La reunión que sostuvo en días pasados la presidenta Claudia Sheinbaum con representantes de alto nivel del Consejo Coordinador Empresarial con el propósito, dijo, de sentar las bases de una relación cercana entre el sector privado y el gobierno, fue una buena señal para el empresariado en general. Al frente de los empresarios estuvo el presidente del organismo cúpula Francisco Cervantes Díaz, quien mantuvo una reunión privada con la presidenta.
La actitud de Sheinbaum dejó buena impresión entre los hombres del dinero. Y como no iba ser, si casi simultáneamente, el Secretario de Economía Marcelo Ebrard, dijo ante empresarios de Monterrey, que el gobierno se apoyará de la iniciativa privada para la generación de energías limpias, ya que para satisfacer la demanda, se necesitará entre este año 2024 y el 2030 más de 28 mil millones de pesos en inversiones. Por ello, dijo Ebrard, la presidenta definirá reglas claras para la participación privada.
En este punto podemos apreciar una postura diametralmente opuesta a la que se tuvo en el pasado sexenio donde se menospreció la importancia de impulsar con suficientes recursos, las energías verdes o limpias.
Este mensaje ha contribuido a generar confianza y certidumbre entre los inversionistas que no terminan de tranquilizarse por los cambios previstos en el tema judicial con la reforma aprobada recientemente.
Sin embargo, en este tema, que llamó la atención de propios y ajenos, pudimos apreciar una pequeña luz de entendimiento en la que nuestra presidenta no es ajena, ya que también en días pasados nos sorprendió sobremanera una visita que hizo la ministra Norma Piña, presidenta de la Corte, al Senado, donde fue recibida con aplausos y departió cordialmente con senadores involucrados en la redacción de las leyes secundarias de la mencionada reforma.
Y es que finalmente el legislativo parece aceptar el diálogo con la Corte, sobre todo porque se cometieron varios errores en la redacción de la reforma, que suponen contradicciones con un artículo de la Constitución, hecho reconocido por el diputado Ricardo Monreal, lo que obliga al legislativo a volver a redactar varios párrafos de la Reforma Constitucional.
Esta situación que con toda seguridad generó la intervención de la presidenta, enviando una recomendación para dialogar con la Corte, ha sido la gran oportunidad para distender la ríspida relación que el legislativo mantenía con los ministros de la Suprema Corte.
El sólo hecho de que se acepten errores en la redacción de las leyes secundarias de la reforma, constituye un cambio de actitud del legislativo, que abre una gran ventana de oportunidad para escuchar a prestigiadas voces que han externado sus puntos de vista para señalar que la reforma debe ser analizada minuciosamente pues no cabe duda que su aprobación se realizó sobre las rodillas, en muchos casos sin siquiera haber leído el contenido.
Lo cierto es que la semana pasada se lanzaron, con estas acciones, señales positivas que ayudarán a mitigar muchas dudas y devolverán la confianza en importantes sectores de la sociedad.
Esta semana será clave para seguir fortaleciendo esta confianza, después de que se desarrolle la reunión que sostendrá la presidenta Sheinbaum con empresarios estadounidenses, en donde adelantó habrá anuncios de nuevas inversiones en nuestro país. Sin duda un tema que preocupa a los empresarios de aquel país en el marco del T-MEC, es el relacionado con la extinción de órganos reguladores autónomos en sectores como el de energía y telecomunicaciones.
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