“Solo los políticos y tecnócratas corruptos, acomplejados y vendepatrias, pueden argumentar que PEMEX no puede sola y que la única forma de salvar la empresa es entregarla al sector privado”. AMLO.
La cita es del capítulo: “La primera defensa del petróleo”, del libro ¡Gracias! escrito por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Viene a cuento por la improvisada propuesta de Xóchitl Gálvez, quien otra vez mostró su total ignorancia sobre la realidad nacional, su sello privatizador de los bienes nacionales y su atrabancado estilo que la mantiene en la lona en las encuestas.
La nueva pifia se registró el sábado pasado, durante un foro en materia de medio ambiente, donde la prianista intentó ganar el aplauso fácil, lanzando la ocurrencia de que, si ganaba la elección cerraría, en los primeros seis meses de su gobierno, las refinerías de Cadereyta, en Nuevo León, y “la de Tampico, en Tamaulipas”.
En primer lugar, hizo el ridículo porque no hay refinería en Tampico, por lo que se ganó la burla de propios y extraños.
Quiso referirse a la refinería que está en Ciudad Madero, Tamaulipas, pero como su equipo no da una, ella no conoce el país y no revisa lo que lee, presumió, por enésima vez, su ignorancia sobre la importancia estratégica de esas refinerías, indispensables para que camine la industria en el norte del país.
Lo que nunca esperó Bertha Xóchitl fue que las primeras reacciones en contra de su propuesta vinieran en cascada y antes que nadie de su propio partido, los alcaldes panistas de Cadereyta y de Ciudad Madero le contestaron que no permitirían el cierre de las refinerías.
El más estridente fue Cosme Leal, alcalde de Cadereyta, quien primero cuestionó la decisión unilateral de la panista en su cuenta de X.
Le respondió que a él no le tiembla la mano y garantizó que defenderá la refinería contra los ataques de todos los políticos que quieran afectar la fuente de ingresos de miles de familias.
En entrevistas mediáticas posteriores, explicó que las emisiones de la refinería están monitoreadas permanentemente y se apegan a la norma establecida.
La panista ignoraba que esa refinería emplea a más de siete mil habitantes del municipio y que de ella dependen más de 40 mil personas.
Dijo que cada tres o seis años, distintos políticos sin conocimiento del tema proponen cerrar la refinería para intentar ganar votos.
Informó que ya le envió una carta a Gálvez y a su equipo, donde les explica el mantenimiento que necesita la refinería para funcionar en óptimas condiciones.
A su vez, Claudia Sheinbaum, candidata de Morena a la presidencia de la república, quien fue la opositora número uno -al frente de las adelitas- contra la privatización de PEMEX que pretendió consumar Felipe Calderón, fijó así su postura sobre el ex abrupto de Berta Xóchitl.
“Ya andan diciendo que van a cerrar refinerías, entonces vamos a cerrar todas las fábricas porque todas contaminan. Claro que debe haber menos emisiones al medio ambiente, pero hay tecnología para eso”.
Y alertó: “La oposición realmente no busca defender el medio ambiente, quieren privatizar Pemex, es en realidad lo que siempre han querido. Nosotros lo defenderemos porque es garante de nuestra soberanía”.
Gonzalo Monroy, consultor experto en temas energéticos, consideró que cerrar Cadereyta en seis meses es apresurado, “parece más producto de un impulso echado para adelante, que una cosa bien pensada”.
Pero así se maneja Xóchitl, embiste con los ojos cerrados. Una presidenta no puede ponderar el hígado por encima de la razón.
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