La expresión “pensamiento crítico” se presta fácilmente a engañosos juegos verbales. La Nueva Escuela Mexicana (NEM), por ejemplo, la manipula incorporándola como recurso retórico en los que llama siete “ejes articuladores”. Lo que no sabemos, sin embargo, es cuándo y cómo se ha capacitado a los docentes en ese rubro.
Todos los profesores anhelan que sus alumnos piensen bien, que tengan mentes disciplinadas, que desechen los malos argumentos y valoren los correctos, que sean claros y que piensen por sí mismos a la hora de decidir qué hacer y qué creer. Pero también desean que esas cualidades sean aplicadas no solo a una materia sino a todas las materias. El pensamiento no crítico es, a menudo, incompleto, vago, impreciso, ilógico y superficial.
Pensar correctamente no es algo fácil. Muchos alumnos no lo hacen por el esfuerzo que implica, pero otros no pueden hacerlo porque simplemente sus maestros no los han entrenado en “pensamiento crítico” (PC) aunque hay en educación una vasta bibliografía sobre dicha materia. Una obra conocida en nuestro medio es La formación del pensamiento crítico de Jacques Boisvert (FCE, 2004).
La obra de Boisvert es muy ambiciosa, explica (1) lo que es el pensamiento crítico; (2) los principios de su enseñanza; (3) expone una estrategia para su enseñanza y (4) presenta algunas formas para su evaluación.
El pensamiento crítico es un pensamiento con un alto rigor intelectual. Los motivos para preparar a los alumnos en esta materia son muchos: se trata de preparar a los jóvenes para interactuar en la sociedad moderna, plural, con fronteras abiertas, con actividades complejas, de múltiples códigos, basada en la información, etc. Esto requiere comprensión, análisis, síntesis, evaluación y renovación. Hay maestros que enseñan pensamiento crítico con la idea de que sus alumnos se protejan de charlatanes y explotadores y para que tomen conciencia aguda de los juegos de la política y los vaivenes de la sociedad.
Toda verdadera enseñanza debe incluir la formación de un PC que aspire a favorecer el desarrollo de la autonomía en los alumnos: una educación cuyo fin sea la libertad es aquella que otorga a los educandos el poder prescindir de los maestros, de proseguir por sí mismos su propia educación, de adquirir por sí mismos nuevos conocimientos e inventar sus propias reglas.
La mejora del pensamiento crítico de los alumnos no se reduce a aplicar una serie de recetas prescritas, pues no existe un método único para esta tarea, en cambio exige un esfuerzo de reflexión y una dosis de valor para asumir los riesgos inherentes a las decisiones propias.
En la definición de PC que hace Boisvert se señalan tres ángulos complementarios: 1) como una estrategia de pensamiento; 2) como una investigación y 3) como un proceso. En la estratega de pensamiento, otro autor, propone tres categorías de habilidades del pensamiento: a) Habilidades básicas; b) estrategias de pensamiento y c) habilidades meta-cognitivas.
Para otro autor, el PC es una investigación cuyo propósito es explorar una situación, fenómeno, pregunta o problema para elaborar una hipótesis y llegar a una conclusión que integre toda la información disponible y que, por tanto, se justifique de manera convincente.
Algunos autores conciben el PC como un proceso. Zechmeister y Johnson lo presentan como un proceso en esencia activo que desencadena la acción. Según estos autores, ejercer el PC exige una preparación y disposición absolutas de carácter activo, en la dedicación de una manera reflexiva a los problemas que surgen en la vida cotidiana.
Una vez que aparece el problema, producto de una pregunta difícil, de un estado de duda, o de un conjunto de circunstancias que induzcan perplejidad en el individuo, se necesitan dos series de características complementarias: 1) en primer lugar, las actitudes apropiadas, como la amplitud de mente y la honestidad intelectual; 2) en segundo lugar, las capacidades de razonamiento y de investigación lógica.
Diez elementos interdependientes que según Ennis (1993) caracterizan al PC:
Credibilidad de las fuentes
Reconocimiento de las conclusiones, razones y suposiciones.
Valoración de la calidad de un argumento
Elaboración de un punto de vista propio.
Formular proposiciones de aclaración
Concebir experiencias y evaluación de proyectos.
Definir términos en función del contexto.
Manifestación de una mente abierta.
Esfuerzo constante para estar bien informado.
Formulación de conclusiones cuando la situación lo justifique.
La importancia del pensamiento crítico está fuera de duda, lo que se requiere es asegurar que se practique realmente en las escuelas mexicanas. Es una herramienta para combatir la crisis educativa. Análisis de argumentos, valoración de las fuentes, redacción de una argumentación o dominar las etapas de la resolución de problemas son competencias cruciales para la formación de ciudadanos libres y competentes para contribuir al fortalecimiento de la democracia y de la economía nacional.
Copyright © 2024 La Crónica de Hoy .