El Foro Social Mundial (FMS), México 2022, singular encuentro que se llevó a cabo la primera semana de mayo en la CDMX, esgrime un eslogan propositivo y profundamente esperanzador: “Otro mundo es posible”.
Si habitamos un planeta en guerra, marcado por la desigualdad, la sobreexplotación, la injusticia, la pobreza extrema, la violencia irracional, la depredación del ambiente y la deshumanización ascendente, ese poderoso lema nos hace sentido a todos.
El FSM es un colectivo que se autodefine como “espacio de debate democrático de ideas para profundizar en reflexiones, formular propuestas, intercambiar experiencias y articular movimientos sociales”.
Su sello es la pluralidad, la diversidad y tiene un carácter no gubernamental y no partidario.
Se dedica, desde 2001, a la articulación de redes y organizaciones de la sociedad civil en el mundo, opositoras al neoliberalismo y, en general, a todo sistema de dominio del capital.
Nació en la ciudad de Porto Alegre, Brasil, donde se organizó el primer foro internacional, pero han tenido como sede ciudades de Venezuela, Senegal, Túnez, la India y Canadá.
Lo representan miles de voluntarios en el mundo y trabaja con base en 10 ejes: Alternativas económicas; Arte y cultura; Comunicación y soberanía digital; Construcción de paz; Defensa del medio ambiente y territorios; Democracia, participación política y autonomía; Educación, Ciencia y Tecnología al servicio de los Pueblos; Articulación de movimientos globales; Luchas contra el Patriarcado y, por último; Pueblos originarios, lucha contra el racismo y la discriminación.
Las conclusiones del FSM México 2022, cuya edición número XV se llevó a cabo en 14 sitios patrimoniales de la Ciudad de México con el respaldo del gobierno capitalino, se dieron a conocer en el inmueble que ocupa la Escuela de Administración Pública de la CDMX.
Concluyeron que la pandemia por Covid-19 fue generada por la acción irracional del neoliberalismo, y profundizó la precarización del trabajo, el desempleo y la economía informal.
Denunciaron que los gobiernos utilizaron la pandemia para promover restricciones a derechos y enriquecer a grandes laboratorios trasnacionales.
En materia educativa, se planteó incorporar una currícula académica contra la colonización del saber en las universidades.
Establecieron como prioridad profundizar en temas como la deuda económica mundial, la crisis climática y la justicia fiscal para las mujeres.
Señalaron que la pandemia agudizó la acumulación de capital en pocas manos.
Sobre ese punto, el último informe de riqueza global 2021, publicado por la financiera Credit Suisse, reveló que 45.8% de la riqueza mundial está concentrada en el 1.1% de la población y, en contraste, el 55% de la población mundial sobrevive con el 1.3% del dinero global.
Esta concentración ofensiva de la riqueza en muy pocas manos, ilustra la desigualdad que ha generado el neoliberalismo en el mundo.
Los más de 700 eventos organizados en el FSM México 2022 -me consta- fueron ejemplo de diálogo abierto, una sola voz plural, libre, democrática y horizontal, convencida de que “otro mundo es posible”. Un grito de guerra que todos deberíamos asumir.
El autor es director general de la Escuela de Administración Pública de la Ciudad de México
@HegelCortes
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