La nueva mayoría ciudadana y el conjunto de la nación serán enriquecidas y fortalecidas si nociones compartidas este domingo por el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, son ampliadas y situadas al centro del programa de gobierno a presentarse e implementarse efectivamente: libertad de mercado y colaboración con la iniciativa privada; libre expresión en convivencia controversial con la polarización de la opinión pública; persistencia de los programas sociales a pesar de limitaciones del erario como palanca del desarrollo.
AMLO se distancia del “poder de poderes” constituido por el presidencialismo supremo del priismo de alguna época mediante la defensa de la colaboración con empresas, del diálogo cupular y popular —una específica forma del ejercicio del control— y apoyado en una interacción emotiva con una muchedumbre nacional tenue pero significativamente representada este domingo por 40 mil personas en el Zócalo.
Ya no cabe el “poder de poderes” ante las redes sociales, la juventud manifestándose en el Ángel de la Independencia contra la reforma judicial, las inquietudes de una oposición vencida en las urnas, el discurso en tribunales y por una nueva generación muy maltratada, según la oposición, de la cual es evidencia la apariencia física de quienes dicen unírseles a ellas como el caso de Guadalupe Acosta Naranjo, a propósito del meme viral dedicado a ese representante de un grupo etario bastante lejano al convocante de la marcha.
Nuevas generaciones de votantes, clases medias reveladas estratégicamente como aliadas del Obradorismo, adherencias recientes de organismos políticos en desaparición, ajuste o desconcierto; empresarios resignados a negociar con el nuevo bloque histórico y hasta para los jueces en defensa de sus atribuciones y competencias, para todos, el sexto y último Informe es oportunidad de nuevas reflexiones e intervenciones.
Las y los nuevos dirigentes encabezados por Claudia Sheinbaum Pardo, en la Presidencia de la República, y por Clara Brugada Molina en la Jefatura de Gobierno, en lo remanente del gobierno de Martí Batres, a partir del próximo mes, lo son de un nuevo poder ciudadano a favor de un diálogo con otros tonos y matices a partir de octubre y contra el “poder de poderes” no del todo resignado al cambio incipiente desde el 2018.
En breve performance, una delegación veracruzana escenifica rumbo al Zócalo los principales pasajes encabezados por el político tabasqueño, desde aquel éxodo de 1991 hasta la primera presidencia para un partido de izquierda. Ahora, la victoria para el ejercicio Ejecutivo, desde la sensibilidad y el programa progresista, es para la multirreferida y abrazada este domingo por AMLO, Sheinbaum Pardo, quien jamás ha sido integrante del PRI.
Ciudadanía mayoritaria in crescendo. Los datos explican preferencias ciudadanas: hay 5.1 millones menos de pobres, incremento de 100 por ciento en el salario mínimo, el paso de ser la economía 15 del mundo en 2018 a ser la número 12, o el hecho de que hace 12 años, con Felipe Calderón, un rico ganara 35 veces más que un pobre y ahora esa proporción es de 15. La inseguridad tiene reducciones. Polémica en redes.
La reivindicación de la participación ciudadana debe estar al centro. Todas y todos tienen derechos iguales y la capacidad de participar en el gobierno a través del voto y la representación. Falta. Es reconocido.
Cuando López Obrador pregunta “¿qué prefieren, que a los ministros los elija el presidente y los senadores o que los elija el pueblo?” hay tanta emoción en la respuesta como ausencia de robustez metodológica. Simultáneamente, no es recordable ningún mandatario con tal apoyo popular en el último mes de ejercicio del mandato.
En la plaza nacional habitará, cuando menos, seis años más la nueva ciudadanía mayoritaria contra el ancient "poder de los poderes”.
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