LIC. MARTÍ BATRES,
SECRETARIO DE GOBIERNO CDMX:
+ El totalitarismo elimina un carácter
fundamental de la democracia:
su vínculo con la diversidad
Edgar Morin
A las 12:41 horas del día de ayer, usted tuiteó que, de acuerdo con su (el suyo y de nadie más) monitoreo, la marcha en defensa del Instituto Nacional Electoral tenía un contingente de 12 mil personas en la CDMX. Qué malos perdedores son ustedes, los de la 4T.
A esa misma hora, mi familia y yo llevábamos poco más de dos horas caminando desde la glorieta de la Diana, a donde llegamos a las 10:30. Avanzamos muy despacio porque el Paseo de la Reforma, en ambos sentidos, con sus laterales y banquetas, estaban llenos. Nada más échele un cálculo, don Martí, a partir de las imágenes tomadas con drones que circulan en redes sociales.
Lamenté mucho no escuchar en directo al gran José Woldenberg, porque nos fue imposible llegar a la plaza del Monumento a la Revolución, pero también lo celebré: éramos muchas decenas de miles, a pesar de la contingencia ambiental.
“No somos uno, no somos cien.
Somos un chingo, cuéntanos bien,”
Y fíjese nada más, don Martí, no nos movió a una marcha de estas dimensiones la falta de quimios para los niños con cáncer, ni el exceso de muertes por COVID. A este México a veces tan apático y poco solidario para otras luchas, sí le movió la pretensión de la 4T de anular al INE y nuestra democracia. Porque como me la ponga, no hay en la propuesta morenista de Reforma Electoral una sola línea que contribuya a hacer más democrático a este país.
“Queremos democracia… Queremos democracia”
Consignas contra el gobierno, escuché un par. No porque no hubiera agravios qué reclamar, pero los asistentes respetamos la indicación de los convocantes: el INE y nuestra democracia son los que están en juego. Se trata de la institución AUTÓNOMA e IMPARCIAL que nos ha permitido dirimir nuestras diferencias políticas en un ambiente de paz y gobernabilidad desde 1991.
“A eso vine, a defender al INE”
Sobre los agravios que muchos sentimos de la 4T, ya habrá tiempo de cobrarle las facturas con nuestro voto en unos comicios organizados por el INE, ese organismo en el que tres cuartas partes de los mexicanos confiamos. Cualquiera que sea el resultado, sabremos que será de fiar. Ya veremos las minorías cómo nos hacemos oír con el próximo gobierno, en caso de que sea tan sordo y segregacionista como el actual.
“No a la reforma, el INE no se toca”
Estuvimos en la CDMX y 50 ciudades del país “reunidos con un solo objetivo, claro y trascendente: defender el sistema electoral que varias generaciones construyeron,” dijo el doctor Woldenberg. Una pancarta hecha a mano sobre una cartulina cualquiera daba respuesta a la expresión del orador:
“No quiero pelear las batallas que mis padres ya ganaron”
Nosotros, los adultos mayores, sabemos lo que es tener elecciones en manos del gobierno: candidatos oficiales con la victoria garantizada, urnas embarazadas, quema de votos y otras trapacerías similares. Usted es joven, pero le puede preguntar a Manuel Bartlett cómo se hacían estos chanchuyos desde en el gobierno en turno.
Y hablando del priismo al viejo estilo, no faltó la cartulina con una advertencia para al presidente del tricolor: “Alito Moreno, te estamos observando”. A ver cómo reacciona su nuevo amigo a la hora de la verdad.
Tampoco faltaron en la marcha los “reporteros” que preguntaron a algunos asistentes si estaban de acuerdo en que el INE fuera tan “caro” y que los consejeros tuvieran sueldos tan “altos”. Maniobra tan burda como la contingencia ambiental decretada el día anterior para entrar en vigor ¡en domingo!
“No llegamos a una estación final,” sentenció el doctor Woldenberg refiriéndose al estado de nuestra democracia. Interpreto esta sentencia para los que marchamos como advertencia para que no seamos complacientes con la calidad de nuestra democracia y nos volvamos proactivos. Para el movimiento al que usted pertenece, lo interpreto como una admonición hacia su soberbia y autoritarismo.
Seguramente su mesías nos descalificará nuevamente con otra retahíla de epítetos. Lo ha hecho tantas veces, que ya no importa aunque sea el presidente. Como nos quiera ver o llamar, da igual. Somos ciudadanos con derechos y exigimos ser respetados y escuchados.
Ya vio que somos muchos y en todo el país.
La marcha fue solo el principio.
Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com
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