A veces escribir es un martirio. ¿Y ahora de qué escribo cuando hay dos guerras en el planeta: la invasión de Ucrania a Rusia; la embestida de Israel a la Franja de Gaza para desarmar al organismo de Hamas; la del narco en México contra quien sea. Estoy de acuerdo, aunque nunca estoy esta vez sí, con lo que dijo el presidente López Obrador, acerca de que se debe investigar más sobre la masacre de once jóvenes en la ex Hacienda de Salvatierra, Guanajuato, durante una “posada” . Según la Fiscalía estatal, estos asesinatos se debieron a que las víctimas no permitieron que se colaran unos desconocidos al festejo decembrino. Bien pudiera ser, aunque la orden de los asesinos, que oyeron varios de los sobrevivientes fue “mátenlos a todos”. ¿Por qué tanta saña? Incendiaron varios vehículos estacionados, lesionaron a catorce muchachos más y todo porque el aspecto de los “colados” no agradó a los organizadores de la fiesta, así que los rechazados se fueron pero regresaron acompañados por otro grupo de desconocidos, todos armados. Cada uno de ellos comenzó a disparar por todos lados.
¿En que mundo vivimos que permite que cosas así sucedan? Miembros de Hamas, durante el Sabbat del siete de octubre, atacaron a civiles israelíes, en un Kibutz y mataron brutalmente a cuantos pudieron. A otros se los llevaron como rehenes: bebes, ancianos, mujeres a las que violaron, mientras otros seguidores de Hamas mataron a mansalva a varios jóvenes en una rave que disfrutaban en el desierto, tantos como a 260 . Un infierno. No sólo quiere este grupo recuperar territorio sino acabar con los judíos. Las milicias de Hamas son terroristas y han participado en varios atentados suicidas y ataques contra civiles y soldados israelíes. El contraataque del Estado israelí, que va a la busca de los hamadistas, ha aniquilado a cientos de palestinos, entre ellos niños. Un horror por donde se mire.
Pareciera que mucha gente lleva al diablo dentro o son la maldad personificada si nos cuesta creer en el demonio. ¿De qué se trata nacer animal homo sapiens? Imaginen la larga cadena en la evolución de los animales humanos. ¿cuántos tiempo nos llevó convertirnos en homo erectus (aquí no hay lenguaje incluyente): millones de años. Nuestro cerebro creció considerablemente y estos animales que somos nos transformamos en seres artificiosos y creamos una manera de existir. Se han tenido visiones imperiales, poder desmedido y los animales sapiens matan por quítame estas pajas, por adquirir mando o por no dejarlo. Pienso en Donald Trump, un animal de piel naranja a quien lo mueve la ambición de regresar a la Casa Blanca a cómo dé lugar. Por lo pronto el que el estado de Colorado prohíba al ex presidente a presentarse en los comicios presidenciales por haber azuzado a seguidores de lejanos homínidos a tomar el Capitolio en enero de hace cuatro años, me gusta un montón.
Entretanto, el presidente Biden condena la ley de Texas porque “deshumaniza a los migrantes”. Resulta que los republicanos, en concreto el gobernador de Texas, Greg Abbott, quiere legislar la prohibición de dejar pasar migrantes. Los jueces texanos, como si la historia de la humanidad no fuera la de las constantes migraciones, pueden deportar personas aunque sean elegibles para acogerse al asilo en los Estados Unidos.
Este es un conflicto en varios países del mundo, negar refugio a quien lo solicita, porque huye del hambre o de la catástrofe.
Entretanto la dictadura de Nicaragua, encabezada por Daniel Ortega y su mujer, la muy extraña Rosario Murillo, expulsa a la Cruz Roja.
En este mundo estamos, pues. En Etiopía, Kenya y Somalia más de 30 millones de personas han padecido inseguridad alimentaria aguda. La devastación que provocó la seguía desde el 2020 ha causado hambre, muertes y angustia. Además todavía hay consecuencias por la pandemia del Covid 19. Por cierto, el homo con su rutilante apellido sapiens apareció en África Oriental hace 200.000 mil años. 130 mil después comenzó lo que Yuval Noah Harari llama la “revolución cognitiva”, es decir apareció el lenguaje. Los animales sapiens se extendieron fuera de África. Fue cuando los organismos pertenecientes justamente al Homo apellidado Sapiens crea culturas y luego, gracias a esas formar de convivir y de tratar de entender la vida surge la Historia, con H mayúscula. Los animales sapiens comenzaron su relato.
Leo con fascinación Sapiens. De animales a dioses. Breve historia de la humanidad 2011 de Harari, historiador y escritor israelí, que nació en Israel el 24 de febrero de 1976. Apenas cumplirá 48 años y ha escrito obras fundamentales. El libro que leo es un ensayo de divulgación científica. Como escribió el escritor Antonio Muñoz Molina, en el diario El País, Sapiens “es un repaso absorbente de la peripecia humana, escrito con rigor e irreverencia ilustrada”. Homo Deus de 2015, 21 lecciones para el siglo XXI del 2018, entre otros textos, explican mucho de lo que somos y de lo nos puede llegar a ocurrir, como la desaparición de los seres humanos en el planeta. Total, se han extinguido otras especies animales más o menos humanoides. Por ejemplo, los neardentales, que siempre se les pinta como estúpidos, pero no lo eran. Harari expone la teoría de que neardentales y sapiens se entrecruzaron. “La teoría opuesta, la llamada teoría de la sustitución, cuenta una historia muy distinta: una historia de incompatibilidad, aversión y quizá incluso genocidio. Según esta teoría los sapiens y los otros humanos tenían anatomías diferentes y muy probablemente hábitos de apareamiento e incluso olores corporales diferentes. Habrían tenido escaso interés sexual los unos hacia los otros.” (Sapiens, p.28) De haberse apareado no tendrían hijos fértiles, como le sucede al caballo que se aparea con un burro.
Este, a muy grandes rasgos, es nuestro inicio, siempre entreverado de diversas teorías. Harari abre los siguientes capítulos en Sapiens: l) La revolución cognitiva, o sea pensamiento y lenguaje.2) La revolución agrícola. 3) La unificación de la humanidad. 4) La revolución científica y 5) el epílogo, el animal que se convirtió en dios.
Ya que se nos cruzan las vacaciones decembrinas, y ojalá no nos aniquile un grupo de narcos desairados (muy mal chiste, lo sé), podemos tomar una buena taza de café o de té, taparnos con una manta, y leer a Yuval Noah Harari. Nos merecemos esta lectura, si es que no alojamos al demonio en nuestros cuerpos.
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