Opinión

Una ruta muy clara, cero corrupción

Es conocido el lamentable pasado en administraciones estatales de nuestra entidad, no es espacio este para hacer una larga lista de los hechos de corrupción desde lo público y lo privado que han sido el sello del periodo neoliberal y sus deplorables consecuencias. Desde la desviación de recursos públicos hasta la creación de empresas fantasmas, caracterizaban a este naufragio en el amplio mar de la política estatal.

Pero en junio del 2023, al llegar a su final el viejo régimen partidista que por años camufló la transparencia y acogió la corrupción, por fin arribábamos a un gobierno con sello humano en la toma de decisiones.

Desde un inicio quedó asentado que el Gobierno encabezado por la Gobernadora del Estado de México, la Maestra Delfina Gómez Álvarez, planteaba una ruta a seguir, teniendo como eje rector a la cero corrupción y ataque frontal a cualquier acción que vaya en contra del pueblo mexiquense, en apego a los principios que rigen el actuar de los servidores públicos.

Para ello, se realizaron foros y consultas populares en donde se tomó en cuenta las opiniones de diversos sectores de la sociedad y de la población, donde se exigieron políticas claras y estables en el tiempo. Derivado de esto, la instrucción de nuestra Gobernadora fue, es y ha sido en todo momento contundente y el accionar determinante, ya que se basa en proporcionar legalidad y certidumbre en toda la práctica pública de este gobierno, desterrando la práctica de la corrupción en todo el gobierno, en sintonía con las políticas nacionales del Señor Presidente del Gobierno de México, Licenciado Andrés Manuel López Obrador.

La ruta que hemos establecida desde la Secretaría de la Contraloría vislumbra acciones correctivas, contundentes, pero sobre todo las preventivas permanentes, primero en todo el personal de esta institución y segundo, permear a la población, a los sectores y actores de la importancia de la rendición de cuentas y transparencia, acerca que el tiempo donde todo se resolvía con tráfico de influencias o dinero es un pasado deleznable y que a partir de ahora, los ciudadanos tengan la certeza que pueden monitorear y participar en la toma de decisiones públicas, esto es, hacer más publico las acciones, decisiones, manejos, dinero, obras ,etc., del gobierno, esto aunado a mecanismos eficientes y eficaces que retorne la confianza a los ciudadanos sobre denuncias y quejas, evitando aquello que llaman ‘‘economía de casino’’ donde las reglas del juego cambian según las leyes del mercado.

Luis David Fernández

Economista

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