Opinión

¿Réquiem para el INE?

Me dirijo a usted con cierta desazón. Corrijo, con mucha desazón sobre el desempeño del Instituto Nacional Electoral en las últimas semanas; y de manera concreta, de la Comisión de Quejas (CQ).

La consejera Claudia Zavala, presidenta de dicha comisión, se ha cansado de señalar el riesgo que corren las corcholatas por actos anticipados de campaña y razón no le falta. Por las dimensiones, formato y contenido de las asambleas informativas éstas son, a todas luces, mítines de campaña.

Sin embargo, lo que para el mundo entero es evidente incluyendo la Unidad de lo Contencioso del INE, no lo es para los otros dos consejeros que integran la Comisión de Quejas. Me refiero a Rita López Vences y a Jorge Montaño Ventura, quienes sistemáticamente se han opuesto a las resoluciones propuestas en la Comisión para acotar las asambleas informativas.

Llama la atención el comportamiento profesional de estos dos consejeros, pero sobre todo el de Montaño Ventura, quien cuenta con una maestría en Derecho Constitucional y una amplia experiencia en Derecho Electoral, pues fue magistrado del Tribunal Electoral de Tabasco, lo mismo que Fiscal Especializado en Delitos Electorales en esa misma entidad.

La trayectoria de Montaño haría suponer que se las sabe de todas, todas, en el cumplimiento de la Ley Electoral y que nadie puede pasarle una bola rápida. Entonces, ¿bajo qué argumento jurídico vota en contra de los proyectos para detener los actos anticipados de campaña? No lo encuentro.

Haciendo a un lado el formato y contenido de las asambleas, queda el asunto de los dineros. Las corcholatas disponen de un promedio de 70 mil pesos diarios para sufragar los gastos de sus asambleas informativas. Tal cantidad apenas alcanza para pagar los viáticos del precandidato y su equipo más cercano.

Así pues, la pregunta pertinente es ¿quién y cómo se pagan las rentas de la sede donde se lleva a cabo la reunión, las sillas, el sistema de sonido y los camiones para transportar a los contingentes? ¿O quién cubre el costo de la escenografía, las gorras y banderines por solo mencionar algunos insumos? Eso, haciendo de lado los espectaculares famosos que hasta la imagen del presidente incluyen.

A lo que voy es a que toda aportación en especie también debe ser contabilizada como gasto; y tengo la impresión de que ninguna corcholata está rindiendo las cuentas como se debe.

La semana pasada, el pleno del Tribunal Electoral Federal ordenó a la Comisión de Quejas revisar los dictámenes favorables sobre las asambleas informativas, indicándole que analizara los hechos de manera individualizada para cada corcholata. En breves palabras, el Tribunal reprochó a la CQ no cumplir con su responsabilidad.

La resolución 246 emitida por la Comisión de Quejas hace tres días, parece elaborada por “la chimoltrufia”. Por un lado acata la orden del Tribunal y hasta habla de que de seguir así las asambleas informativas, hay “un riesgo inminente (…) de afectar el principio constitucional de equidad en la contienda”. Pero por el otro, ordena que los actos “se realicen preferentemente en lugares pertenecientes al propio partido político”. ¿Preferentemente? ¡Vaya ambigüedad..!

Para mí que estos dos consejeros no son conscientes de la trascendencia real de los actos y decisiones del INE. Me refiero a que desde que se inicia el proceso electoral, poco a poco y cada vez más conforme avanza, el INE es depositario de una buena parte de la gobernabilidad del país. Si el Instituto se desempeña de acuerdo con los principios que le dieron origen –CERTEZA, IMPARCIALIDAD y LEGALIDAD-, al final todos creeremos y aceptaremos los resultados de la contienda, aunque haya perdido nuestro favorito. Y si la contienda es reñida, como ya se anuncia, con más razón.

¿A qué le tienen miedo Montaño y Bell? ¿A que el presidente se enoje como lo hacía con Lorenzo Córdova? ¡Uuuufff!, no se hubieran postulado para el cargo.

Ahora que si no es miedo, pues está peor, porque entonces estarían siendo cómplices de lo que se perfila como una elección de Estado y de la cual el presidente ya ha dado muestras.

¿O acaso desde dentro quieren organizar el entierro del INE?

Mire, doctora Taddei, el horno no está para bollos. El crimen organizado reta impunemente y pone condiciones al gobierno federal y a los estatales; la situación económica se anuncia muy complicada para el 2024 y el tiempo se agotó para promesas presidenciales.

Como están los tiempos, la fortaleza de las instituciones cobra más importancia que nunca.

No estamos para que los consejeros jueguen con sus simpatías personales.

Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com

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