De cara a las elecciones presidenciales de 2024, tanto Morena y sus aliados, como la oposición – en coalición o en lo individual – han comenzado a trazar sus estrategias. El posicionamiento mediático de posibles candidatos, la negociación de posibles alianzas, la conformación de estructuras políticas paralelas, la recaudación ilegal de recursos, la construcción de campañas negras, entre muchas otras, forman parte de las acciones de los partidos y sus liderazgos tendientes a crear condiciones que les permitan conquistar el poder y de las que los ciudadanos ya nos damos cuenta.
Los hombres y las mujeres del poder ya están en su juego. Los observadores de la política, por nuestra parte, debemos consignar los hechos de la realidad y cómo estos podrían inclinar la balanza de uno u otro lado. En esta y las próximas colaboraciones haremos un recuento de algunos aspectos de cuya definición dependerán los resultados que los partidos podrían obtener. Sin que se trate de un listado limitativo de los temas a tomar en cuenta, diez asuntos prioritarios a considerar son los siguientes: 1) configuración de los grupos políticos a partir de los resultados de 2023; 2) definición de candidaturas y dinámicas al interior de los partidos; 3) establecimiento de frentes y coaliciones; 4) elaboración de la propuesta de gobierno; 5) diseño de la campaña de contraste; 6) ciudadanización de las campañas; 7) estrategia para el Poder Legislativo; 8) estrategia en el ámbito local; 9) la importancia de la Ciudad de México, y 10) escándalos y sorpresas. A continuación, los tres primeros.
Configuración de los grupos políticos a partir de los resultados de 2023. Los resultados de las elecciones locales en Coahuila y Estado de México definirán las posibilidades de cada partido de hacerse con la presidencia en 2024. Si Morena y sus aliados se hicieran con el triunfo en ambas entidades, prácticamente estarían asegurando su permanencia en el poder. Si, en cambio, la coalición Va por México ganara estas dos gubernaturas, Morena tendría que enfrentar un escenario muy complejo en plena antesala de la elección presidencial. Un triunfo por partido mostraría la vulnerabilidad del partido en el poder, pero no sería suficiente para conseguir una alternancia en el poder. En estos momentos, lo más lógico es esperar el triunfo de Va por México en Coahuila y una elección muy cerrada en el Estado de México, donde lo que está por verse es si Alejandra del Moral será capaz de alcanzar a Delfina Gómez.
Definición de candidatos y dinámicas al interior de los partidos. Una vez que concluyan los procesos electorales de Coahuila y Estado de México, lo que seguirá será que los partidos definan a sus candidatos. Morena ha señalado que el método para la designación del candidato presidencial será a través de encuestas, en tanto que la Va por México todavía no define el mecanismo, pero ha anunciado que el PAN será quien lleve mano en la organización y designación del candidato, sin que necesariamente esto implique que tenga que ser un militante o simpatizante de este partido. De forma paralela a la designación de sus candidatos, un aspecto igual de relevante para los partidos será cómo procesan las reacciones de quienes sean derrotados y qué tan capaces son de evitar fracturas al interior.
Establecimiento de frentes y coaliciones. Aún cuando hoy pareciera que en 2024 serán tres los candidatos – Morena-PT-PVEM, PAN-PRI-PRD y Movimiento Ciudadano – los frentes o coaliciones todavía no se concretan. Habrá que estar atentos no solo a los aspectos formales de las alianzas, sino sobre todo a los acuerdos cupulares que se puedan alcanzar y que formen parte de una estrategia política y electoral mucho más fina, pero menos evidente. En todo caso, si los candidatos son tres, las posibilidades de un triunfo por parte de Morena aumentan, en tanto que si se logra una alianza entre Va por México y Movimiento Ciudadano, esta sería ampliamente competitiva.
Profesor de la UNAM y consultor político
Twitter: @JoaquinNarro
Correo electrónico: joaquin.narro@gmail.com
Copyright © 2023 La Crónica de Hoy .