El PRI, en su etapa de secta suicida, muestra sin rubor sus miserias. Hacen jugarretas que ellos juzgan jugadas maestras, pero son chambones. Un regidor del ayuntamiento de Cholula se apuntó para hacer como que competirá con la mancuerna Alito-Viggiano por la dirigencia del partido. Alito muestra eso como prueba irrefutable de la intensa vida democrática del partido, que quiere como líder vitalicio al más perdedor en la historia del partido creado hace casi cien años.
La verdad cuesta trabajo imaginar que el general Plutarco Elías Calles portara una playera con el apelativo de Plutarquito, o el general Cárdenas pidiendo que le digan Lazarito, pero bueno son otros tiempos y otro tipo de hombres. Alito ha salido mucho en los medios no solo por su pantomima de elección en el PRI, sino por sus ostentosas propiedades con vista al mar. Como es el líder, los integrantes de su secta le perdonan todo, mientras caminan por la orilla de un abismo entonando loas en honor del campechano.
El numerito de Alito tiene repercusiones en los otros partidos de oposición. En el PAN se fortalece la corriente que sostiene que aliarse con el PRI, con el PRI de Alito, fue un error histórico que no están dispuestos a cometer otra vez. En Movimiento Ciudadano se afianzan quienes dijeron desde el principio que más vale solos que mal acompañados, que muy mal acompañados.
Ante la paliza que Morena le propinó a la oposición en la pasada elección, los analistas coinciden en decir que el camino de la recuperación pasa por un acercamiento verdadero con la gente, con los ciudadanos y que la renovación de los mandos es, al final del día, una manifestación de motivos de lo que buscan para el futuro. Pues bien, el PRI de Alito ya se exhibió como una camarilla al que sus simpatizantes le tienen sin cuidado. No quieren conocer la opinión de la gente, nada de eso. Toman decisiones literalmente en lo oscurito y a otra cosa.
Claro que el desprestigio del PRI no arrancó con Alito, pero con él ha perdido hasta el decoro y el profesionalismo. La oposición llegará completamente desdibuada al cambio de gobierno. Desde la noche de la jornada electoral entregaron la plaza y el gobierno y su partido se han servido con la cuchara grande. ¿Qué esperaban que hiciera?
La propia Xóchitl Gálvez se la pasa hablando de ella misma, como si lo importante para el país fuera lo que le dolió personalmente, hasta dijo que sobrevivió a la campaña de milagro. Xóchitl dilapida su capital político. Le ha dado la espalda a los 16 millones de personas que votaron por ella para pasar el día lamiéndose las heridas. Muchos de esos ciudadanos quedaron dolidos por los resultados electorales y no han recibido palabras de aliento de la candidata por la que votaron y a la que defendieron en reuniones familiares, con amigos o en el trabajo. Aunque haya perdido la elección Gálvez tiene un compromiso con los ciudadanos que le otorgaron su confianza. ¿No se dará cuenta?
Xóchitl no habla del futuro, está anclada en la campaña. Ella sabe mejor que nadie dónde le duele a la oposición, qué le falta para competir, cómo volverse creíble, pero ha dejado de comportarse como dirigente política para ser una señora que se siente maltratada.
Guerrero, el problema es Evelyn
Van tres secretarios de Seguridad que renuncian a su cargo en Guerrero. Algo pasa que no pueden hacer huesos viejos. El más reciente estuvo cuatro meses en el cargo, se acordó que estaba enfermo y dejó el estado como lo encontró, a la deriva en materia de seguridad.
Queda claro que el problema no es quién ocupe la oficina principal de la Secretaría de Seguridad, el problema es la propia dependencia que tiene malos policías, muchos de ellos sin control de confianza, escaso presupuesto, nula capacitación. El problema es que la gobernadora del estado, Evelyn Salgado, no está para estos trotes. Ella brilla al cantar las de Selena al final de un ágape, pero el gobierno ni le sabe ni le interesa aprender.
Se limita a que las fuerzas armadas manden algún oficial de la Marina o un general del Ejército para tratar de sacar las castañas del fuego. Sabe que el gobierno federal no dejará caer Guerrero y entonces se limita a tareas gubernamentales menos agotadoras rescatar mascotas, limpiar playas, inaugurar congresos, pero no mucho más, de la gobernabilidad y la seguridad, que están emparentadas, prefiere no meterse, que otros lo intenten.
Glifos
Durango, el problema del agua
En Durango, entre los problemas añejos de la entidad que el gobernador Esteban Villegas nada más no puede resolver, destaca el del abasto de agua potable. Cuando no es un municipio es otro, pero las quejas de los ciudadanos por la falta del líquido, o su mala calidad, son recurrentes. Gómez Palacio y Lerdo son dos de los municipios más afectados, pero no los únicos. Las obras de infraestructura para remediar la escasez avanzan a paso de tortuga. Se hacen inauguraciones para la foto, pero con trabajos a medias. Las fallas salen a relucir de inmediato y el gobernador no sabe a quién echarle la culpa. En los municipios señalados las fugas se multiplican. No hay colonia que se salve. Lo malo es que el gobierno federal está por terminar y el problema del agua potable en lugar de resolverse se complica. Faltan ingenieros capacitados que dominen el tema y sepan resolverlo.
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