Ni las autoridades de SEGOB, ni las del INM mueven un dedo. ¿Por qué?

d) En cuanto a las estaciones migratorias, ¿de verdad hay que desparecerlas? Al final del día, ¿no se necesita una oficina de atención? Para mí que el problema real es que NO se aplica la ley migratoria y las estaciones se han pervertido, como cárceles; claro, esto ha redundado en un magnífico negocio de corrupción y extorsión para los empleados del INM, donde hasta el papel de baño se vende a precios exhorbitantes. Más que desaparecer las estaciones, me dice la diputada González, “se necesitan rígidos exámenes de control de confianza para todos los empleados, empezando por los delegados.” Claro, aplicados por un evaluador independiente, porque si es SEGOB…

e) Y bueno, llegamos al tema presupuestal. Con los mil 800 millones de pesos del INM, después de que recorran el largo camino de reasignación a CONMÉXICO, no le van a alcanzar para empezar de cero…….. A estas alturas del sexenio y con lo caras que han resultado las megaobras, no veo cómo pueda lograr una ampliación presupuestal.

Este problema no es menor, pues “la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados tiene un rezago de 200 mil solicitudes y apenas 50 millones de pesos de presupuesto, más otros 50 que le proporciona la ONU,” me comenta la diputada González. “Solicitamos que se le ampliaran los recursos para desfogar ese rezago, pero nuestra propuesta no prosperó.” Usted sabe, padre Solalinde, que sin un estatus migratorio definido, los solicitantes no pueden trabajar y eso los lleva a ser reclutados por la delincuencia.

En fin padre Solalinde, espero que usted sí sepa y sí pueda acabar con esa “herencia maldita”, como usted llamó a la política migratoria del pasado y yo agregaría que también del presente.

Por último, ¿va a solicitar que la Fiscalía General de la República proceda en contra de los funcionarios que han sido omisos o que han participado en toda esta trama de corrupción? Ese sí que sería un buen principio…

Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com

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