Múltiples voces de colegas columnistas y simpatizantes muestran preocupación por la campaña de Xóchitl Gálvez, así como la ventaja que la distancia de la aspirante oficialista.
A mí no me sorprende que Claudia Sheinbaum esté en la delantera, si lleva más de un año en campaña por todo el país y ha contado con todo el respaldo de Palacio Nacional. Es una contienda inequitativa, pero ni modo, es lo que hay. Así que hagamos un brevísimo alto en el camino para ver cómo es que realmente va la competencia hasta hoy.
Empecemos porque XG muy probablemente tenía armada su campaña para competir por la CDMX y, de pronto, da un salto cuántico para colocarse como la candidata a la Presidencia por la coalición opositora. Cambio de juego, estrategia, tácticas, propuestas, etc. No está fácil.
En los eventos de la pre-precampaña de doña Xóchitl se vieron asistencias nutridas. Mi percepción es que en ellos Gálvez fue muy cuidadosa para no violentar la ley electoral, cosa que su principal contrincante sí hizo un día y otro también. Ojalá hubiera sido más audaz.
Ahora que ya ha iniciado su pre-campaña, XG parece retomar el timón; difícil evaluar tan tempranamente si las medidas son acertadas. La más importante es haber reconfigurado su equipo de campaña. Con el debido respeto, qué bueno que Santiago Creel dejó la coordinación; además de su notoria ausencia, las campañas no son su fuerte. Ahora Gálvez suma a personajes talentosos que seguramente sí estarán presentes, sí se van a ensuciar los zapatos y sí aportarán, empezando por Enrique de la Madrid y Max Cortázar. Me gustaría ver que las organizaciones de la sociedad civil que la apoyaron en principio, siguieran ahí.
Otra decisión relevante fue dejar a los partidos la postulación de los candidatos en los nueve estados donde habrá elecciones. Algunos de mis lectores levantarán la ceja con mi aseveración, acostumbrados como estamos a que el candidato a la Presidencia lleve mano en colocar a los miembros de su red política. Fundo mi opinión en que, por un lado, Gálvez no es una política tradicional con extensas redes de intereses. Por el otro, la definición de candidatos suelen ser duelos intensos que siempre deja heridos; ¿para qué cargar con tal costo? Mejor que los líderes partidistas se las arreglen como puedan.
Ahora echemos un ojo a la última encuesta publicada por El Universal (27/11/2023); el ejercicio demoscópico, llevado a cabo por Buendía&Márquez en vivienda, tiene 95 por ciento de confianza y un margen de error de +/-3.5 puntos.
Sí, Sheinbaum va adelante con 40 por ciento de la intención de voto, pero los datos también mueven a la reflexión. Después de haber iniciado su campaña hace 18 meses y con todos los apoyos de los que ha dispuesto: 1) Una cuarta parte de los consultados no la conoce; 2) 30.6 por ciento de los morenistas están desinformados. 3) No ha crecido realmente. ¿Habrá llegado a su techo?
Xóchitl, por su parte, es desconocida por la mitad de los encuestados; mucho trabajo tiene por delante en este punto. Se extrañan en las redes sociales esos mensajes emotivos y novedosos con los que Gálvez inició su lanzamiento; corrían como pólvora y llamó la atención el uso de inteligencia artificial.
Quienes sí la ubican, tienen dividida por igual su opinión a favor y en contra con alrededor de 20 puntos; los negativos muy probablemente convidan a Gálvez de su antipatía por los partidos que la postulan y/o son morenistas. Con los primeros se puede trabajar, con los segundos no hay nada qué hacer. El nicho poblacional a abordar está en los opositores desinformados y en los apáticos (17.7 y 7.1 por ciento, respectivamente).
Dentro de la encuesta me llamaron la atención tres cosas.
La primera, que los hombres se inclinan más por Sheinbaum, mientras que las mujeres lo hacen por Gálvez. La segunda, que 70 por ciento de los consultados NO han escuchado noticias ni de una, ni de otra, lo cual sí que es grave; ¿qué están haciendo mal las dos que no atraen a los programas informativos y/o al auditorio de los medios? La tercera, quienes sí escucharon noticias sobre doña Claudia, éstas fueron mayoritariamente positivas, mientras que aquellos que lo hicieron sobre doña Xóchitl, escucharon la misma cantidad de positivas que negativas. ¿La propaganda sucia está rindiendo frutos?
¿24 puntos de distancia son muchos? Sí. ¿La tiene ganada Sheinbaum? No; todavía no inclina su voto el 20 por ciento de los consultados y hay varios meses de campaña por delante, además de los debates. Cuidado con de Samuel García; no va a ganar, pero cómo va a estorbar.
No se trata de ver el vaso medio lleno, sino de que todavía no le vierten toda el agua. No obstante, el tiempo apremia.
Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com
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