Opinión

Una oposición ciudadana

Toda oposición representa una negación frente a los dictados de la autoridad y al mismo tiempo, constituye una reacción social y política frente a ciertas decisiones gubernamentales o procesos institucionales. Se refiere a comportamientos que expresan diferencias de opinión, críticas, insatisfacción o descontento y puede adoptar formas de resistencia pasiva o de rebeldía caótica. Su principal objetivo es dislocar el funcionamiento del régimen político para imponer la necesidad de una alternancia en el poder. El disenso y el consenso son factores clave en la gobernanza de cualquier país, porque son el “yin-yang” de la política. La oposición designa el desacuerdo y el conflicto, pero también proyecta la posibilidad de conciliar intereses y valores distintos mediante la coexistencia y participación igualitaria de las entidades que la conforman.

La oposición en México se está convirtiendo en una distinción formal sin valor efectivo alguno en la acción política, toda vez que sus cerrados esquemas ideológicos y sus intereses de grupo les impiden ver los problemas reales del país. El “moderno príncipe”, como definió Antonio Gramsci al partido político, es un componente fundamental de nuestro régimen y se define como entidad de interés público cuya finalidad es promover la participación en la vida democrática. Actualmente, la forma partido se encuentra en crisis y ha venido a menos en cuánto instrumento de cohesión y garantía de los derechos ciudadanos. Uno de los problemas que evidencia este declive es justamente la fractura del vínculo originario que los partidos -hoy en la oposición- desarrollaron con la sociedad civil. Es necesario reconocer que contamos con una oposición que surgió de la vieja partidocracia y que si no cambiamos esta situación seguiremos configurando soluciones ineficaces para enfrentar las múltiples crisis que afectan a nuestro país.

Este sistema de partidos se desarrolló bajo sucesivas reformas electorales que consolidaron el poder de unas élites que nunca incluyeron de manera decidida a los ciudadanos, ni en el proceso decisional, ni en la representación política. El sistema partidocrático abandonó los ideales originarios de una democracia de calidad, estableciendo rígidas oligarquías y estructuras burocráticas. Como resultado tenemos una clase política opositora cerrada, sectaria, corta de miras y alejada de cualquier espíritu renovador sobre la política. Un grupo dirigente que se siente incómodo con los ciudadanos y que los convoca sólo cuando los necesita. Se ha generado un desencanto y un alejamiento de los componentes ciudadanos que alguna vez se sintieron representados por los partidos tradicionales. En este sentido, muchos sectores del ámbito civil cuestionan la utilidad de un frente opositor que adolece de una idea de futuro para nuestra sociedad y que carece de un Programa coherente que esboce la perspectiva de un orden político democráticamente radical para México.

Por ello, los ciudadanos expresan la duda razonable de que la oposición pluralista, tolerante y paritaria que necesita el país pueda nacer únicamente de la retórica unitaria. La frase: “los partidos unidos jamás serán vencidos” resulta ser un discurso atractivo pero que de inmediato choca contra la realidad. Actualmente los partidos de la oposición tradicional pregonan la unidad a toda costa pero colocando al resto de los integrantes del acuerdo político en una situación subalterna. Sin embargo, en el nuevo contexto político que se abre frente a las elecciones de 2024, la unidad debe ser con los ciudadanos. Pero ellos se encuentran ausentes y alejados de la coalición opositora. La democracia no solo es una forma de gobierno, sino también una tendencia a conferir mayor poder al ciudadano, quien puede contribuir con sus iniciativas a mejorar la vida política, influyendo en la selección de sus representantes, y haciendo circular, contra cualquier dogmatismo e intolerancia, nuevos espacios de libertad.

Para discutir estos temas, amable lector, te invito al Foro: ¿Cuál Oposición para México?, hoy 23 de enero, 18:00 horas que se transmitirá en las redes sociales de Futuro XXI.

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