Opinión

Simpatía por el diablo

El famoso grupo de rock los Rolling Stones divide la autoría de Sympathy for the Devil entre Mick Jagger y Keith Richards, pero el que la compuso fue Jagger solito. Su lectura de la gran novela “El maestro y Margarita” de Mijael Bulgakov, escritor soviético, quien, como diría Sor Juana, tuvo ruidos con la censura, lo impresionó. “Cábala de santurrones,” otra de sus obras, había sido proscrita. Se publicó una primera versión de “El maestro y Margarita” en una revista, a mitad de los años sesenta, cuando Bulgakov la había tenido lista a principio de los cuarenta, después de haberla quemado años atrás. La versión por primera vez publicada, eliminó el 12% del texto original. Hasta 1973 no fue que se dio a conocer la novela completa.

Mick Jagger

Mick Jagger

Cuartoscuro

Jagger se fascinó con la lectura de “El maestro y Margarita”, creó Sympathy for the Devil, y la lanzó como la pista de inicio del álbum Beggars Banquet en 1968.

En la letra, Mick Jagger se convierte en un personaje oscuro, que se dice el motor de todos los hechos de maldad que han ocurrido en la Historia de la humanidad, desde la crucifixión de Jesús, la desaparición de la familia Romanov, la Segunda Guerra Mundial y, entre otros crímenes, el asesinato de Robert y John F. Kennedy.Desde luego, mucha gente estuvo en contra de la canción, porque imaginaban a los Stones como adoradores del Diablo. Jean-Luc Godard la utilizó en una película.

Sympathy en inglés tiene dos significados, uno es compasión, y es quizá el más usado, y el otro equivale al español de “simpatía”. Cualquiera de los dos impregna la canción.

Las cosas malas ocurren por culpa de la gente. En simpatía por el diablo Lucifer es elegante, educado y tiene buen gusto. Cuando termina la canción, el diablo pide que se le trate bien, con comprensión y respeto. Eso pedían Hitler y Franco, mientras jalaban las riendas de sus pueblos, y los todos otros diablos que en el mundo han sido.

Hoy leí en primera plana de la Jornada, el diario consentido del obradorato, que “Aumentó de 81 a 83 la cifra diaria promedio de Homicidios en el país”. Son datos de Rosa Isela Rodríguez, asi que, claro, comparados con 2018 “hay una baja de 18%” (el diablo está en los detalles también, dejaría de ser la Jornada la fuente). Sea como sea, este país nuestro se encuentra entre los que más homicidios se perpetúan. Pero eso no es noticia, no para el presidente, que ahora está emperrado, en los ochenta días que le quedan en la presidencia, en reformar la Justicia mexicana. Trata de quitarle la autonomía al Poder Judicial, lo mismo que al Poder Legislativo. Mientras esa autoritaria y antidemocrática exigencia sigue su camino, el entarimado de la nación: educación, salud, seguridad están en crisis. “Pasamos del perfil tradicional del migrante que busca mejor salario, al del refugiado que escapa de la violencia criminal”, como apunta Ciro Murayama (El Finaciero, 10 de julio, 2024) .Imaginen a la gente de los pueblos arrasados por el crimen, sin protección del Estado. Más de un millón de estudiantes desertaron de la educación básica, según anunció El Universal en junio de este año. La cifra es aterradora y todavía, Andrés Manuel López Obrador le da “gracias” a la vida.

Vivimos en un constante guiñol, que solamente tiene parangón con los años de Donal Trump en la presidencia de los Estados Unidos, en los que nos asomábamos a la prensa a ver que qué nuevo despropósito se le había ocurrido al presidente republicano. ¿Qué propondrá hoy López Obrador? Mis amigos escritores escriben sobre política, en lugar de ahondar en el océano de la literatura. Yo misma, los sigo a ellos, empeñada en escribir en este espacio lo que me desconcierta y me abruma de este larguísimo sexenio. Y, sin embargo, México, es uno de los países de la OCDE que más confían en su gobierno, según dijo El Universal este 10 de julio, mientras el mandatario se autodenominaba “naco, chinto y chairo”, como si eso fuera elogioso o tuviera gracia. Apunta Carlos Puig en su columna de Milenio (10 de julio de 2024):

“Seguimos teniendo conteos, estudios, bases de datos, análisis de académicos y expertos y las cosas siguen donde están. Ochente homicidios diarios, extorsión, tomas de territorio, desapariciones”.

Este es el país que nos lega la Cuarta Transformación, un país de impunidad, de sangre y de mucho menos oportunidades. Todo está peor que antes. Me horroriza pensar en el segundo piso de la 4T. ¿Qué puede ser eso sino una construcción de naipes?

Entretanto, el Poder Judicial intenta defenderse. La ministra presidente, Norma Piña, cita a conversar al presidente y a la presidente electa y estos responden que vaya al Congreso, al mismo que Morena quiere gobernar. Los votantes le dieron 54.7% de representación y con eso no suma la mayoría necesaria para cambiar las Constitución. Si en el toma y daca poselectoral, Morena y su satélites consiguen un 50 más 1 en ambas cámaras, nos llevó el demonio hacia un gobierno autocráticó. “Encantado de conocerte/Espero que adivines mi nombre”, dice el diablo (Please to meet you/Hope you guess my name) , en la voz de Mick Jagger.

Y ahí vamos, señores y señoras, dando tropiezos, mientras observamos horrorizados lo que ocurre: la omisión ante la violencia, ante el abandono en la educación y la salud de los mexicanos, ante una reforma judicial sin pies ni cabeza (Ah, ¿qué te desconcierta/ ¿Es la naturaleza de mi juego? (Ah, what puzzling you/¿ Is the nature of my game?

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