Opinión

Poco le importa el nearshoring al comercio China

Pocos analistas han observado la presencia comercial de China en México. Su lejanía fue una especie de escudo protector contra obstáculos y el gobierno de la 4T, encabezado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, lo vio como una especie de equilibrio con Estados Unidos. Una manera de buscar la manera de atenuar la dependencia económica y tender lazos fraternos con un gobierno de izquierda, una visión obtusa que ahora cobra su factura. De acuerdo a datos de la Secretaria de Hacienda, que lleva Rogelio Ramírez de la O, mientras que nosotros enviamos mercancía en 2023 por 11 mil millones de dólares, ellos nos oferta 110 mil millones de dólares anuales, un desbalance desproporcionado, casi de diez a uno. Paradógicamente con Estado Unidos la medición es a nuestro favor con 76 mil millones de dólares anuales. Lo que ganamos con uno, lo perdemos con el otro.

El problema de fondo es que China no es cualquier país, sino una potencia comercial impresionante. Muchos se habla del nearshoring, que beneficia a México porque está de vecino con el mercado más grande del mundo, Estados Unidos, pero para China son cuentos eso de producir cerca de los consumidores, el nearshoring le tiene sin cuidado, porque tiene capacidad de manufacturar a precios tan bajos, que cualquier sanción arancelaria la puede superar, sin el mayor de los problemas. Además, los sobrecostos no le pegan a sus precios de origen, porque al final el consumidor local es quien en realidad los paga.

El nearshoring está ganando terreno en México

El nearshoring está ganando terreno en México

EFE/ China HomeLife

Para que nos demos cuenta de una realidad es el caso de la automotriz BYD, que de manera mentiros dicen que van a poder una planta en México. Acaban de inaugurar una planta de siete líneas de producción en China. En México no cabemos de gusto porque General Motors tiene una en Ramos Arispe, donde producen más de 200 mil vehículos al año. Imagine usted la economía de escala que alcanza BYD, que para rematar produce y tiene sus propios proveedores locales de muy bajo costo. La desesperación de marcas como General Motors, Ford y Stellantis es que para ensamblar a los costos de China es imposible hoy en día.

El nearshoring no le interesa a China porque tiene su propia logística, su propia naviera, sus propios puertos y saben que es cosa de dinero arribar a países como México, donde se han apropiado hasta de los patios de embarque y desembarque, para manejarlos como centros logísticos. Desconocimiento del comercio Chino ha sido el peor enemigo en el terreno comercial. La industria zapatera es un ejemplo. Se perdió porque no pudieron competir con los precios del calzado Chino y lo mismo ente tecnología, quien se les puede poner enfrente.

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