Opinión

La nueva hepatitis aguda grave de origen desconocido

Aprovechemos el momento de tranquilidad que nos ha dejado el COVID para hablar de otra enfermedad que ha surgido y está causando preocupación. Se trata de la hepatitis aguda grave que es todavía de etiología desconocida. A principios de abril fue notificado a la Organización Mundial de la Salud desde la Gran Bretaña el surgimiento de casos de hepatitis viral aguda en niños menores de 16 años de etiología desconocida. Es decir, que la causa de la hepatitis no es ninguno de los virus ya conocidos, causantes de esta enfermedad. Hasta el 21 de abril del año en curso se habían informado 169 casos, la mayoría en Europa, aunque ya ha habido algunos reportes en Estados Unidos. Ningún país de Latinoamérica, incluyendo México ha reportado casos. En 74 casos se ha detectado la presencia de un adenovirus, pero aún no está claro si este es el causante de la inflamación del hígado.

Todos los casos han ocurrido en niños menores de 16 años. Las manifestaciones clínicas son las clásicas de la hepatitis, pero sin fiebre. Los niños presentan grados variables de inflamación hepática con ictericia intensa (coloración amarillenta de la piel) y elevación en sangre de enzimas hepáticas conocidas como aminotransferasas, lo que denota muerte de células hepáticas. En la mayoría de los casos la hepatitis ha sido intensa y en 17 de los 169 niños fue tan grave que requirieron trasplante hepático. Desafortunadamente uno falleció. En ningún caso se detectaron los virus que sabemos que causan hepatitis conocidos como A, B, C, D, E.

La hepatitis A es la clásica de la infancia. Suele ser una enfermedad que pasa desapercibida porque en muchos casos no hay ictericia y solo parece una gastroenteritis. Este virus se contagia por vía fecal-oral, es decir por consumo de agua o alimentos contaminados. Hace medio siglo prácticamente a todos nos daba hepatitis, ya que la mayoría tenemos anticuerpos contra el virus A. Con la mejoría de la sanidad, ahora no ocurre con tanta frecuencia y a muchos niños ya no les da esta enfermedad, que entonces puede presentarse en el adulto. Este tipo de hepatitis es auto limitada, se cura sola y muy ocasionalmente puede producir un cuadro grave. Existe vacuna para prevenirla que se aplica a niños en los primeros años de vida.

Las hepatitis B y C se obtiene por transfusión, contacto de la sangre con material contaminado, como una jeringa, o por vía de transmisión sexual. Los casos suelen ser moderados o pasar desapercibidos si no se acompañan de ictericia. Se puede curar en forma espontánea. Sin embargo, en muchos casos el virus puede quedarse replicando y producir una inflamación crónica del hígado que conocemos como hepatitis crónica activa, que puede conducir al desarrollo de cirrosis hepática y/o de cáncer hepático. Existe vacuna para prevenir la hepatitis B que se aplica al personal de riesgo en el sector salud. Para la hepatitis C existe un tratamiento curativo y se espera poder erradicar las formas crónicas de la enfermedad para el 2030.

La hepatitis D es muy rara porque este virus requiere de la presencia del virus B para poder replicarse. Es entonces una sobre infección. La hepatitis E es similar a la A, pero mucho más rara. Se contagia por vía fecal-oral y generalmente se auto limita, pero, a diferencia de la A puede producir casos de hepatitis grave fulminante.

Si un niño desarrolla hepatitis lo más probable es que sea de tipo A, pero en este momento es conveniente realizar el análisis de anticuerpos para la detección del tipo de virus. En caso de que el paciente sea negativo a los virus conocidos, el médico tratante debe contactar al Instituto Nacional de Referencia Epidemiológica (InDRE).

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