Opinión

La portada de Nature

La semana pasada ocurrió algo que supongo, casi con certeza, es inédito para la ciencia mexicana. El número del pasado jueves de la revista Nature contiene dos publicaciones originales de grupos mexicanos, que fueron suficientes para que se les concediera la portada del número.

La revista Nature originaria de la Gran Bretaña, es una de las revistas de ciencia más influyentes del mundo, junto con la revista Science de los Estados Unidos. Ambas datan del siglo XIX. El primer número de Nature se publicó en 1869 y el de Science en 1845 y desde entonces son semanales. Publican resultados de investigación en todas las áreas de las ciencias. Muchos trabajos de Premio Nobel se han publicado en estas revistas. Cuando un investigador o un grupo tienen una observación muy novedosa, en el medio decimos que ese trabajo está como para Nature o Science. Cuando yo era estudiante en Boston, me llamaba mucho la atención que en el enorme estand de revistas de Tower Records de Mass Avenue, que visitaba con frecuencia por mi melomanía, entre revistas de moda, automóviles, animales, oficios, etc., podía uno comprar el número de la semana de estas dos revistas. En una estación de radio, a las 8:30 am del jueves y viernes, comentaban los artículos que venían en el número semanal de Nature y Science, respectivamente.

En el número de Nature al que me refiero viene una publicación del grupo de Andrés Moreno Estrada del centro LANGEBIO del CINVESTAV en la ciudad de Irapuato, Gto, a quien no tengo el gusto de conocer. LANGEBIO es un centro de investigación con una enorme reputación de excelencia, merecidamente ganada. El trabajo es un estudio genómico de la población mexicana. Los autores que pertenecen a diversas instituciones de México, Estados Unidos y Gran Bretaña, analizaron la secuencia de DNA de 6,057 individuos de 898 localidades tanto urbanas como rurales a lo largo de los 32 estados de la República Mexicana. Determinaron no solamente la ancestría de los diversos grupos que componen nuestro hermoso y siempre sorprendente país, sino también el efecto de variaciones en el DNA sobre algunas variables fisiológicas como la estatura, el índice de masa corporal, la glucosa y los triglicéridos.

El otro artículo del mismo número es un estudio también de genotipificación del DNA de 140,000 individuos de la ciudad de México en las localidades de Coyoacán e Iztapalapa en el que se analiza la ancestría. El estudio también con autores de México, Estados Unidos y Gran Bretaña, fue comandado por los Doctores Pablo Kuri Morales y Roberto Tapia Conyer, a quienes sí tengo el gusto de conocer y con quienes afortunadamente coincido en algunos Comités de trabajo.

Estos trabajos ponen en el mapa genómico mundial a la población mexicana que estaba poco representada en el conocimiento genómico y abren grandes oportunidades para diversas disciplinas como la historia, sociología, medicina o la antropología, por mencionar algunas.

La portada es un mapa de la República Mexicana diseñado con arte Huichol que muestra con hexágonos de varios colores y tamaños la diversidad del DNA de los mexicanos, que se extiende hacia California, Luisiana, Florida y Centroamérica con cadenas de DNA que contienen en su interior pequeños hexágonos que hacen las veces de las bases. El centro de los Estados Unidos también contiene hexágonos que indican la amplia distribución de los mexicanos en ese país.

Da gusto que en esta semana un enorme número de investigadores y académicos de todo el mundo vean esta portada que, de alguna forma les está diciendo que en México hacemos ciencia de calidad y competitiva.

Dr. Gerardo Gamba

Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e

Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM

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