Uno de los temas más difíciles de abordar rumbo a las elecciones es el papel de las Fuerzas Armadas en la vida pública nacional. Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez coinciden en que habrán de continuar en las tareas de seguridad, pero más allá de eso, la perspectiva difiere diametralmente.
Los próximos legisladores también habrán de jugar un papel muy importante en este tema; espero que no la hagan de florero en lo que respecta al presupuesto asignado a las FFAA. Lo menciono por el reporte “El negocio de la militarización. Opacidad, poder y dinero”, difundido ayer por la organización civil México Unido contra la Delincuencia (MUCD).
No se trata de escatimar el presupuesto en seguridad, sino de todos los recursos otorgados a los militares a costa de otras secretarías. En lo que va de la 4T, las FFAA tienen 103 nuevas funciones que no les corresponden; a fuerza de justificarlas con que “no es el cargo, sino el encargo” se ha distorsionado el funcionamiento de la administración pública federal. Y eso es solo la forma, el fondo es todavía más preocupante.
De acuerdo con el estudio de MUCD, la Secretaría de la Defensa Nacional ha visto incrementados sus recursos a tal punto, que ya son la tercera dependencia con más dineros dentro del Presupuesto de Egresos de la Federación, solo por detrás de la SEP y Bienestar.
MUCD hizo un ejercicio del gasto acumulado de las secretarías con más recursos. Mientras que Salud recibió 974 mil millones de pesos de 2019 a 2023, las FFAA gozaron de un billón 337 mil millones de pesos, al sumar los presupuestos de SEDENA, SEMAR y Guardia Nacional. Es decir, los militares contaron 37 por ciento más que Salud, con todo y pandemia. Cabe agregar otros 23 mil millones de pesos provinientes de los estados, los cuales fueron transferidos mediante convenios y se supone son usados en seguridad. ¿Cómo la ven?
Ahora bien, si todos esos dineros se reflejaran en la pacificación del país, nadie objetaría ni un peso, pero tampo es así. 40 por ciento de los dineros acaba aplicado a otro concepto de gasto, lo cual incluye adquisiciones improcedentes. Ahí están los seis mil vehículos de lujo con un costo de ocho mil millones de pesos, siendo que solo tenían autorizados mil 130 millones. Total, ¿quién les pone el alto?
En abundancia de lo anterior, veamos cómo se comportaron las FFAA en relación con el objeto del gasto: no respetaron el monto aprobado en ninguno de los 14 rubros. Solo en el rubro “Pago extraordinario por riesgo” se entendería el gran incremento, pues su base inicial era muy baja y hay que dar incentivos en el combate a la inseguridad. Todos los demás tienen aumentos considerables y les pongo ejemplos: “Servicios de lavandería, limpieza e higiene”, +789 por ciento; “Remuneraciones de personal eventual, +810 por ciento. En síntesis: SEDENA ha sobre ejercido 118 mil millones de pesos en cinco años.
Con el pretexto de que alrededor de las FFAA todo es asunto de seguridad nacional, las erogaciones se mantienen bajo secreto; si apenas rinden cuentas y a puerta cerrada sobre las tareas de seguridad, pues de cómo manejan los dineros, pues menos.
Lo que llama la atención es que apenas una quinta parte del billón de pesos arriba consignado correspondió a la Guardia Nacional para tareas de seguridad, mientras que el 80 por ciento fue para SEDENA.
“Antes de 2020, no existían empresas de participación mayoritaria del estado (EPEM) a cargo de las FFAA. (…) Hasta agosto de 2023, SEDENA y SEMAR acumulan 30 EPEM.” Evidentemente, los dineros fueron para las obras públicas a cargo de militares y de las cuales los contratos están sellados. Actualemente, entre las EPEM están la construcción final y administración del Tren Maya y los hoteles de la ruta, así como la operación de Mexicana de Aviación.
Y seamos claros: los militares no pueden saber de todo, ni hacer con eficiencia todo lo que se les asigna, por no hablar de total honestidad cuando la tentanción y las oportunidades son muchas. ¿Quién va a supervisar cómo se manejan las empresas? ¿Qué pasará con las utilidades, si las hay? Porque estoy seguro de que si hay pérdidas, Hacienda tendrá que salir al quite… O sea, los contribuyentes.
Veo la situación muy complicada. Si gana Sheinbaum, es muy probable que el trato a las FFAA siga como hasta ahora, con una erosión severa a la transparencia, la democracia y la institucionalidad del país.
Si triunfa Xóchitl Gálvez necesitará un gran apoyo político y ciudadano, además de mano suave, para acotar el poder económico y los intereses de los militares.
Como sea, el panorama es malo.
Prepárense.
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