El gobierno de Maru Campos en Chihuahua se distingue por su opacidad e ineficacia. Esa es la conclusión a la que llega la oposición política del estado ante los resultados negativos de la administración.
Hay demasiado dinero en penumbras, como el destinado a diversas acciones del programa Centinela. Los datos han sido resguardados por años con el parapeto de la seguridad. La falta de transparencia es doblemente mala en este caso ya que los resultados en materia de seguridad son raquíticos. Muchas zonas del estado siguen siendo de alto riesgo, sobre todo las localidades ubicadas en la frontera con Sonora.
Por si fuera poco, las empresas beneficiadas con los contratos tienen mala reputación. La falta de coordinación entre los cuerpos de policía es evidente. Allá también, parece una epidemia nacional peligrosa, hay la intención de sumar al Poder Judicial del estado al organigrama del Ejecutivo para inhibir la división de poderes.
La oposición habla negocios turbios en el reemplacamiento, los uniformes escolares, en el ámbito cultural, el caos en las cárceles, y claro la aparición del nombre de la gobernadora en una lista de pagos del ex gobernador Duarte. En suma, lo que sostiene la oposición es que Campos llegó al gobierno con la finalidad de hacer negocios, no de buscar el bien común que tanto pregona.
Michoacán no sale del hoyo.
Después de los grandes operativos para intentar detener la extorsión a los limoneros, volvieron los enfrentamientos entre bandas criminales y en algunos casos contra fuerzas del orden.
Son los mismos carteles de siembre que por un tiempo están a bajo perfil y después accionan sus armas a la menor provocación en comunidades con las que ensañan desde hace años , como los Viagra de los hermanos Sierra Santana que bloquearon la carretera Apatzingán-Tepalcatepec con vehículos a los que prendieron fuego.
Los Viagra traen pleito con la banda de Los Reyes que son sicarios de la estructura del CJNG. No son las únicas bandas que deambulan por la zona, también hay unos que responden al nombre de Blancos de Troya, un remanente de Los Caballeros Templarios. Como es la regla, una vez que terminan los tiroteos llega un contingente de la Guardia Nacional para acordonar la zona.
No está demás recordar que Los Blancos de Troya son los que extorsionan a los limoneros Buenavista Tomatlán y por eso la fiscalía del estado ofrece una jugosa recompensa por quien proporcione datos para dar con su líder, César Arellano, alías el Botox, que está detrás del asesinato de Hipólito Mora y que ha resultado un matón innovador porque ya usa drones para atacar a sus rivales.
Los Blancos de Troya se presentaron en sociedad como grupo de autodefensa, pero después ya se destaparon como un cartel más. Se dice que lo conforman 200 pistoleros. ¿Y a todo esto qué hace el gobierno de estado para alcanzar la paz? La respuesta es nada, no hace nada, está quitado de la pena esperando que las fuerzas federales le saquen las castañas del fuego.
Durmiendo con el enemigo
En Guerrero se borró la línea divisoria entre policías y delincuentes. No es algo reciente, la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa no hubiera sucedido sin la complicidad de la policía de Iguala. Por cierto mandos policíacos de Iguala fueron a esconderse a Taxco, donde se sentían protegidos. Ayer más de 50 policías de esa ciudad fueron desarmados y detenidos por presuntos vínculos con el crimen organizado. El cuento de nunca acabar.
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