Revisé los 100 compromisos que usted ofreció al inicio de su campaña.
Mi primera observación es que están algo revueltos y tienen problemas de categorización, pero en fin, dejemos eso de lado. A lo que voy es que no entiendo bien a bien por qué nos ofrece lo que ya es nuestro y no profundiza en lo que nos falta y cómo lograrlo.
Promete usted una “República democrática, justa, honesta, libre participativa y responsable” (punto 1); más que menos ya somos una república democrática, aunque bastante injusta y con gobiernos irresponsables. Nada más hay que ver los gastos en el Tren Maya y Dos Bocas.
Los puntos 4 y 5 hablan de garantizar los derechos y libertades ciudadanas; eso, es la obligación de cualquier gobierno porque están consagrados en la Constitución. Lo mismo podría decirse de “Encabezar un gobierno honesto, sin influyentismo, corrupción o impunidad” (p.10). Debo decir que me parece una buena idea eso de establecer “un modelo ejemplar de fiscalización del servicio público”, porque la 4T acabó por destruir el endeble sistema existente.
Veo que, en seguimiento a su jefe, buscará acotar lo que considera como “poderes excesivos del INE” (p.8). El Instituto se creó por la desconfianza de los partidos, actores políticos y sociales en la conducción de las elecciones por parte del gobierno. Los partidos tampoco confían uno en el otro porque suelen no respetar las normas; lo mismo ocurre con la 4T que hace trutrú con las leyes para sarlirse con la suya. ¿Aun así quiere que el gobierno se encargue de las elecciones?
En cuanto a mantener la autonomía del Banco de México (p.12), pues eso ya es un precepto constitucional y combatir la evasión fiscal es función del SAT. Lo que no le creo, doña Claudia, es la promesa de mantener un “equilibrio razonable entre deuda y PIB”, porque su jefe está dejando las arcas vacías y usted hace grandes comromisos en el apartado “República educadora, humanista y científica”.
Ampliar los programas sociales (p.16-17), aumentar las becas desde preeescolar hasta universidad (p.20-22), extender gradualmente el horario de las primarias (p.26) y varios otros temas relacionados con la educación, ciencia y cultura (p.27-37), costará carretadas de recursos. Coincido plenamente con estos loables propósitos, pero, ¿de dónde va a sacar el dinero? A menos, claro, que emprenda una reforma fiscal y meta en cintura a la economía informal.
Lamento, doña Claudia, que continúe la Nueva Escuela Mexicana, pues las Matemáticas seguirán en el arcón de los recuerdos. Por cierto, la 4T se refiere constantemene a Benito Juárez, pero los libros de texto le conceden tres páginas, incluidas las imágenes, para explicar (¿?) las Leyes de Reforma, la Constitución de 1857 y la invasión francesa.
En el apartado “República sana” (p.38-44), celebro su determinación de “garantizar el acceso a vacunas, cuidados preventivos, atención médica, estudios de laboratorio, cirugías y medicamentos gratuitos,” así como cuidar a las madres embarazadas y ocuparse de la salud mental.
Sin embargo, creo que le resultará cuesta arriba con la destrucción de nuestro sistema de salud a manos de su jefe y el florero que despacha en la Secretaría de Salud. Como sea, échele un ojo a cómo era la afiliación al Seguro Popular, porque llegó a 53.5 millones de personas (45 por ciento de la población total). Hoy, 15 millones de mexicanos NO están incorporados a ningún sistema y la cobertura de vacunación ha descendido gravemente.
Y todo lo anterior pasa por hacer funcional y eficiente la compra y distribución de medicamentos (p.39); a ver cómo resuelve el tema de la megafarmacia que nos costó algo así como tres mil millones de pesos.
El espacio se me acaba, doña Claudia, así que, por ahora, dos temas más.
¿Un solo punto dedicado al problema del agua? Mala cosa.
Otro apartado cojo es el la “República segura y con justicia” (p.91-100). Coincido en que hay que darle duro a la coordinación con policías estatales, las defensorías públicas y el combate a la corrupción; también entiendo que los militares continúen en las tareas de seguridad, pues en el corto plazo, no hay de otra.
Sin embargo, doctora Sheinbaum, me pregunto si ya de plano cancela usted la transición de la Guardia Nacional a un cuerpo civil; lo digo porque pretende la creación de una Agencia de Investigación Nacional. ¿Qué esa tarea no corresponde a las fiscalías? ¿No sería mejor revivir el proyecto de intercambio de información y datos?
Insiste usted en elegir a los jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial (p.97). ¡Uuuuff! ¿A usted tampoco le gustan la división y el equilibrio de poderes?
Entonces no nos hable de una república democrática, libre y responsable.
Digo, un poco de congruencia y de honestidad intelectual.
P.D. A MIS LECTORES: En honor a la equidad, mañana comentaré lo favorable y desfavorable de las propuestas de Xóchitl Gálvez.
Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com
Correo: Lmendivil2010@gmail.com
Facebook: Leopoldo Mendívil
Twitter: @Lmendivil2015
Copyright © 2024 La Crónica de Hoy .