La Reforma al Poder Judicial busca principalmente reducir el número de ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN); al pasar de 11 a nueve ministros en total. Además, durarían en su encargo 12 años; tres años menos de lo que duran actualmente. La iniciativa plantea que los ministros, magistrados y jueces de distrito, sean electos mediante el voto popular. El Consejo de la Judicatura Federal se transformaría en dos nuevos órganos: el primero para administrar el sistema en su conjunto y el segundo sería un Tribunal de Disciplina Judicial; ambos supervisarían también a la SCJN. De acuerdo a la reforma, se establecerían plazos máximos para la resolución de asuntos y este nuevo sistema debería de ser replicado en todo el país. No obstante, las élites afectadas y diversos factores de poder han estado tratando de frenar esta reforma mediante la utilización de varios discursos mediáticos, entre los que destaca que ellos están defendiendo la autonomía de la Corte, así como la independencia de magistrados y jueces, cosa que es irreal. Inclusive han intentado legitimar sus intereses y politizar este asunto; con una contrarreforma se pretende movilizar a los jóvenes estudiantes, se busca prender una mecha de inconformidad con uno de los sectores más sensibles del país, ya que participaron en la movilización estudiantil del domingo pasado personajes como la ex abanderada presidencial del PRIAN, Xóchitl Gálvez, el Ministro Juan Luis González Alcántara y el expresidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, entre otros más. Se corrompe un pretendido movimiento estudiantil, se politiza una marcha; qué lejos estamos de los principales movimientos estudiantiles y protestas del siglo pasado.
En 1956 los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) estuvieron en huelga durante 72 días, dado que exigían una nueva Ley Orgánica del IPN, mejoras en los elementos y medios de enseñanza, así como cambios administrativos. Se oponían, además, al proyecto de aplicar en el IPN el Plan Columbia, que implicaba la asesoría del gobierno estadounidense en la Educación Técnica Superior. El 23 de septiembre de 1965, un grupo de campesinos, estudiantes, maestros y líderes agrarios intentaron tomar el cuartel Madera en Chihuahua, en protesta por los abusos de los caciques de la zona, por el reclamo del reparto de las tierras de los latifundios y la explotación de minerales y maderas. El 2 de octubre de 1968 más de 300 personas fueron acribillas (se desconoce el saldo real de asesinados) en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, luego de que ellos junto con otros miles de personas entre las que había amas de casa, obreros, oficinistas y principalmente estudiantes universitarios de la Universidad Nacional Autónoma de México y del IPN protestaran exigiendo el respeto a la movilización social y al reclamo, así como la disolución del cuerpo de granaderos. El gobierno de aquel entonces dijo que solo hubo 20 muertos en aquella masacre.
Algunos años más tarde, el 10 de junio de 1971, una manifestación universitaria, en apoyo al movimiento estudiantil de Nuevo León, fue duramente reprimida por un grupo paramilitar conocido como Halcones, esta masacre sería nombrada como El Halconazo o la Matanza del Jueves de Corpus.
En tiempos más recientes, el 23 de mayo del 2012, un grupo de estudiantes de diversas universidades se agruparon bajo el nombre de YoSoy132 para exigir la democratización de los medios de comunicación. Esta preocupación se derivó del estado de la prensa nacional y de la concentración de los medios de comunicación en pocas manos. Estos jóvenes tomaron las calles en diversas partes de la Ciudad de México y del país sin ser sometidos por las fuerzas del orden público. Dos años más tarde, la desaparición forzada de los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa en 2014, dónde los estudiantes de diversas universidades se unieron a las protestas en las que reclaman justicia y conocer que fue lo que paso con los estudiantes desaparecidos en diversas marchas, como la conmemorativa de esta masacre y la del 2 de octubre.
Invito a todos los jóvenes y estudiantes universitarios a que lean la reforma a fondo para poder formar su criterio y no caer en las trampas de la desinformación y la manipulación. Los jóvenes tienen la obligación de estudiar y de protestar por todo aquello que vaya en contra del bienestar y los intereses de la nación.
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