La trayectoria de Néstor Isidro Pérez Salas, alias “El Nini”, está llena de historias de terror y altísimo riesgo. Su deambular por el mundo del narco lo volvió un elemento incómodo y ahora pagará las consecuencias.
Vea usted para cuántos ya resultaba una piedra en el zapato.
Al Ejército se la debía. “El Nini” fue el orquestador de la inolvidable reacción en contra de la detención de Ovidio Guzmán el 17 de octubre de 2019, la cual sumió a Culiacán en un estado de terror por horas. Además de las numerosas balaceras, narcobloqueos y camiones con ametralladoras de calibre .50, Pérez rompió una regla no escrita: atacó a las familias de los militares. En ese nefasto día, ordenó a sus secuaces rodear y balacear una unidad habitacional militar y buscar más rehenes, aparte del elemento que ya había ordenado retener. El saldo: 30 muertes, 37 heridos y la liberación de Ovidio.
En dos ocasiones la SEDENA había intentado detener a “El Nini” y la tercera fue la vencida, el pasado 22 de noviembre.
A “El Mayo” se la debía. El tal Néstor comandaba a “Los Ninis”, un grupo encargado de la seguridad de Iván Archibaldo Guzmán, el más notorio de “Los Chapitos”. Según medios internacionales, el grupo tiene entrenamiento en diversos tipos de combate, guerrilla urbana y armas de alto calibre, capacidades que lo hacen tan necesario como molesto cuando entra en disputas.
Una versión indica que en 2019, “Los Ninis” habrían asesinado a un familiar de Jesús Alexander Sánchez Félix, alias “El Ruso”, hombre muy cercano a Ismael “El Mayo” Zambada. Otra versión, aparentemente de la SEDENA, “Los Rusos” se enfrentaron a policías municipales que cooperaban con “Los Chapitos” (El País, 24/11/2023). Como haya sido, se desató una guerra interna con una venganza que siguió a otra y luego a otra, hasta que “El Mayo” puso el alto.
A “Los Chapitos” se las debía. Tanta capacidad operacional de “Los Ninis” habría hecho pensar a Pérez Salas que podía formar su propio cártel. Según ha trascendido, “El Nini” empezó a moverse por su cuenta, hasta que se movió demasiado, como ocurrió en octubre pasado en un operativo en Tamazula, Durango, en el cual fueron torturadas y asesinadas ocho personas inocentes, incluido un niño.
Este y otros hechos igualmente violentos alimentó la versión extraoficial de que Iván Archibaldo Guzmán habría negociado la entrega de Pérez Salas para disminuir la presión de EUA sobre su cártel. Sin embargo, estudiosos de la dinámica de las narcobandas la rechazan, aduciendo que la supuesta entrega no disminuirá el interés de EUA por el cártel de Sinaloa.
A EUA se la debía. En abril pasado, el Fiscal General de EUA, Merrick Garland, anunció la ampliación de los cargos imputados a “Los Chapitos” y sus cómplices, a quienes acusó de haber convertido al cártel de Sinaloa en una banda “más implacable, más violenta y más mortal” que cuando la lideraba Joaquín Guzmán Loera.
Pérez Salas, en tanto lugarteniente de “Los Chapitos”, tiene imputaciones en las Cortes de Washington, D.C., Chicago y el Distrito Sur de Nueva York. En esta última está acusado de trasiego de fentanilo y otras drogas, lavado de dinero, tortura, asesinato, etc., etc. Pero en la imputación hay otros cargos horripilantes como experimentar con distintas dosis de fentanilo en adictos y rivales secuestrados, hasta que éstos morían de sobredosis; de no fallecer, entonces les metía un balazo. Los restos humanos eran utilizados como alimento de dos tigres de Bengala que mantenía en una de sus propiedades.
A México se la debe… y se la seguirá debiendo. Lo más probable es que Néstor Pérez Salas sea extraditado a EUA para ser enjuiciado en alguna de las Cortes arriba mencionadas; es plausible que sea en Nueva York, donde tienen todos los antecedentes del Cártel de Sinaloa, por haber sido ahí enjuiciado y sentenciado “El Chapo”.
Allá “soltará la sopa” sobre la forma en que operan los narcos mexicanos y sobre la corrupción que permite al Cártel de Sinaloa y a “Los Chapitos” tener 37 bandas en 28 entidades del país (Lantia Intelligence). Barren desde Chihuahua y Baja California, hasta Oaxaca y Chiapas, en constante asedio a la población, bien sea por la expoliación a la que la someten o por la violencia derivada de enfrentamientos con el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Pero poco es lo que se sabrá en México. Después la falta de cooperación de la 4T con las autoridades estadounidenses, es de dudarse que éstas compartan con las autoridades mexicanas la información que suelte “El Nini”. Al final, todo tiene una consecuencia.
El reacomodo al interior de “Los Chapitos” y del Cártel de Sinaloa no se espera ni fácil, ni tranquilo. Habrá luchas por el poder, masacres, balaceras… Como decía, al final, todo tiene una consecuencia.
El problema es que a los ciudadanos nos tocan las peores consecuencias.
Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com
Correo: Lmendivil2010@gmail.com
Facebook: Leopoldo Mendívil
Twitter: @Lmendivil2015
Copyright © 2023 La Crónica de Hoy .