Opinión

Sin quitarle una coma

Parte central del proyecto de gobierno del presidente López Obrador ha sido el control férreo, inapelable, de las bancadas de Morena y sus aliados en el Congreso.

El presidente no consideró al Congreso como un Poder de la Unión independiente, nada de eso, lo usó como un cuadrito más del organigrama del Ejecutivo.

Aunque sea difícil de creer, la actitud que quedará para la historia de estas legislaturas es su, digamos, orgullo, por pasar las iniciativas del presidente “sin quitarles una coma”. No faltará quien proponga poner esta frase en letras doradas, como un recuerdo de la divisa imperante en el sexenio.

De hecho en diversas ocasiones los legisladores no se tomaron la molestia de leer las iniciativas, ¿cómo para qué?

El resultado de la elección de junio puede darle al presidente López Obrador una nueva oportunidad de torcerle el brazo a sus legisladores. Tendrá un mes, el de septiembre, para intentar pasar leyes que le interesan aunque ya para entonces haya una presidenta electa.

Confía en que los nuevos legisladores hereden de los actuales ese gusto por pasar las iniciativas sin quitarles una coma.

Hay tiro en BC

Hace apenas un par de semanas parecía todo decidido en la elección para el Senado en BC, pero las encuestas más recientes ponen el descubierto que hay tiro y que nadie puede ahora cantar victoria.

Allá hay que decirlo se rompió la coalición gobernante de modo que Partido Verde y Morena no van juntos sino que compiten, y con todo.

La fórmula del Verde la componen Juan Carlos Hank y Mónica Vega. Mientras que la fórmula de Morena que sigue adelante pero con una ventaja que declina, está conformada por Julieta Ramírez y Armando Ayala.

Los del Verde crece y los de Morena se empantanan, lo que dará lugar a un cierre cardiaco, la moneda está en el aire y cada voto cuenta.

El informe de la comisión especial para el COVID19 concluyó que más de 300 mil muertos pudieron evitarse, pero la pésima gestión gubernamental de la pandemia llevó a esos compatriotas a la tumba.

Miles de hogares enlutados por errores grotescos como minimizar de manera sistemática el daño que era capaz de infringir el virus. México emergió de la pandemia como el país donde murieron más trabajadores de la salud. Fueron lanzados a la batalla sin los pertrechos mínimos. Una vergüenza para todos.

El presidente López Obrador y el doctor López-Gatell primeros responsables del manejo de la pandemia ahí siguen, como si nada. De hecho se defienden y se justifican entre ellos. ¿Alguna vez enfrentarán las consecuencias de sus actos? ¿La Ley de Amnistía servirá para que en el próximo sexenio una mano caritativa los libre de todo mal?

¿Hay en alguno de los textos legales un castigo para una mortandad de ese tamaño? ¿Qué se hace en estos casos?

¿Todavía hay voto corporativo?

El Primero de Mayo fue un día de decisiones. Dirigentes de sindicatos importantes no solo marcharon para hacer sentir. No se anduvieron por las ramas y exhibieron de manera pública sus preferencias políticas. Maestros, petroleros y electricistas ya dijeron que apoyan las aspiraciones de la candidata presidencial de Morena, la doctora Sheinbaum.

No es raro que dichas organizaciones se decanten por el abanderado oficial, lo vale la pena preguntar es si el voto corporativo, que fue una realidad tangible en el régimen anterior, sigue vigente. ¿Los trabajadores votan siguiendo la línea de sus líderes?

No pasará mucho antes de confirmarlo. Las organizaciones tienen derecho a apoyar a quien quieran, eso no se discute. Los líderes tienen compromisos actuales y otros para el futuro. La pregunta es si los trabajadores les hacen caso o se van por la libre.

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