Pocas veces se presenta para un país como México una coyuntura tan favorable para lograr dar un gran salto en su desarrollo, que pueda detonar un mayor crecimiento económico y, sobre todo social, con miles de nuevos empleos bien remunerados. Me refiero a la inédita llegada de nuevas compañías e inversiones producto, en primer lugar de la relocalización de empresas de Asia hacia nuestra frontera y también por la posibilidad que representa el T-MEC como instrumento para incrementar exportaciones a EU y Canadá, nuestros socios comerciales más importantes.
Expertos en comercio exterior y economía han señalado tres condiciones para que México pueda aprovechar esa oportunidad única:
Primero, fortalecer la infraestructura portuaria. Manzanillo es el puerto mejor posicionado que puede acomodar 3 millones de TEUs al año, lo que para nuestro país es importante, claro si lo comparamos con el puerto promedio de China que acomoda 30 millones de TEUs al año, la proporción es mucho menor, pero también esto está en función del tamaño de país y el número de habitantes.
La segunda condición es garantizar la suficiente y necesaria energía eléctrica para que plantas de gran tamaño funcionen y en este tema subsisten serias dudas por el monopolio poco eficiente que constituye la CFE, que dirige Manuel Bartlett.
La tercera y última condición, supone la construcción de más zonas industriales. Esto es urgente ya que actualmente existe una saturación del 97 por ciento en este tema, por lo que se requieren al menos 25 nuevos parques industriales.
En las manos de AMLO está la posibilidad de lograr la verdadera transformación del país, siempre y cuando sepa adaptarse a las circunstancias, responder con velocidad y planeación y no actuar bajo capricho. Tomar decisiones para hacer una planeación social, económica, geográfica y ambiental y trascender ya sus obras insignia, pues si bien son importantes y generaran empleos, junto a las necesidades planteadas para de verdad mover al país hacia adelante, lo urgente hoy es no dejar pasar una oportunidad que no se presentará nuevamente como se ofrece hoy.
Es bueno lo que está ocurriendo en este quinto año de gobierno, donde la mayoría de los presidentes perdían mucho poder y no emprendían nuevas obras. El presidente López Obrador se propone en el último trimestre del año inaugurar el Tren Maya, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, el tren suburbano México- Toluca y la extensión del tren suburbano al AIFA. Adicionalmente ha prometido antes de irse, dejar las bases para la construcción del tren México -Querétaro.
A diferencia de sexenios anteriores en que las obras de infraestructura eran primordialmente carreteras, puentes, y libramientos, hoy se desarrolla el modelo del tren, los puertos, las energías. Desafortunadamente, más la de hidrocarburos que la verde aun cuando la recientemente anunciada planta fotovoltaica de Puerto Peñasco como la más grande de América Latina, constituye un esfuerzo importante en pro de las energías renovables.
Todas estas obras son desde luego importantes, pero deben complementarse con los esfuerzos urgentes para aprovechar la coyuntura que se presenta.
@fer_martinezg
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